Los vecinos de Caravia no están dispuestos a perder su patrimonio etnográfico, su carácter tradicional y su esencia rural. Por todo ello, han querido incorporar al catálogo de elementos protegidos -que forma parte del nuevo Plan General de Ordenación Urbano (PGOU)- más de un centenar de construcciones que salpican sus diferentes núcleos.

Entre las edificaciones protegidas se encuentran casonas emblemáticas como la denominada Villa Rosario o la iglesia de Santiago, ambas en la localidad de Duesos; el palacio González Cutre, en Prado; las escuelas de Valle, ahora convertidas en un centro diurno para los mayores del concejo y casi medio centenar -48 en concreto- de hórreos.
Para todos estos espacios, el Ayuntamiento de Caravia ha acordado a través del PGOU la delimitación de una zona de protección que garantice la conservación, no sólo de los inmuebles, sino también del entorno en el que están ubicados.

En la localidad de Prado destacan entre otras construcciones el Palacio de González Cutre, también conocido en la zona como de Les Mieres. El inmueble data de comienzos del siglo XVII aunque existen documentos que avalan que los muros del edificio son aún más antiguos. Su buen estado de conservación y su fachada principal, de modelo riosellano, llama la atención de vecinos y visitantes.
No es la única pieza de valor que puede verse en la capital del concejo. También a pie de carretera destaca la presencia de un chalé montañés de los años 20 y de la casa de la Familia Prieto. Esta última, conocida en la zona como La Casona, data de 1906 y es, según el catálogo, muestra destacable de la arquitectura moderna y contemporánea.

En la localidad de Duesos se pueden ver edificaciones como la Casona de El Pando, en el cruce de la carretera de acceso a Duyos, que data del siglo XVIII-XIX y forma parte de un conjunto compuesto también por una panera, un palomar y otras instalaciones de carácter agropecuario como un lagar y cuadras.

La propia iglesia parroquial de Santiago está recogida en el catálogo de elementos protegidos por ser un inmueble construido en el siglo XVII-XIX que pudo haberse erigido sobre las ruinas del monasterio de Santiago, de las que se conserva en la portada del templo un clípeo en el que se representa la Cruz de la Victoria.