8ª parte de un completo trabajo sobre la historia del concejo de Colunga, del que es autor nuestro colaborador Omar Pardo Cortina.

LAS MINAS DEL SUEVE.

A  los romanos corresponden las labores mineras de la Riera, las de la Vega y las del Sueve. En el Sueve hay muchas minas, hay la de Ablanín y la de les Duernes, la de Peña Corvera y la de Sierra, la de la Boleruca de los moros y la del Sol de Miguel, hay la de la Candanosa y la de la Mua, la de Llavayos y la de Babú, otra la del Ablanucu, otra la de Fontanilles, otra la de Busternaldo otra la de Posadorio, otra la del Calderón.

 Algunas de ellas son fantásticas, guardan  tesoros de encanto con gallinitas de oro y perlas. Otras son auténticas. En muchas lo que son lo dice el mismo nombre a más de decirlo el sitio. La mina de Llavayos verbigracia, que está a la falda del Sueve y en términos de Gobiendes, aún dice que las labores que se efectuaron en  ella como explotación acaso cuentan con una lejana antigüedad .

 Hay en el Sueve campo de Llavayos y Cueto y Fuente, y pozo de Llavayos..... los viejos documentos dan Lavalios, en castellano lavajos-charcas de agua movediza, aguas en las que se mezclaron impurezas de lo que se lavó en ellas..
 De los Llavayos del Sueve, también sin duda  hubo algunos que fueron lavaderos. Cerca de Llanu- Llames denunció una pertenencia que dijo él Novaleta y Asturiana el ingeniero inglés George Nichols. Fue en el 58 y la explotación llegó al 61 y dio carbonatado de cobre con alguna mezcla de azurita.

 


XIV.- LABORES AGRÍCOLAS.

 La amplitud de la explotación económica sectorial no implicaba un  alto grado de romanización en los pueblos sometidos. Por el contrario la asimilación de la cultura romana en Asturias (territorio actual), resultó comparativamente escasa, tardía y muy desigual.

En Asturias no han aparecido testimonios de la utilización de trabajo servil y la vida urbana no pasó de adquirir una importancia discreta, lo que resulta congruente con la inexistencia de status sociales típicos de la sociedad romana.

 En las inscripciones latinas conservadas no aparece ni un solo astur trasmontano perteneciente al orden senatorial o municipal y uno solo del orden ecuestre. En cuanto al papel romanizador del ejército resulta verosímil calificarlo de poco relevante.

 Aparte de superficial, la penetración de la cultura romana en Asturias fue bastante tardía hasta el punto de que su difusión concluyó tras la caída del Imperio en época visigótica arrastrada por la expansión del cristianismo. Asturias aparece aislada de nuevo geográfica e históricamente, refractaria a la incorporación a corrientes culturales dominantes en otros lugares de la península.

 Resulta significativo que el impulso romanizador fundamental una vez clausuradas las minas y teniendo en cuenta el débil desarrollo urbano lo desempeñarían las “villae” agrícolas.

 Las “villae” no eran en Asturias el centro de extensos latifundios, sino seguramente la base de explotaciones familiares más o menos acomodadas o propiedades de mediana entidad. Muchas datan de los primeros siglos de la dominación romana pero

su culminación coincide con el proceso ruralizador del Bajo Imperio.

 Una de estas “villae” agrícolas ocupaba lo que ahora es la zona de la Isla. En el emplazamiento Bajo Imperial de la actual iglesia de la Isla, se practicaron excavaciones que pusieron al descubierto una villa romana. Dicho centro a lo que parece cobraría fuerza como lugar de explotación agrícola en la segunda mitad del siglo II y durante toda la época Bajo Imperial, aun cuando es posible que su primitiva edificación arranque de una etapa anterior. Este centro de


colonización agrícola muy bien pudiera extenderse y situarse en la actual zona de Huerres.

 En Huerres pudieron existir también centros de colonización agrícola a la romana en tiempos del Bajo Imperio, fundos con tendencia al autoabastecimiento lo que preludia la economía autárquica Alto-Medieval.


