Próximamente ampliaremos esta información para tratar de nombrar a todas las personas que están participando en ella y entrevistando a D. Segundo, cura bueno donde los haya y un ejemplo a seguir por muchas personas.

Durante el verano del 2009 se trasladaron a Santo Domingo varias personas, entre ellas D. Segundo, párroco colungués y nuestro colaborador Omar Pardo.

Visitaron y conocieron in situ la obra que en aquel país está llevando a cabo el colungués Miguel Ángel Gullón. De primera mano conocieron los invernaderos allí instalados gracias entre otros organismos, a la embajada de Japón.

Aquel sistema de apoyo y ayuda a los más necesitados calo hondo entre la delegación colunguesa quienes al regresar de nuevo a Asturias decidieron poner en marcha un proyecto similar.

Inicialmente D. Segundo ha contado con el apoyo y la ayuda de toda la organización de Cáritas colunguesa, voluntariado de la parroquia de Colunga y de personas concretas como Justino o Manuel Hornillos y su esposa, directora de Caritas colunguesa.

Hoy en día, después de un año,  siguen trabajando duramente en el proyecto, habiéndose encargado la responsabilidad del mismo a varios voluntarios entre los que queremos destacar a Mª Luz Tejuca y a Pilar Pérez Bazán quienes día a día se responsabilizan de los semilleros y la venta de los productos cultivados, algo que hacen, según sus propias palabras, con alegría e ilusión.

Al grupo de Cáritas se unen dos personas que permanentemente participan en el cultivo de la tierra, que son un muchacho de Puente Agüera llamado Borja y un transeúnte llamado Alfonso.

A este grupo de personas se unen los transeúntes que a diario pasan por la villa colunguesa a quienes a cambio de su trabajo en la huerta se les da la comida o cena y un dinero para seguir su camino.

Dentro de este proyecto también se encuentran personas que por faltas de tráfico o similares deben cumplir sentencias de prestación de servicios sociales, lo cual hacen cultivando el huerto.

Esta huerta se encuentra en las inmediaciones del edificio de la Fundación Tomás Montoto.

Según los responsables del proyecto, existe terreno suficiente para cultivar por lo que aquellas familias colunguesas que lo necesiten  pueden cultivar sus propios productos en la misma.

Repollos, berenjenas, coliflor, judías, fabes de la granja, pimientos...son algunos de los productos cultivados, que una vez cosechados son puestos a la venta en la propia finca o en el mercadillo de los jueves.

En los soportales de la Iglesia de Colunga se puede ver frecuentemente instalado el puesto de venta de productos de la huerta. También los llevan a domicilio tras encargo por teléfono.

Una vez descontados los gastos y ayudado a los transeúntes, el dinero restante está destinado para obras sociales de Cáritas y para la obra misionera de D. Segundo con Benin.