Los Castros Locales

Recuperado de una publicación de Búscolu del año 2005

Aurelio de Llano reconoció en términos del Concejo de Colunga cinco castros: Obaya, La Isla, Castiellu, La Riera y la Villeda.

J.M. González en su catalogación de castros asturianos en términos del municipio, cita sólo dos: El Castiellu en la parroquia de la Riera y el Castru de San Juan de Duz o Castru de la Villeda.

A.del Llano, alude que en el término de Colunga, existen algunos cerros, que fueron habitados por agrupaciones prerromanas, según se ha comprobado dice “con las excavaciones que hice a mi cuenta y con cargo a mi peculio”. En Obaya, La Isla, CastielLu , Cerro de la Riera de Colunga y la Villeda, donde encontré , dice, objetos iguales a los del Castro de Caravia. La planta de los castros es circular o elíptica y la fortificación simple, doble o triple, según si tienen una dos o tres terrazas escalonadas, que se comunican entre sí por medio de rampas, como en la Riera. La de la Villeda es mixta, al este un foso y el resto pared, la terraza tiene un perímetro de 300 metros.

Siguiendo la misma fuente podemos decir que en el cerro de la Riera estuvo una de las ciudadelas citadas por Plinio, cuando habla de la organización de los astures. Dice Plinio que “los astures constituían veintidós pueblos y estaban organizados de menor a mayor: la familia, el clan, la tribu y la federación de tribus. Cada clan contaba con un castro o lugar fuertemente defendido y existía además la ciudadela o fortaleza central de la tribu.”

Esta fortaleza según él la única que se ha descubierto en Asturias, debió tener mucha importancia, a juzgar por su superficie y por el número de rampas que conducen a las terrazas donde estuvieron las viviendas. El recinto era inexpugnable al suroeste, el terreno está naturalmente tajado sobre un barranco y el resto del perímetro se conoce que estuvo fuertemente amurallado. La ciudadela se alza en medio de un espléndido valle fertilizado por el río Colunga y los cinco castros citados están próximos a ella, el más lejano es el de Caravia y sólo dista unos seis kilómetros aproximadamente en línea recta. Es de suponer afirma que situados más o menos estratégicamente hubiera algunos castros en los productivos terrenos de Loroñe, Carrandi y Libardón , todos bajo el amparo de la ciudadela.

Es arriesgado intentar la localización de una tribu determinada si se admite que el Sella marcaba el límite entre cántabros y astures, mas la división étnica, entre estos pueblos, no debió marcarla el río ya que la clara frontera dialectal de hoy en día sólo justificable por el repartimiento de poblaciones y hablas prerromanas induce a suponer a los cántabros extendidos hasta el Sueve, según señala Adolfo García en “Mela y los Cántabros”.

Las interferencias tribales entre ambos pueblos son frecuentes. Esto unido al hecho de haberse hallado en la parroquia de Sales dos antropónimos frecuentes entre astures (Doidero y Ambati), permiten formular la hipótesis de que fuesen Caravia y el Sueve zonas de interferencia entre astures y cántabros, pudiendo otorgarse a la comarca colunguesa un cierto carácter fronterizo , aunque dentro del ámbito de los astures.