La consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, ha precisado hoy que el suceso del lunes en la factoría de Arcelor, en Avilés, se debió a un fallo en un proceso netamente productivo (producción de ácido) y no en un proceso ambiental (de control o depuración de las emisiones).

En este sentido, ha explicado que la responsabilidad de la seguridad de esos procesos corresponde en primer lugar a la empresa. Ni la supervisión, ni la inspección sobre esos riesgos es, en caso alguno, competencia de Medio Ambiente.

En respuesta a una pregunta de Izquierda Unida ante el pleno de la Junta General, la consejera ha reconocido que su departamento es competente a la hora de intervenir, no en la causa, pero sí en las consecuencias ambientales y así lo ha hecho desde el primer momento en que se tuvo conocimiento del incidente.

Fernández ha destacado que la complejidad de las instalaciones de la siderurgia es enorme. No en vano, su autorización ambiental integrada incluye un gran número de instalaciones sujetas a la ley de prevención y control integrados de la contaminación. Además, tiene 75 focos de emisión a la atmósfera, aparte de los numerosos procesos con emisiones difusas; sin contar vertidos, residuos y un largo etcétera. Una complejidad que requiere mucho esfuerzo y dedicación por parte del personal de la consejería en las labores de control ambiental.

“Ahí estoy abierta a sus críticas, y seguro que hay cosas en las que es posible y se debe mejorar, y reforzar las exigencias a la actividad industrial. Pero no le puedo admitir que nos acuse de tolerancia e inacción. No creo que la incoación de 19 expedientes a Arcelor desde 2015 hasta hoy sea un indicador de tolerancia”, ha manifestado.

La consejera ha subrayado los numerosos esfuerzos y medidas puestas en marcha para prevenir las emisiones. Al respecto, ha anunciado que ya la semana pasada se promovió un contrato para prevenir las emisiones de Arcelor en condiciones de funcionamiento anómalas, dado que los incidentes que provocan emisiones a la atmosfera son frecuentes.

En la misma respuesta, y con respecto a la posibilidad de sustituir los sistemas de carga, descarga, trasiego y almacenamiento de graneles minerales en el puerto de El Musel, en Gijón, por otro que esté cubierto, ha afirmado que la eficacia de las numerosas medidas que se están llevando a cabo hace que la instalación de elementos de cubrición de las zonas de almacenamiento, cuyo coste podría oscilar entre los 300 y los 500 millones, no resulte justificable.

La titular de Medio Ambiente se ha referido al riego de viales, el uso de tensoactivos en los almacenamientos, la sustancial mejora de las condiciones de carga y descarga, la instalación de apantallamientos, o la pavimentación de superficies, por citar algunos.

    Audio (Audio: 1 Mb )