Omar Pardo: El Picu Pienzu en el monte de Carrandi

Cualquier comunidad humana que se asienta sobre un territorio para hacer uso de él va progresivamente dando nombres a cada fragmento mayor o menor de ese espacio que se reserva haciéndolo único, familiar, propio…esos nombres no son puestos sin más, a capricho; nada de eso, el topónimo representa y reproduce el mundo circundante, es una emisión lingüística, un signo lingüístico, que puede ser una palabra una frase, una oración; existen múltiples factores explicativos, nunca están determinados por el capricho.

Los estudios sobre toponimia tienen su importancia sobre todo porque detectan un fenómeno muy frecuente en el área que nos ocupa y también en otras áreas con algún registro lingüístico diferenciado del castellano pues no se da la correspondencia esperada entre los usos orales y lo que se refleja en los catastros, nomenclátor, mapas y otros documentos administrativos en los que se intenta traducir el topónimo a la lengua oficial del Estado, privándolo -en muchas ocasiones- del contenido significativo que tienen todos los topónimos, desvirtuando -otras veces- su valor histórico, geográfico y afectivo.

Así pues, recuperar y mantener pues las formas tradicionales en la toponimia asturiana, sus nombres propios, es una muestra de respeto hacia la historia humana y cultural de Asturias, ya que de lo contrario estamos desvirtuando gravemente nuestra ancestral memoria, ya que los nombres de lugar casi siempre nos están diciendo algo.

Es por ello que distorsionar a la ligera los nombres de lugar es despreciar claramente lo que nos están diciendo que en la mayoría de los casos es mucho.
Aquí en nuestro solar sin ir más lejos y por citar solo una muestra vamos a poner el ejemplo del mal llamado Mefal en Sales, que por aquello de confundir en la grafía antigua una B con una M, al hacer un mapa alguien que no era de por aquí que no tuvo el aquél de preguntar a nadie distorsionó para siempre ya lo que nos indicaba el topónimo correcto que debiera ser “Befal” de Bifaria, bifurcación, y ello es así porque ahí se juntan dos ríos, una bifaria muy común también en otros lugares de Asturias, el Libardón y su afluente el Río Llobones o de Sales.

Lo mismo ocurre con el moderno invento de La Griega, nombre que basado en una estúpida leyenda – que no deja de ser solo eso, una leyenda – que atizada por ciertos intereses como todos saben, distorsionó para siempre su nombre original.

También tenemos bien cerca por sangrante el ejemplo de Bustalega, cuyo significado original muestra bien a las claras su origen, hasta que un erudito iluminado urbano harto vino – que esos siempre venían de papu – bien contento ya por la consiguiente fartura, dijo:

“Coño, qué vista más guapa, esto nada de Bustalega, Vistalegre se llama”, y claro el pichichi de medio pelo de turno temeroso de perder su canonjía dixo:

¡Pues ale…!

Y así de tontas son estas cosas.

Con lo de Sueve y todo eso que algunos defienden con uñas y dientes no sé por qué sucedió lo mismo, porque esa denominación tiene cuatro días como quien dice, y los que basan su indiscutible aserto en antiguos documentos no son capaces de esgrimir esa denominación actual mas que en papeles de una supuesta antigüedad que desde un punto de vista histórico da risa, pero en fin, así son las cosas, pues al erudito de turno se le ocurrió envalentonado por la fartura de papu y les dos copes ya, que a eso que siempre se llamó por los coterráneos. “EL PUERTU”, O PORLOS LLASTRINOS “EL MONTE CARRANDI”, bien pudiera llamarse Sueve, ya que según sus estudios – o eso decía él - por aquí anduvieron los Suevos en su día.

Claro que al ser esa hipótesis difícil o imposible de sostener con el tiempo, pues fue necesario darle solución, y no sé a quién ya por aquello de no andar cambiando documentos grafías y mapas dixo, sin ton ni son, eso sí:

¡Coñooo… Pues Sueve!; pero nada de suevos y todo eso; esta vez derivado de Iovi (Júpiter romano) que esos si que anduvieron algo por aquí, que así matamos dos pájaros de un tiro; y hasta ahora

Así que lo del PUERTU o MONTE CARRANDI, quedó para la Historia distorsionando así gravemente lo que ese nombre secular nos estaba contando, que era ni más ni menos el motivo de su nombre.

No vamos a entrar aquí en las sobrevaloradas hipótesis proceltistas, la antigüedad de los preindoeuropeos ni nada de eso, pero que aquello de que la lengua euskérica es más antigua que la pana no lo discute nadie, y el termino Carrandi deriva de Car que denota altura y arr- roca o peña, y andía; o sea altura grande que es ni más ni menos lo que hay; así de simple.

Y si no que se lo digan a las gentes de Lastres que a través de los siglos elaboraron su sabiduría popular en torno al Monte Carrandi como básico indicador y referencia tanto del tiempo atmosférico, de la situación del mar, o como referencia básica de la orientación de los caladeros de pesca no refiriéndose con este nombre al pueblo que está en su ladera norte sino a todo el conjunto , no hay más que ver las marcas o Lúos que aparecen con el trasfondo del Monte de Carrandi, referencia básica desde tiempos inmemoriales tanto para la navegación como para correcta ubicación y por tanto orientación de los caladeros de pesca.

En fin; al menos el nombre de su principal altura, o sea el PICU PIENZU, pues al menos hasta ahora aún no se ha distorsionado, aunque nunca se sabe puesto que ahora con tanto concejal de Cuenca suelto por ahí con poderes omnímodos por mor del plebeyismo imperante quizá en un futuro próximo nos llevemos una sorpresita similar, y como ya nada nos espanta…

Porque el nombre de Pienzu tiene su origen en el término bable cuyo significado es: INCLINADO, LADEADO, un tanto torcido o defectuoso, si cabe, en definitiva un cono irregular como lo es o más bien lo era la antigua falda de las mujeres con sus fruncidos irregulares de sus bordes un tanto inclinados, altos bajos o retorcidos que había que equilibrar.

En fin; en resumen que todo tiene su razón de ser, pero claro hay una plaga por ahí suelta de “intelectuales de medio pelo”, o lo que por aquí siempre se llamó “Listos de oreya”, protegidos por la MASONERIA, que vágame Dios; y así nos va.
¡Lamadrequeloparió, eh…!