Omar Pardo: Indianos de Libardón, Buenaventura el del Pallarín, fundador de Villa Alemana en Chile

Que sí, que sí; que ya sé que ustedes han estado en el Caribe, en Nueva York, en el crucero ese de lujo, pero que no haga demasiado daño a la saca para enseñar las fotos luego a los vecinos y todo eso, sí…

Pero que a no ser que sean de la parroquia ni idea tienen donde está el Pallarín, por ejemplo, claro, ni tampoco, Güertuscuru, La Nieta, Carrandena, El Peñeu, El Soldau, y bueno; para qué contarles, pero sepan que Libardón era la parroquia más poblada de todo el término municipal de Colunga y por tanto la que más tomó las de Villadiego, o sea la que más emigró claro, que la natalidad era muy alta, los recursos escasos y a la fuerza ahorcan; ya saben.

Pues bien, aventuras de sus paisanos allende los mares hay a porrillo. A unos – los menos – les fue de lujo, a otros así, así; y al resto mejor no hablemos, que aunque solo se asoleye lo bueno, pues de todo hubo…

Así que ahí tienen un ejemplo, de los primeros, claro; que de los demás pues poco o nada se sabe, que así son estas cosas.

BUENAVENTURA EL DEL PALLARIN:

Buenaventura Joglar Amandi, nace en el Pallarín de Libardón el 1 de Febrero de 1846 hijo de Justo Joglar Llera y Teresa Amandi Muñiz.

Lector desde pequeño, le hace soñar partir a América por mejores horizontes, con un firme propósito y tras un tiempo de ahorros, se embarca para Cuba que a la fecha aún era parte de España.

Nunca pudo el joven Buenaventura adaptarse al clima cubano y decidió tras algunos meses de estadía partir rumbo al sur, pasando por Ecuador, Perú recalando finalmente en el puerto chileno de Valparaíso a mediados de 1875, ya bordeando los 30 años.

Sus dotes de liderazgo y su olfato comercial le llevaron primero a fundar la Sociedad Protectora de Españoles de la cual fue fundador y su primer presidente.
Ya en Chile Don Buenaventura se topa casualmente con Valentín Cangas Collado, hijo de Bernardo Cangas Sánchez que era hermano de sus padrinos, todos ellos del Esllabayu en Libardón

Valentín tenía una pulpería y fue además el fundador de un periódico en otro pueblo Casablanca, que estaba en el camino a Santiago, la capital de Chile.
Entonces ya con cierto respaldo familiar la cosa se le enderezó un tanto al inquieto Buenaventura y en uno de sus numerosos viajes en tren yendo en ruta a Peñablanca, pasa por los prados de una Viña hermosa, y al consultar le cuentan que esta se llamaba Viña Miraflores y que su propietario se llama Nicanor Lombardi, un ciudadano italiano.

Su naturaleza visionaria le hace adquirir estas tierras hermosas lo que logra con el apoyo de su familia y su capacidad de convencimiento, pues él por sus propios medios nunca hubiera podido emprender tal empresa, las lotea, conformando lo que será Villa Alemana, una nueva ciudad para Chile de la que será su fundador, forma una gran familia, se casa con Adelaida Fuentes, cuya mujer es descendiente de Rodrigo de Araya, uno de los compañeros de aventura del conquistador Pedro de Valdivia.

Don Buenaventura Joglar tiene 10 hijos. Al año siguiente del terrible terremoto de 1906 que azotó la zona, Buenaventura Joglar Amandi muere de un infarto cardiaco a la edad de 61 años.

Buenaventura Joglar quien tuvo de abuelo a José Joglar y Valentín Cangas Collado quien tuvo de bisabuela a Teresa Joglar, hermana de José, provienen de un mismo tronco Joglar y, a poco más de 100 años de la llegada de estas dos familias asturianas que legaron grandes obras para Chile, se casan Ricardo Arratia Joglar, tátara nieto de Buenaventura Joglar, con Pilar Cangas Báez, tátara nieta de los Cangas Sánchez y bisnieta de Valentín Cangas Collado, teniendo a la sazón tres hijos: Iñaki, Arantzazu y Begoña. Después de 200 años vuelven a unirse.

Sangre de Libardón allende los mares.

Ahí les muestro una “semeya” familiar.

Y no se olviden de darme un poco de jabón, coñooo… Con lo que a mí me gusta el jabón y lo poco que cuesta hombre.

¡Ay...!