El “caché” de Caruso, el cartel con Gardel y la sanción gubernativa.
“Vengo de mi Libardón
saltando matos y muries
para cantar en Xixón
¡Viva el Príncipe de Asturies!”
Más o menos para no andar buscando documentación, así reza un cantar que como otros muchos fue fruto de la inspiración del Gaiteru de Libardón, unos más conocidos y otros menos, unos más “ortodoxos” y otros menos…
Creo que continuaba así pero no me hagan demasiado caso que yo estas cosas las sé todas de oídas, que oreyes tengo, y con elles les escuché de boca de gente mayor y cercana además a D. Ramón García Tuero que así se llamaba…
“Dicen que no hay roxu buenu
yo digo que ye un levantu
pues el Príncipe ye Roxu
y ye buenu como un santu”
Hombre llano –que no vulgar– atento a todos, sin distinción de categorías o títulos, respetuoso con la autoridad que no sumiso, tuvo el aprecio del pueblo y de los poderosos al mismo tiempo, algo nada fácil sin duda, amigo personal del rey Alfonso al que acompañaba siempre en sus visitas a Asturias además de al resto de la familia real incluida la reina madre María Cristina que le concedió una audiencia particular interesada en conocer más de cerca a aquel asturiano del que tanto se hablaba. También trabó conocimiento en sus visitas a Asturias con el General Primo de Rivera persona de edad y carácter muy parecidos.
Presto siempre a tomar la gaita para alegrar y hacer asturianía allí donde se terciara, no vamos a repetir aquí lo de que nació en Arroes (Villaviciosa) que alcanzó fama mundial, que realizó grabaciones fonográficas –lo que en aquella época era algo poco menos que “estratosférico”– para Odeón marca de la INTERNATIONAL TALKINGMACHINE COMPANY, de Londres.
Por su parte la COLUMBIA PHONOGRAF COMPANY GENERAL vanguardista firma neoyorquina firmó con él un contrato en Buenos Aires por diez años, lo que significó que la mayoría de sus canciones las grabara con esa marca o con su subsidiaria “REGAL”, aunque sus postreras impresiones fonográficas fueron con la firma “PATHE” con sucursal en España. Su gaita también fue pionera en la radio alemana en aquellas primeras emisiones al margen de la música clásica de ópera o bandas civiles, ni que fue Gaiteru Mayor de España “El Gaiteru Real” porque eso ya lo sabemos todos, así como que
El gaiteru Libardón entró en el palacio
–de Revillagigedo– de Gijón como un elefante
en una cacharrería tocando la Marcha Real
Visita del Príncipe a Asturias en el año 1.924
aunque ya era reconocido como gran profesional en la región, el espaldarazo definitivo que le catapultó al reconocimiento y fama internacional se lo proporcionó el patrocinio de las entonces poderosas empresas sidreras El HORREO de Colunga y EL GAITERO de Villaviciosa a las que representó en las famosas Exposiciones Mundiales de París de finales de siglo.
Su reconocimiento al otro lado del Atlántico se inicia en 1.907 en que viaja por primera vez a América, luego Londres, más tarde los fastos de Barcelona y Sevilla, en definitiva, el prestigio y la fama…
Destaca su biógrafo y nieto D. Juan Carlos Miranda que en Cuba compitió económica y artísticamente con el célebre tenor napolitano Enrico Caruso con quien coincidió en el mismo teatro. El asunto fue zanjado con igual “caché” para ambos, dejando bien sentado cual era en aquel entonces el status artístico de D. Ramón.
Solía actuar sólo, pero cuando lo hacía acompañado las más de las veces lo era por D. José García, conocido por el sobrenombre de “El tambor de la Abadía” llamado así popularmente por ser de Cenero, donde se encontraba tan renombrada construcción. Tenía la habilidad de tocar la gaita y cantar muy bien a la vez, improvisando en no pocas ocasiones sus cantares y adaptándolos a las circunstancias.
Ahora en las antiguas escuelas de Libardón que han sido rehabilitadas se muestra al público una muestra histórica en el museo homenaje al Gaiteru que acerca al público la música tradicional asturiana con una muestra histórica de los géneros populares, cosa que me parece muy bien, claro que ahora si se completara con una buena escuela de gaita… bailes regionales y eso pues sería ya la pera… pero bueno todo se andará, la noticia es excelente a mi ver, como no lo fue menos en su momento la de hacer un Certamen anual de gaita en la Plaza de Chile en Agosto que honrara su memoria y la de la música tradicional asturiana…lo digo porque acudo todos los años, lástima es que los allí presentes sólo sean los organizadores del evento, los concursantes, la familia de los concursantes, unos cuantos del pueblo- tampoco crean que demasiados- la típica pareja despistada de turistas de Madrid o de Murcia, igual da, con las revoltosas e inevitables niñas correteando por allí sin control jorobando a todo el mundo, el guiri larguirucho con pantalones cortos y horribles calcetines que nadie sabe quién es ni de dónde sale sacando fotos a todo lo que se mueve, el jurado y cuatro gatos más que casi se pueden contar con los dedos de una mano.