XV- EL ARA VOTIVA DE LA ISLA  Y OTRAS CUESTIONES.

 Del culto a divinidades orientales en Asturias no tenemos más que una noticia referida a un ara votiva hallada en la Isla.
 Siguiendo a Cumont, García y Bellido atribuye una función primordial al ejército como elemento difusor del culto a Mithra. Los últimos hallazgos y una revisión de los ya conocidos no permiten seguir sosteniendo la tesis de García y Bellido, hoy parece más bien que Mihtra  lo mismo que otras divinidades orientales deben su difusión a la devoción de sus seguidores, comunidades
relativamente pequeñas organizadas bajo la forma de las asociaciones funeraticias romanas.

 Según parece no hay ninguna noticia sobre la presencia de tropas militares en la Isla o en sus proximidades, su emplazamiento en cambio permite ver que estaba en contacto no sólo con  una de las vías romanas más activas de Asturias, la de la costa, cuyo origen se remonta a la época Alto  Imperial, y que de Brigantia hasta Oyarzun cruzaría el rio Sella por Ucio pasando por la Isla, Sales, La Lloraza-Gijón......etc, sino también con la vía marítima que desde Aquitania comunica diversos lugares de la costa Cantábrica.

 La inscripción de la Isla datada de fines del siglo III presenta aspectos importantes:
.- El carácter reiterativo del texto parece ponernos ante una oración del tipo de las empleadas en los ritos mágicos. ¿refleja una fórmula de un rito de consagración, de la consagración del lugar del culto a Mithra?.

 En la inscripción se ,menciona un Pater Patratum y un Leo. Sabemos que el Pater Patrum, aquí Patratum era el grado más alto de los sacerdotes de Mithra . Leo era el nombre de otro grado  sacerdotal intermedio. La mala conservación del texto epigráfico ofrece algunas dudas en su lectura. De cualquier forma, se sabe que estos dos grados de sacerdotes exigen la existencia de una comunidad de creyentes de Mithra.

 Desde el momento de su publicación, se viene diciendo que el ara fue hallada junto a restos arqueológicos de construcciones, se ha hablado incluso de restos de un templo. Aunque deba ser confirmado arqueológicamente se cree efectivamente  que en la Isla hubo un “Mithreo”, (templo consagrado a Mithra).

 
El afirmar ahora no tener ninguna noticia de tropas militares en la Isla parece echar por tierra muchas conjeturas que dan al traste mas concretamente con las hipótesis de Cabal, que hace nacer  a Colunga, como cánaba forzosa o poco menos bajo la influencia de  la Isla.

 El apelativo de Macedónica que conservó la Legio IV a pesar de su prolongada estancia en Hispania denuncia indudablemente haber pertenecido al ejército  macedónico en el transcurso de la última fase de la lucha sostenida entre Augusto y M. Antonio.

 Narciso Santos, comparte la opinión del especialista J.M. Roldán de que frente a la opinión casi generalizada de la historiografía contemporánea que sitúa a esta Legio en Hispania desde el comienzo de la época Imperial, dicha legión , llega después de las guerras cántabras como consecuencia del empeoramiento de la situación puesto que en las colonias tempranas de la época Augustea, no aparecen deducciones de veteranos de dicha legión mientras que las hay de la I, II, V, y X.

 Con la realización de la nueva división administrativa y el consiguiente cambio de fronteras efectuado entre las provincias de Lusitania y Tarraconense así como a consecuencia del replanteamiento del número y emplazamiento de las legiones en acuartelamientos fijos, la IIII quedó sola en el frente militar cántabro hasta el momento de ser enviada a Germania Superior en tiempos de Claudio (Maguncia). Con respecto a Hispania, varios documentos llevan a colocar su campamento en el valle del Pisuerga, aunque aún no se haya localizado en la actualidad.

 Según Fidel Fita, una vexillatio había estado en Gijón para lo cual se basa en un ladrillo aparecido allí que creyó se encontraba en caracteres griegos y que leyó como:

  Le (gio)   IV  M(acedonica).


