Equipo científico del Muja en Jornadas de la Sociedad de Paleontología

El equipo científico del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) participó la pasada semana en las XXXVII Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología y el V Congreso Ibérico de Paleontología que se celebraron en el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, en Cuenca. En este encuentro científico, Laura Piñuela y José Carlos García-Ramos presentaron tres comunicaciones realizadas en colaboración con Graciela Delvene, del IGME-CSIC; Ana Santos, del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, y Eduardo Mayoral, del Departamento de Ciencias de la Tierra, de la Universidad de Huelva.

La primera comunicación presentada fue el estudio elaborado por Piñuela y García-Ramos junto a Graciela Delvene, que está centrado en las diferentes comunidades de moluscos (lumaquelas) -principalmente bivalvos y gasterópodos- y huellas de actividad orgánica que se establecen en el fondo cuando los deltas jurásicos dejan de aportar arena a la costa y el mar de la época los inunda.

El interés de este estudio radica en que, dependiendo de que el mar avance de una forma progresiva o súbita sobre las diferentes zonas del delta, la composición, diversidad y disposición de estas faunas de moluscos e icnofósiles es diferente, una circunstancia hasta ahora muy poco investigada en este tipo de ambientes. Las áreas deltaicas del Jurásico de Asturias constituyen una de las principales líneas de investigación que el equipo del MUJA está llevando a cabo actualmente dentro de un proyecto interdisciplinar más amplio.

En otra de las sesiones de las jornadas, Ana Santos, Eduardo Mayoral, Laura Piñuela y José Carlos García-Ramos presentaron un estudio que describe, por primera vez en el Jurásico a nivel mundial, las impresiones de la boca de peces que se estaban alimentando en el fondo fangoso de la costa jurásica asturiana, denominados Osculichnus. Estas impresiones consisten normalmente en pequeños montículos bilobulados, a modo de labios, conservados como contramoldes o hiporrelieves. Cada uno de estos lóbulos es generalmente elíptico o con forma de media luna; ambos están separados por un surco ondulado y uno de ellos suele ser más pequeño que el otro. Además de los ejemplares del Jurásico asturiano, estos icnofósiles únicamente han sido citados con anterioridad en el Devónico de Polonia y China, en el Cretácico de México y en el Eoceno-Oligoceno de Turquía, donde fueron descritos por primera vez.

Además, Piñuela y García-Ramos presentaron su estudio sobre el rastro de un terópodo (dinosaurio bípedo y carnívoro). En concreto, las huellas muestran unas impresiones de los dedos I (hallux) excesivamente largas y unas estructuras entre los dedos I y II que podrían confundirse con “semimembranas”. Un estudio detallado de las mismas indica que ambas impresiones fueron producidas por las trayectorias de entrada y de salida del dedo I en el sedimento. Este rastro, así como muchas de las huellas del Jurásico de Asturias, permite llegar a la conclusión de que no siempre la morfología de una icnita de dinosaurio refleja la anatomía del pie o de la mano que la produjeron.