Lastres 1.933

Crónicas del pasado...

Sesenta y cuatro son las embarcaciones matriculadas. Veintiuna, grandes lanchas de motor con capacidad para 14 tripulantes, cuatro de vapor con la misma cabida, cuatro botes a motor de tres tripulantes, y cuarenta y cinco de remo para dos personas, cuatrocientos treinta y dos hombres en total, eso decían las crónicas de la época...

Son armadores de embarcaciones veintinueve personas, exceptuando a los propietarios de botes sin motor.

Todos los marineros - armadores, patronos y subalternos, forman parte de la sociedad UNION DE LASTRES, afiliada a los Pósitos martítimos que es la que regula todas las actividades relacionadas con la pesca.

Conserveras de pescado aparte - los escabeches lastrinos son exquisitos - existen ocho negociantes que se dedican a enviar pescado en fresco al interior de la Península y a veces a Francia, en camiones.

Aquí se sala la anchoa y se prepara para su elaboración definitiva en cantidades muy grandes que luego se llevan a Italia donde están las grandes manufactureras, pero también a Santoña o a Candás donde existen fábricas de alguna importancia.

Dicen asimismo las crónicas que "Cuenta esta población aparte de la pesca con otras industrias, tales como un importante taller de carpintería de ribera, otro muy importante taller mecánico también para atender los motores de las embarcaciones y de los cinco camiones disponibles para el transporte del pescado, así como comercios, cafés y una reconocida fábrica de máquinas para hacer cigarrillos"

Debe indicarse también - continúa - que "Por este puerto se exporta casi toda la antracita de los Cotos mineros de Carrandi y Agüera"

Pues, nada...

Que poco más o menos, así era la cosa en 1.933, ya ven...

Por cierto, esa trainera que ven ahí, era el Sagrado Corazón de Jesús, hecha en los Astilleros de Luanco para un armador del puerto de Lastres.