Médicos Sin Fronteras repasa sus 40 años de historia a través de una exposición fotográfica en la Casa de Cultura de Cangas de Onís

• La exposición, titulada 40 años de acción humanitaria independiente, se inaugurará el jueves 4 de julio a las 17:00 y se podrá visitar hasta el 16 de julio

• La exposición consta de 30 fotografías que muestran la intervención de MSF en países como Afganistán, El Líbano, Colombia, Bosnia, Somalia, etc. Con motivo del 40 aniversario de su nacimiento, Médicos Sin Fronteras (MSF) inaugura el 4 de julio a las 17:00 en la Casa de Cultura de Cangas de Onís la exposición 40 Años de Acción Humanitaria Independiente, que repasa la historia de la organización médico humanitaria así como los principios que han guiado su trabajo durante las últimas décadas.

Esta muestra fotográfica podrá visitarse hasta el próximo 16 de julio en el marco de un recorrido por Asturias con el que llegará a siete localidades diferentes del Principado. Tal y como explica la exposición, MSF nació en diciembre de 1971 de la mano de un grupo de médicos y periodistas, frustrados unos porque el mandato de la organización en la que trabajaban les impedía prestar testimonio sobre el genocidio de los ibo en Biafra (Nigeria, 1968), otros por la ineficacia con que se atendió a las víctimas de las inundaciones de 1970 en Pakistán Oriental (actual Bangladesh): defendían una acción médica independiente de intereses políticos o económicos, que acudiera allí donde las poblaciones víctimas de situaciones de emergencia lo requirieran para prestar asistencia y testimonio.

Hoy MSF es una de las principales organizaciones humanitarias independientes del mundo y, lamentablemente, tiene poco que celebrar, ya que las crisis a las que responde en la actualidad recuerdan mucho a las primeras emergencias en las que la organización intervino hace 40 años. El objetivo ha sido siempre el mismo: preservar la vida, aliviar el sufrimiento y restablecer la dignidad de las personas en periodos en los que su supervivencia está amenazada, trabajando desde principios como la independencia, la neutralidad, la no discriminación, y convicciones como el profesionalismo, la innovación y la transparencia. La exposición consta de 30 fotografías, que abarcan la historia de MSF a través de algunos de los principales contextos en que ha intervenido en las últimas cuatro décadas, prestando asistencia a poblaciones en situación precaria y víctimas de conflictos armados, desplazamientos forzados, enfermedades endémicas y epidémicas, catástrofes naturales, violencia social y exclusión de la atención sanitaria, en los cinco continentes.

La muestra abre una ventana a los conflictos de Afganistán, Líbano, Territorios Palestinos, Irak, Colombia, Bosnia, Chechenia, Somalia, Darfur o República Democrática del Congo, entre otros, así como al genocidio de Ruanda, las hambrunas de Etiopía y Angola, el terremoto y posterior epidemia de cólera de Haití, el huracán Mitch en Centroamérica, el tsunami del sureste asiático, y a crisis relacionadas con pandemias, brotes epidémicos y enfermedades olvidadas como el VIH/sida, la fiebre hemorrágica Marburg, la meningitis o el mal de Chagas. De estas crisis y del trabajo del personal de MSF atendiendo a quienes las sufrieron fueron testigo prestigiosos fotógrafos como Sebastião Salgado, Juan Carlos Tomasi, Bruno Stevens, Bruno Barbey, Olivier Jobard, Roger Job, Eric Bouvet y John Stanmeyer, o agencias como Gamma, Magnum, Cosmos, Moment, Sipa Press y VII, que contribuyeron con su trabajo a luchar contra el olvido político y mediático que lleva décadas cobrándose un alto precio en vidas humanas y sufrimiento en todo el mundo. A lo largo de estas cuatro décadas, el acceso a las poblaciones siempre ha sido difícil; sin embargo, MSF constata que, en la actualidad, el respeto por las intervenciones humanitarias se ha reducido aún más, de forma que cada vez resulta más complejo negociar la presencia de los equipos y preservar la seguridad de los proyectos en entornos volátiles. Las amenazas no vienen únicamente de la obstaculización y el acoso en terreno, sino de preocupantes estrategias de manipulación y politización de la ayuda humanitaria en beneficio de otros intereses que no son los de las poblaciones necesitadas de ayuda urgente.

En 2011 MSF contaba con casi 32.000 trabajadores en sus proyectos en un centenar de países, de los cuales 29.300 trabajadores nacionales (contratados en el país de intervención) y otros 2.600 trabajadores expatriados. En este periodo, realizaron más de 8,4 millones de consultas médicas, con 450.000 pacientes hospitalizados, 127.400 intervenciones quirúrgicas y 190.000 partos, y atendieron a 350.000 niños con desnutrición aguda severa, trataron contra la malaria a 1,4 millones de personas y contra el cólera a 131.000. Además, se pasaron 170.000 consultas individuales de salud mental y se proporcionó terapia antirretroviral a 205.000 pacientes con VIH/sida y tratamiento médico a casi 15.000 víctimas de la violencia sexual. Otras intervenciones de emergencia supusieron la vacunación de 5 millones de personas contra el sarampión y 950.000 millones contra la meningitis.

Este trabajo, así como el realizado a lo largo de las últimas décadas, no habría sido posible sin el apoyo de la base social de MSF: actualmente, la organización cuenta con 4,5 millones de socios y colaboradores en todo el mundo, de los cuales casi 600.000 en España, que garantizan que cerca del 90% de los fondos de la organización sean de origen privado, y por tanto que MSF pueda prestar una asistencia humanitaria independiente, inmediata y ajena a las agendas políticas, y denunciar sin interferencias las situaciones que sufren las poblaciones a las que asiste. En Asturias cuenta con 6.468 socios y colaboradores.