 Posteriormente sin embargo, F. Diego Santos los ha considerado latinos habiendo leído :

“AEDU”

creemos que acertadamente, de modo que la teoría de Fita pues resultaría inaceptable.


En la Bibliografía de comienzos de siglo se da gran  importancia a esta marca y se recuerda haberla visto en ladrillos de la Isla, lo que ha servido para hablar del asentamiento de la Legio allí. Por los estudios de García y Bellido y los de Roldán sobre el ejército romano de Hispania se sabe como hemos dicho que no tuvo tal legión su campamento en Asturias, pero hay más, la marca del ladrillo

 

no  es griego, sino latín y leída hoy como :

“AEDU”


probablemente la abreviación de un nombre.


 No obstante un buen grupo de historiadores sigue creyendo en la probabilidad de una estancia temporal de dicho destacamento en  Gijón, especialmente si tenemos en cuenta los motivos de formación
de estas unidades. Junto al águila y las enseñas más corrientes existía una especie de enseña militar denominada  “Vexillius”, reservada a los cuerpos militares de formación temporal y a los destacamentos de donde proviene precisamente el nombre de “vexillatio”.

 Existían vexillationes o destacamentos de legionarios lo mismo que de unidades auxiliares de marinos de flota que podían estar adscritas a una o varias legiones. Su misión consistía en defender puntos estratégicos, funciones judiciales, ejecutar ciertos trabajos, etc......, bien fuera en el transcurso de operaciones militares, bien con vistas a la subsistencia de las tropas o explotación de las minas.

 En la obra “Asturias” de Bellmunt y Canella, se cita este interesante documento y dice que ha sido estudiado por los estudiosos asturianos “señores Poladura, Victorero, Caunedo, Escandón y Caveda (D. Francisco y D.José), como también por Mariana, Quadrado, Madoz y el epigrafista alemán E. Hubner.

 La mayoría de ellos Vigón incluido se avienen a la opinión de que la lápida procede de un ara levantada en honor de Augusto con la probabilidad de ser erigida por la Legio IIII Macedónica.

Braulio Vigón lo justifica así:

   ¿Debióse a estos legionarios la dedicación del monumento augustal en la Isla?. Nosotros así lo pensamos, dice atribuyendo al origen helénico de sus autores la falta de pureza en el lenguaje que acusa la inscripción estimando como prueba del orden popular a que los  que en ella se les designa y traduciendo finalmente por Legión Macedónica la palabra “LEONE”, seguida de esta abreviatura M. con la que la inscripción termina.

 
Según Cabal, la comunidad mithriaca de la Isla sólo podrían formarla los soldados de la Legio  IIII Macedónica, según él debió crecer pronto con manadas de prosélitos porque al lado de la Isla y debajo de la Griega, se fueron agrupando muchas gentes a las que llamaban los horizontes ignotos, las perspectivas de ganancias fáciles al amor de los mismos legionarios adscritos al campamento. El pueblo de Colunga, insistimos según este autor nació así entonces, era una cánaba que se convirtió en Colonia “Colonica” y la Colonica fue grande lo mismo en interés que en extensión, los colonos extraños eran casi siempre veteranos viejos, y también ellos sabían del culto a Mithra y procuraban difundirlo. La cofradía debió así de crecer rápidamente.


 Muy defectuosas son las copias que tuvo Hubner a su alcance, no obstante interpreta y suple así la inscripción salvando algunos de los errores contenidos en aquellas.

                             


   

                                         
 


        ARA VOTIVA DE LA ISLA.

 

 

/M/IT/HRAE/INVICTO DEO
   
AUSTO.PONIT.LEVENS./I.E.LIBENS/ /F/ RONTO
   
ARAM.INVICTO . DEO. AUSTO.P.LEVENS.
   
PONIT.PRESEDENTE PATRE-PATRATUM.
   
LEONEM.


Mide  de alto 0,76 cm. Ancho por arriba 0,22cm., por abajo 0,14.