Poca cosa para tanto despliegue, pues la organización es impecable y los premios para lo que son estas cosas muy dignos.
¡Vamos! que pienso yo – que a veces lo hago - que un acto de estos debería estar más apoyado tanto por el pueblo en general como por las inevitables “autoridades” de turno que quizá debieran respetar más a quienes muestran respeto por la cultura tradicional y la fama que a golpe de fuelle y roncón se ganó el Gaiteru en todo el mundo… muestra de ella es este digamos “poco ortodoxo” y menos conocido por ello, cantar popular que circulaba allá por los AÑOS 20 cuando lo de Annual y eso…
“El gaiteru Libardón mandó
buscar a Melilla
un pelleyu pa una gaita
aunque fuera de una niña
“Dijo el jefe de la harka :
¡Gaiteru de Libardón!
De una niña no respondo
De un moro respondo yo.”
No obstante, autoridades por allí pocas se ven, a no ser a los que les toca, que se acercan a última hora para lo de la foto y mirando el reloj impaciente sin demasiado disimulo si el jurado se demora en demasía para salir “pitando” nada más que deje de destellar el “flash” del fotógrafo. ¿Lamentable?, pues sí, pero nada más cierto.
Pero a lo que vamos que es la anécdota en sí que era el objetivo primario de esta “cosa”
El caso es que, a la autoridad gubernativa de la naciente república, celosa sin duda de su responsabilidad – se conoce que en ese momento no tendría otras - no se le ocurrió más que sancionar al popular gaiteru ni más ni menos que por no andar demasiado al corriente de la “legalidad vigente” –nefasto término por otra parte- que no suele traer más que quebraderos de cabeza a la gente cabal, así lo recoge un conocido diario de tirada nacional con fecha 29 de agosto de 1.931, concretamente el ABC.
El hombre falleció al año siguiente, o sea en 1.932…la misa solemne y la procesión de San Roque de Libardón de 1.931 quedarán señaladas como aquéllas en el que el público oyera por última vez su gaita, pues poco después enfermó ya definitivamente, falleciendo al año siguiente.
Las “autoridades” de turno no debieron tener en cuenta el hecho de que quizá una persona de avanzada edad, y ya muy probablemente con problemas de salud no anduviera demasiado al corriente de las normas “emanadas” de las autoridades del momento- porque las normas de las autoridades “emanan” no van a salir así como así, como salen, pues no sé, les patates por ejemplo -no - “emanan” donde va a parar y se ocupara más de sus cosas que de la dichosa, cambiante y arbitraria legalidad vigente
Viene esto a cuento porque las “autoridades”, cosa curiosa esa de las autoridades por cierto, aunque nunca alcancé a ver demasiado bien para qué son necesarias, pero bueno… el caso es que ellas – las autoridades digo – de cualquier color o catadura que sean, eso da igual, siempre parece que tienen bastante afición a demostrar que lo son… digo yo que será para que el pueblo asuma y de hecho asume, que son algo como de lo más normal e imprescindible del mundo cuando para nada lo son… muy al contrario, pues sería un gran adelanto para la gente cabal prescindir de ellas…un adelanto mayor que la luz eléctrica, el ferrocarril, y la cosa esa de descifrar el ADN juntos, no lo duden… y este es un buen ejemplo de ello.
¡Autoridades y ciudadanos! ojo, que no ¡ciudadanos y autoridades! no, que no es lo mismo no la empecemos a liar no vaya a pasar “el carru por delante les vaques…”
Así empiezan todas esas patéticas diatribas y lo aceptamos como normal ¡ay que joderse!
¿Ustedes creen que en caso similar las “autoridades” de ahora actuarían de distinta manera?
A mí no me cabe la menor duda… ¡NO!
En Loja lugar de la parroquia de San Juan, término municipal de Colunga en el Principado de las Asturias de Oviedo a veintiún días del mes de Mayo del año de dos mil y veinticuatro del Nacimiento de Nuestro Señor.
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