Las exportaciones asturianas alcanzaron en 2018 los 4.315,5 millones, la segunda cifra más alta hasta el momento tras los registros del año pasado, que supusieron un récord histórico. Los datos, aún provisionales, reflejan un descenso del 6,7% respecto a 2017, pero implican incrementos, respectivamente, del 10% y del 19% en comparación con 2015 y 2016.

Además, los datos consolidados podrían suponer mejoras sustanciales, como ocurrió el pasado año, cuando se pasó de los 4.175 millones provisionales a los 4.604 finales.

En el primer balance de las transacciones con otros países, destaca el incremento del 7,4% en el número de compañías exportadoras regulares, aquellas que llevan al menos cuatro años consecutivos vendiendo sus productos en el exterior, que llegaron a las 565. En total, se contabilizaron 2.095 firmas exportadoras, lo que supone un ligero descenso -del 1,5%- respecto al pasado año. La cifra de empresas que venden al extranjero ha aumentado regularmente desde 2015, con un pico de 2.122 en 2017.

También el número de operaciones de exportación ha crecido desde 2015 y en 2018 superó el récord, con 159.000 transacciones frente a 136.000 del ejercicio anterior. Este dato indica un menor valor unitario por operación y podría deducirse que la mayoría son realizadas por pymes.

El cinc y sus manufacturas superaron ampliamente las cifras de 2015 y 2016, con incrementos superiores al 35%. Por su parte, la fundición de hierro y acero se mantuvo en niveles similares a los de esos años. Asimismo, las manufacturas y máquinas y aparatos mecánicos conservaron los datos de exportaciones.

Además, la pasta de papel ha incrementado las ventas en el exterior en los últimos cuatro años de forma constante, al igual que la leche y los productos lácteos. La construcción naval, pese a la bajada en 2018 de las operaciones con Noruega, sin ningún barco entregado al país nórdico, ha incrementado sus cifras respecto a 2017 debido a la entrega de dos remolcadores al Reino Unido y otro barco a Argelia. También duplican las cifras las exportaciones de máquinas y aparatos eléctricos y crecen las de componentes para automoción.

El efecto de la desaceleración de la eurozona, el impacto del brexit, la ralentización del crecimiento de China y los problemas que atraviesa Turquía influyen en la tendencia mundial a la baja. Pese a este hecho, la economía Asturias mantiene unas cifras crecientes.

En cuanto a los destinos, Francia ocupa la primera posición, por delante de Italia, como principal país de llegada de las exportaciones asturianas. Le siguen Turquía, Reino Unido y Alemania. Portugal y Estados Unidos mantuvieron sus cifras en 2018 y las transacciones con China sufrieron un fuerte descenso, fundamentalmente en las operaciones con cinc, pese a la recuperación observada en el segundo semestre de 2018. Aún así, las cifras del pasado año casi triplican las de 2015 y 2016.

Otros países como Arabia Saudí, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Egipto, Bolivia, y Túnez experimentaron incrementos notables respecto a las exportaciones de 2017.

Por áreas geográficas, el principal aumento de operaciones, que alcanzó un 40% durante 2018, se registró en África. Las exportaciones a la Unión Europea descendieron, aunque la UE se mantuvo como principal destino de los productos asturianos, con casi dos terceras partes de las exportaciones, mientras que las transacciones con el resto de destinos europeos se sostuvieron. Las operaciones con América del Norte se redujeron ligeramente y se incrementaron con América del Sur y, particularmente, con las islas del Caribe.

 

Por productos, el cinc tiene como principales destinos Turquía, Italia y China, pese al descenso sufrido en este último país en 2018. La fundición de hierro y acero se dirige a Turquía e Italia, principalmente, mientras que las manufacturas tienen van mayoritariamente a Francia y Arabia Saudí.

Las máquinas y aparatos mecánicos se trasladan a Bolivia y Arabia Saudí; la pasta de papel a los Países Bajos, Francia e Italia, y la construcción naval, a Reino Unido y Argelia.