 

 Copiada en Agosto de 1.870 y ratificada en el Museo Provincial en enero de 1881 estaba colocada horizontalmente sirviendo de dintel en una ventana de una casa en La Isla. Fue recogida por Braulio Vigón quien la donó en 1.880 junto con otros objetos artísticos y monumentales.

 Pueden verse estudios sobre esta inscripción en Quadrado  f, 198 Escandón, f 501, Caunedo  (D.Castor C.de) Album de un viaje por Asturias, Madoz nº 9 pag. 201, Mariana Historia General de España lib 4º cap.1, Suárez Victorero y Robledo (Descripción Geográfico-Histórica del Concejo de Colunga) y Caveda (Examen crítico de la restauración de la monarquía visigoda f, 128), además de Hubner: “Inscriptiones Hispaniae Latinae”, así como otras interpretaciones sobre las que no me extenderé más como la de Diego Santos.

 
Existen topónimos como Fano y Jove, por ejemplo , que inducen a pensar que son derivados del latín “Fanum”, (pequeño templo), y Iovem , acusativo de Júpiter, nombre del Dios romano.
 
Precisamente en nuestro solar tenemos un lugar de Fano, más aún en lengua popular “Fanu” en Libardón en el que se dice que fueron desenterradas dos ánforas y una inscripción romana, aunque no se ha podido comprobar esa noticia.Pero basta la significación latina de aquellos nombres para admitir la probabilidad de que fuesen recibidos de lugares consagrados por los augures al culto de gentiliceas divinidades. Algo parecido se puede decir del lugar de “Fana” en la parroquia de Luces del que se desprenden bastantes indicios aunque como en el caso anterior bastante imprecisos y no científicamente comprobados.

 De la misma manera cree ver B. Vigón un antiguo templo a Júpiter en la Isla, basándose en el nombre que en el siglo X llevaba la iglesia “Santa María de Tona” de “Iupiter Tonans” y en que obras realizadas posteriormente aparecieron varias lápidas con inscripciones todas las cuales se perdieron lamentablemente sin poder ser consultadas. Es pues altamente probable que esta toponimia que va acompañada de aparición de restos romanos indique la existencia de antiguos templos.

 En todo caso es preciso una exploración arqueológica seria que confirme esas hipótesis, pues los restos arquitectónicos romanos si son ciertos pueden pertenecer a construcciones civiles y la existencia de una o varias aras junto a restos de construcciones no es tampoco argumento definitivo sobre  la existencia de un templo.


 Las casas privadas romanas tenían capillas particulares y entre otros objetos podría haber una o varias aras. Así pues el
nombre de “Tona”, (Santa María de) que en el siglo X servía de advocación al monasterio más tarde parroquia de la Isla pudo tener su origen en un templo edificado a “Iupiter Tonans”.

 De numerosos temas podríamos seguir hablando: antigüedades romanas del concejo, hipótesis varias sobre la


ubicación del río Salia en nuestro solar, que algunos identifican con el río de Sales ,hipótesis de diversos autores más o menos descabelladas, referentes a diversos temas entre ellos la ubicación en este ámbito de las “Aras Sestianas”, trabajos de investigación folklórica y etnográficos, históricos, sociológicos , etc..., etc..... pero creo que no es el objeto de este pequeño trabajo de síntesis , que pretende dar un poco de luz a lo menos conocido, porque como al principio les había indicado a partir de cierta época la documentación, difusión y fuentes bibliográficas son cada vez más accesibles y amplias, pese al trabajo siempre paciente  de todo investigador y curioso que al fin y a la postre tienen su satisfacción personal aunque ello sólo signifique saciar la propia curiosidad y porque vamos a negarlo el propio “ego”. Pero no podemos terminar este trabajo sin hacer referencia aunque sea breve a los inicios de la organización municipal y la fundación de la puebla, a la Iglesia prerrománica de Gobiendes y como no, ya que sería imperdonable una breve cita sobre la estancia  del Emperador Carlos I de España y V de Alemania en esta Villa.