Os mostramos una noticia de 1928, publicada en La Vanguardia, que nos narra un crimen cometido en Carrandena.

La Vanguardia

Edición del jueves, 05 abril 1928, página 25

En  Carrandena, perteneciente al concejo de Colunga, vivía en una casa de su propiedad Mercedes Fernández Llera, de 72 años, viuda, que se hallaba en buena posición y tiene tres hijos en América que se hallan ricos.

Hace pocos días recibió de uno de ellos varios regalos y unas monedas de oro. Anoche penetraron en su casa ladrones cuando se hallaba acostada y la estrangularon, robándole el dinero que había en la casa. Esta mañana fue una modista a la casa encontrando el cadáver de Mercedes y lo denunció al juzgado. Este practica diligencias para averiguar el paradero de los criminales. El hecho produjo honda indignación..

Más detalles sobre el crimen de Carrandena

Se conocen algu=os detalles más. El lugarcillo de Carrandena, donde se cometió el crimen, se halla situado sobre una colina en las inmediaciones de Libardón (Colunga). Allí se trasladó el juzgado comenzando las investigaciones. Mercedes Fernández Llera, contaba 70 años y vivía sola. Tiene tres hijos, dos en Cuba, dedicados al comercio y uno en Chile. Todos ellos en buena posición. Enviábanle con frecuencia el dinero que necesitaba para vivir holgadamente. Muchas veces quisieron llevarla en su compañía, pero se negó. Cuando recibía dinero de alguno de sus hijos, le producía tal alegría que lo refería a los vecinos, mostrándoles el cheque. 

Recientemente llegó de Cuba un vecino trayendo para Mercedes un crucifijo de nácar, un reloj también de nácar y 25 libras esterlinas. Estas debieron ser la causa del crimen. Reconstituyendo el hecho se supone que el criminal fue uno que llegó a las altas horas de la noche a casa de Mercedes y con una barrena abrió un agujero en la puerta, por donde metió la mano, abriendo. La anciana no podía darse cuenta porque además de que dormía, era sorda. El criminal, que debía conocer bien la casa y sus costumbres, llegóse hasta la cama de la anciana y la despertó, pretendiendo obligarla a que le diera el dinero. Como se negara a ello lucharon y el criminal la echó una cuerda al cuello, ahogándola. El criminal se llevó las libras esterlinas y el reloj, ignorándose si falta más dinero, porque algunos muebles aparecieron desvalijados.

El juzgado ordenó algunas detenciones, que dejó luego sin efecto, más parece que existe una pista segura