El párroco lastrín, D. Andrés Fernández, homenajeado en su despedida

Ocurrió en la Misa del Patrón San Roque, en la villa y puerto de Lastres, como le gusta decir a este buen cura.

Todo transcurría con la normalidad de otras celebraciones eucarísticas patronales, salvo el lujo de acompañamiento coral y sinfónico a cargo del Coro San Roque de Lastres, bajo la dirección de David Muñiz y un grupo de componentes la orquesta de Cámara que dirige el párroco colungués, D.Gaspar Muñiz Álvarez, que acompañaron las armoniosas voces corales con instrumentos de cuerda.

Cuando estaba a punto de finalizar la Misa, una niña, perteneciente al grupo de catequesis, se acercó por sorpresa al atril y tomó la palabra, dando lectura a una carta de despedida dirigida a D.Andrés, agradeciéndole sus cinco años al frente de la parroquia. Acto seguido, todos los niños y niñas de la Catequesis se acercaron al cura y le rodearon y abrazaron en su despedida. En ese momento le hicieron entrega de varios regalos, sufragados con las aportaciones que hicieron los feligreses, coordinados por las catequistas Isabel, Carla y Celia. En ese momento, al igual que sucediera tras la lectura de la carta de despedida, toda la abarrotada Iglesia, puesta en pie,le dedicó un sonoro y prolongado aplauso.

Finalizado este, el párroco, entre lágrimas y muy emocionado, confesó sentirse sorprendido pues no se va hasta Septiembre y no contaba con una manifestación de apoyo y cariño tan grande y por sorpresa.

Otra sonora ovación, puso punto final a sus palabras, quedando el tiempo justo para dar la Bendición e iniciar la Procesión que llevaría al Patrón San Roque hasta su Ermita, situada en el Campo de su mismo nombre.

Al llegar la Procesión al área recreativa, se detuvo, como ya es tradición, para contemplar "La Quema del Xigante", que este año puso fuego a la figura de un cocinero, desconociéndose el tema que inspiró su construcción.

Acto seguido, la Procesión se encaminó a la Ermita, donde fue depositada la imagen del Santo Patrón.

Acabado el acto religioso, y cerca de la Ermita, tuvo lugar la Puya del Ramu dirigida, magistralmente, por un niño de Luces, que como los buenos toreros sacó una buena faena de un buen toro, como era el frío y poco participativo público con el que contó en la subasta, aunque consiguió venderlo todo.