La necropsia practicada al oso pardo cantábrico hallado en Moal (Cangas del Narcea) confirma que su muerte se produjo por una intensa hemorragia interna causada por un disparo de arma de fuego.

El examen, dirigido por Juan Francisco García Marín, catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, señala que el proyectil penetró por el costado izquierdo del ejemplar, a la altura de la duodécima costilla, y se alojó en el hígado “provocando una intensa hemorragia interna, que se produciría de forma progresiva, y posible shock hipovolémico”.

El cadáver del animal, un adulto macho joven de 102 kilos de peso, fue hallado en la tarde del 9 de septiembre y la necropsia se llevó a cabo durante la mañana siguiente, el 10 de septiembre, en la Facultad de Veterinaria de León. Los especialistas consideran que el plantígrado murió entre las 6:00 y las 13:00 horas del día 9.

El estudio, en el que también participaron veterinarios de la Dirección General de Recursos Naturales y del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario (Serida), refleja que el oso falleció entre una y dos horas después de recibir el disparo.