Exposición: Colunga en la memoria

Desde el 1 de julio y hasta el 31 de agosto podrá visitarse en la Casa de Cultura de Colunga, de lunes a viernes en horario de 10 a 14 y de 18 a 21h, la muestra “Colunga en la memoria, 1906-1936”. Fotografías de Emilio Alonso”.

La inauguración oficial tendrá lugar el viernes 5 de julio a las 19:00 h con una visita guiada a cargo de la comisaria de la exposición, María José Priesca.

La exposición está organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Colunga y la Asociación de Amigos del Concejo de Colunga, contando con la colaboración del Muséu del Pueblu d ?Asturies y Del Museo del Jurásico de Asturias.

Emilio Alonso García (1872-1948), “Emilio el Retratista”, fue fotógrafo de Colunga entre 1892 y 1936. Aunque nació en el seno de una familia de ebanistas, su interés por la fotografía le llevó a cultivar esta profesión de forma autodidacta.

Su padre, de Gijón, se casó con Teresa García, de Caravia. Del matrimonio nacieron Ángel (que sería conserje del Ayuntamiento de Colunga), Rufino (carpintero y poeta), Patrocinio (operaria de la Fábrica de Tabaco de Gijón), Carmen (casada en Oviedo con un procurador) y el propio Emilio, segundo de los cinco hijos. La familia vivió en Colunga hasta la marcha de su padre a América. Debido a la enfermedad de su madre, Emilio fue criado por su hermana Patrocinio en Cimadevilla (Gijón). Ya adolescente, regresó a Colunga y se casó a los 19 años con Luciana Estrada Valle, de Duyos (Caravia la Baja).

Entre 1898 y 1901 se convirtió en operador de cinematógrafo, recorriendo numerosos pueblos con una de las primeras máquinas de proyección que existieron en Asturias. En 1905 emigró a Cuba con su mujer y sus cinco hijos (Jesús, Eloína, Enrique, Carlos y Consuelo), donde retrataba a los hacendados, para lo cual debía desplazarse a caballo. Aunque era un trabajo bien remunerado, su mujer no se adaptó al clima y regresaron a Colunga dieciocho meses después. Braulio Vigón, con quien mantenía una sólida amistad, le consiguió trabajo en el casino, simultaneando esta ocupación
con la fotografía y desarrollando una intensa vida intelectual vinculada a la burguesía ilustrada que frecuentaba el casino. En esta época nacieron otros dos hijos, Félix y Julia.

Finalmente, abandonó el casino y se estableció como carpintero y fotógrafo. En 1910 fue nombrado corresponsal fotográfico de la empresa “Prensa Española”, de Madrid, editora de ABC y Blanco y Negro. Entre 1916 y 1920 acompañó al folklorista Aurelio de Llano a retratar molinos y puentes. Además, colaboró enviando fotografías costumbristas a las revistas Asturias y El Progreso de Asturias, editadas en La Habana.

Desempeñó su oficio de fotógrafo hasta 1936, cuando el gobierno de la República ordenó requisar el material fotográfico, que él, como republicano convencido, entregó voluntariamente, viéndose obligado a abandonar esta ocupación. Con la entrada en Colunga del bando nacional, se trasladó a Barcelona con su mujer y tres nietos que habían quedado huérfanos.

Al concluir la Guerra Civil, regresó a Colunga e intentó sin éxito recuperar sus cámaras. La difícil situación de la posguerra y las cargas familiares le obligaron a dedicarse a la carpintería, aunque continuó unos años vendiendo material fotográfico a los aficionados locales. Falleció en Colunga el 3 de diciembre de 1948 a los 77 años, sin haber podido seguir cultivando su gran pasión.

Emilio Alonso fue hombre polifacético que mostró gran interés por la innovación tecnológica. En cuanto a su técnica fotográfica, merece destacarse su sensibilidad para captar los paisajes, que abundan en sus trabajos, así como también su habilidad para crear la atmósfera más adecuada a las necesidades de sus retratos, características que imprimen a su obra un sello especial.

A pesar de que gran parte de su obra se ha perdido, el Museo del Pueblo de Asturias ha logrado reunir una buena representación de ese trabajo, que esta exposición pretende mostrar a través de cinco apartados: paisaje, infancia, juventud, madurez y familia, y vejez y muerte.