La tasa de supervivencia relativa en los casos de cáncer infantil que atiende el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se situó el pasado año en el 78%, tres puntos por encima del año anterior. Este cálculo se realiza a los 5 años del diagnóstico y el porcentaje oscila entre el 75% y el 90%, una cifra más elevada que en la edad adulta y similar a la media del Sistema Nacional de Salud y a la de los países próximos.

El hospital trata anualmente una treintena de tumores infantiles en la unidad de Oncohematología Pediátrica. Por tipos, las leucemias, los linfomas y otras patologías hematológicas representan más de un tercio de los casos, seguidas por los tumores cerebrales, los que afectan al sistema nervioso, los renales y los óseos.

El área de Hematología atiende los casos hematológicos, los más habituales, y en la última década ha practicado más de medio centenar de trasplantes de médula ósea en niños y adolescentes, con unos índices de curación muy elevados. Cada año, en Asturias se diagnostican tumores hematológicos malignos en 80 o 90 personas de todas las edades, que se someten después a un trasplante de médula. De ellas, entre 5 y 8 son niños. Ninguno precisa trasladarse fuera del Principado para recibir tratamiento de la más alta calidad. La Unidad de Oncohematología Pediátrica realiza todos los tipos de trasplante, un servicio que sólo ofrecen una treintena de los aproximadamente 80 centros españoles que los practican.

La unidad está integrada en el área de Pediatría, trabaja coordinadamente con el resto de especialidades pediátricas y departamentos del hospital y asume el tratamiento de los tumores infantiles de toda la comunidad. Además, cumple las recomendaciones de la Estrategia en Cáncer en el Sistema Nacional de Salud y favorece una comunicación constante con unidades nacionales de referencia, a las que se remiten pacientes para cirugías complejas o tumores que requieren un tratamiento local muy específico.

El cáncer infantil es una enfermedad grave, cada día más curable, que requiere un tratamiento complejo y muchas veces largo, y que afecta de forma determinante a las familias. El abordaje de esta patología en el Principado se plantea desde el inicio con una atención integral al niño y su entorno, con personal médico y de enfermería especializado que garantiza una asistencia integral.

La Consejería de Sanidad difunde hoy estos datos con motivo del Día Mundial contra el Cáncer Infantil, que se celebra con el objetivo de concienciar sobre la importancia de los desafíos a los que se enfrentan los niños y adolescentes afectados por la enfermedad y sus familias. La jornada persigue también insistir en la necesidad de que todos los menores, en cualquier lugar del mundo, tengan acceso a un diagnóstico y tratamiento adecuados.

En el caso de los cánceres hematológicos, entre los que destaca la leucemia aguda linfoblástica (LAL), el pico más elevado de incidencia se sitúa entre los 2 y los 5 años, aunque puede afectar a pacientes de todas las edades. Una vez diagnosticada, se controla con tratamientos de quimioterapia de hasta dos años de duración. Posteriormente, los casos más agresivos se someten a un trasplante, para lo que se utiliza la médula ósea sana de un familiar o de un donante altruista que puede llegar a ser internacional.

Durante los ingresos sucesivos de estos pacientes, que suelen prolongarse entre dos semanas y dos meses, los menores y sus familias reciben apoyo psicológico y psicosocial y tienen también seguimiento docente. Todo ello, unido a su elevada capacidad de adaptación y al apoyo de los profesionales y de la red de voluntarios, hace más llevadero el proceso.

El traslado del HUCA a La Cadellada y la incorporación de nuevos aceleradores lineales de partículas también han supuesto una mejora en el tratamiento del cáncer infantil, gracias al uso de avanzados programas de radioterapia.

Entre las prestaciones que ofrece el HUCA para el abordaje del cáncer infantil destacan las siguientes:

   - Acompañamiento del paciente durante 24 horas en la UCI (para todos los menores ingresados en unidades de cuidados intensivos, no solo para pacientes oncológicos).    - Sala de juegos y aula hospitalaria de oncología pediátrica.    - Dos habitaciones de aislamiento. Una de ellas es un apartamento de algo más de 50 metros cuadrados que incluye la habitación, un espacioso cuarto de baño, zona de estar para acompañantes provista de salón-cocina y área para visitantes con un interfono que permitirá que el niño pueda ver a sus familiares y amigos y comunicarse con ellos sin poner en riesgo su salud.    - Habitación individual para el niño ingresado.    - Cama de acompañamiento para un familiar.    - Manutención para un familiar.    - Aportación de bicicleta estática y otros enseres de la habitación de trasplantes.    - Presencia de voluntariado que aporta distracción y ocio a los niños ingresados y unas horas de descanso al familiar que le acompaña.    - Actividades y talleres variados.    - Sala de juegos dotada con videoconsolas, televisión, pantallas…    - Terapia psicológica de apoyo a demanda de los doctores o de las familias y pacientes.    - Posibilidad de elección de menú, de acuerdo con los gustos personales.    - Seguimiento en hospital de día pediátrico con personal especialmente entrenado.