En la sesión del jueves comparecieron varias personas citadas por los diferentes grupos parlamentarios en calidad de expertos y expertas y/o personas interesadas, conocedoras de la terrible situación de este colectivo históricamente discriminado, que expusieron detalladamente la multitud de problemas sanitarios, educativos, de acceso al empleo, de inclusión social, incluso de violencia por transfobia y discriminaciones que sufren las personas trans, poniendo de manifiesto la urgente necesidad de que exista una legislación autonómica en Asturies, y considerándolo una cuestión de respeto a los derechos humanos. Así lo manifestaron en sus intervenciones Mané Fernández Noriega, vicepresidente de la Federación Estatal de LGTB y activista trans miembro de Xega; Ana Fernández Alonso, docente y presidenta de la Asociación Asturiana para la Educación Sexual (Astursex); profesionales como José Antonio Álvarez Diz (médico especialista en Endocrinología y Nutrición) y María Fernández Rodríguez (psicóloga), que acudieron en representación de la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género del Principado de Asturias, y José Antonio García Vázquez, enfermero del Servicio de Promoción de Salud y Participación de la Dirección General de Salud Pública.

Nuestro diputado Daniel Ripa puso de manifiesto el compromiso de Podemos Asturies con que esta ley sea la mejor posible en defensa de los derechos de las personas trans en Asturies. A las preguntas de Ripa, tanto Mané Fernández como Ana Fernández, José Antonio Alvarez y María Fernández, contestaron poniendo en evidencia la gravedad de las violaciones de derechos humanos que sufren las personas trans por el hecho de serlo. Dejaron muy claro que las personas trans no son enfermas, confirmando que es imprescindible que se ampare sus derechos en materia de educación, empleo, sanidad, etc., y concretando la necesidad de mejorar la información y la formación general a la población y la específica a los profesionales que deban atender las necesidades de las personas trans. Reclamaron protocolos de actuación en educación y mejorar su atención sanitaria específica, despatologizando su situación, descartando totalmente métodos como el test de vida real, que cuestionan y evalúan su autodeterminación de género, y ofreciendo una atención en proximidad no segregadora. Todos ellos estuvieron de acuerdo en la necesidad de una ley autonómica que defienda el respeto a la diversidad de género.

Una anécdota: Foro citó también a un representante del Foro de la Familia en Asturias, desconocemos en calidad de qué. Interesado pensamos que no, dado que no manifestó que fuese una persona trans ni le interesaba en absoluto su problemática. Y en calidad de experto tampoco, por lo que dijo evidenció un total desconocimiento incluso de los temas de los que hablaba: mencionó una ley sueca inexistente por la cual los hombres suecos tendrían prohibido orinar de pie; habló de Napoleón, desconocemos si en un delirio de grandeza, y de su absoluta indignación por tener que pagar con sus impuestos la capa de Spiderman, cuando cualquier persona (no hace falta ser experta en el mundo de la Marvel) sabe que este superhéroe no tiene capa.

Esta delirante comparación podría tener gracia si lo que se defendiera no fueran violaciones de los derechos humanos. Hablar sobre Spiderman o Napoleón en el contexto de trabajo para presentar por fin la ley trans asturiana, después de un trabajo ingente esta legislatura para sacarla adelante por parte colectivos LGTBI junto a Podemos Asturies, es un atentando tanto a los derechos humanos como a la inteligencia y al sentido común. Todos las personas expertas e interesadas que comparecieron en la Junta General evidenciaron la gravedad de que las personas trans asturianas no tengan aún una ley que defienda sus derechos humanos y que ya hay en otras CCAA. Ni siquiera quienes le citaron le hicieron pregunta alguna al señor de la capa. No nos extraña. Con esa intervención se evidencia el peligro de la transfobia basada en la ignorancia de algunos, que justifica aún más la necesidad de esta ley.