Omar Pardo: Sobre emigración, bable y nostalgia

Emigración; temible palabra para el nativo astur apegado al terruño como nadie, y temible digo puesto que de ninguna manera era deseable, ni antes, ni ahora, pero en fin; que a la fuerza ahorcan, ya saben y bueno, en coyunturas desfavorables que haberlas haylas y a porrillo pues que no queda otra y no hay más, así que de poco sirven los llantos y los lamentos.

Esa delicada coyuntura a la que me refiero era muy común a finales del XIX y primer cuarto del XX que fue cuando por estos lares apretó más la necesidad debido a una serie de circunstancias desfavorables (Economía agraria de subsistencia, familias con exceso de hijos y demás) que obligaron al astur menguado de recursos y con poco futuro en un entorno que no daba para más a coger las maletas para pasar al otro lado del charco un poco a la aventura y sin demasiadas expectativas de retorno, abandonando así para siempre a su familia y a su amado terruño a no ser que un milagro se produjera.

El emigrante en su nuevo entorno ve la vida que tiene por delante con temor y con frecuencia se refugia en un pasado bucólico que convierte en su paraíso perdido alimentando constantemente su anhelo de volver, pues al emigrar se lleva la patria dentro y esa patria es su objetivo nostálgico, siempre recordándola, idealizándola y pensando en volver aunque el regreso la más de las veces se vuelva cada vez más lejano, porque para algunos la realidad hizo añicos sus ilusiones, y para otros las circunstancias de aquí o de allá, lazos personales, compromisos adquiridos y demás impedirán el idealizado retorno definitivo, aunque siempre quede la esperanza de volver.

Y es ahí donde entramos de lleno, en las nostálgicas cartas que llegan muy esporádicamente, las gacetillas, los semanarios y las Revistas de Ultramar en las que se da cuenta de sus andanzas allende los mares y que les acerca a su terruño y sus familiares al menos un poco.

Y como no podía ser de otra manera, en esas gacetillas, en esos semanarios y en esas añoradas cartas, se utiliza la lengua vernácula, un tanto idealizada también, y es una fuente inagotable de multitud de escritores en bable de muy diverso jaez; desde los eruditos que escribían en los semanarios de la Habana, Buenos Aires o Santiago de Chile, hasta los bardos populares sin mucha o ninguna formación académica que expresaban sus sentimientos y emociones a través del lenguaje de su infancia.

Así pues no solo debemos tener en cuenta al hablar de los primitivos bablistas a los más académicos y socorridos, Xosefa Jovellanos, Acebal; Caveda y Nava,Teodoro Cuesta, Vital Aza, Marcos del Torniello, Pepín de Pría, Luis Aurelio, García Oliveros y demás.

Debemos tener en cuenta a muchos otros más o menos ilustrados de procedencia ultramarina y un tanto olvidados, que van desde un erudito Alfonso Camín hasta el último bardo popular de lo más humilde.

Aquí en nuestro solar debemos tener en cuenta a dos importantísimos personajes que son el alma mater de los escritos en bable en este solar y en sus dos más conocidas vertientes:

La culta del rico hacendado o burgués adinerado, que es por norma general el pionero tipo Xosefa Jovellanos, Caveda y Nava, Teodoro Cuesta sin relación alguna con la emigración ultramarina, encarnado aquí en Colunga por el prócer y Abogado de Loja D. Luis Montoto y Cobián muy conocido por su influencia política y por su labor benefactora, pero muy desconocido en lo que se refiere a esta faceta, pues fue uno de los primeros autores e impulsores del uso del bable en muy diversos escritos.Y la más popular de la que hay muchos exponentes, pero en la que destaca un vecino de la parroquia de Sales, nostálgico de su terruño emigrado al otro lado del charco que refleja meridianamente el sentir del nostálgico emigrante al que nos hemos referido, sin adornos, dramas o exageraciones, algo muy poco habitual en esa época por lo cual tiene un inmenso valor.

Una verdadera joya; léanla despacio.

Ahí se la muestro:

Aquilino Martínez Vallina, vecino de la parroquia de Sales, año 1.918

Cuando me fui por el mundu
creendo hallar más ventures
al dexar el noble suelu
del solar de los astures
en un pegollu del horru
dexé escritu este lletreru:

“Si non güelvo más a Asturies
que me valga el mundo enteru”
y con esi sentimientu
crucié yo la mar saláa
pensando siempre en golver
a la mio tierra encantáa

Y en el dolor de la ausencia
y en el reciu trabayar
aquel lletreru del horru
nunca lu pudi olvidar

Cara a mi Asturias del alma
cruciaré otra vez los mares
bien hayan los que se quedan
librelos Dios de pesares

Pa todos a la Santina
pediré la bendición
en una oración muy llarga
nacía del corazón.

Y a los vieyinos que sufren
llevareyos yo tamién
unes pallabres de alientu
de los fios que non ven
desde ya fai munchos años
fartuquinos de llorar
al non saber de los fiyos
que pasaron más allá.

Direyos: Madres dolíes
non lloréis por los ausentes
que así sufren más los probes
al non tenevos presentes.
Por cada arruguina vuestra
un besu quisiera dar
infeliz el que non pueda
tanta ventura algamar.

Tan frayaos los probinos
de penes y sentimientos
pero siempre vos envíen
los mayores pensamientos.

Perdonáilos si no escriben
de facelo non hay ganes
perdonáilos sois muy güenes,
toes les madres asturianes.

En cada lletra una llágrima,
pa decívoslo vendría
¡muerro de dolor y ausencia!
¡non puedo más madre mía!

Pero tenei fe, porque ellos
algún día volverán
bien hayan los que se quedan
Dios guarde a los que se van

Asturies ye per hermosa
diznos el recuerdu santu
que alivia mientras pasamos
el destierru del quebrantu
dizlo el arin cuando pasa
so la fuente cristalina
espeyu onde va mirase
la fachendosa mocina
y al vese tan melgreyera
llora per son dueñu ausente
y les llágrimes salpiquen
el espeyu de la fuente.

Dizlo el ixuxú robustu
que resuena en la pradera
y dizlo con sos suspiros
la mozina cuando espera.
Dizlo el bello manantial
de la fuente la Miranda
onde yo iba too los dis
por dos calderaes de agua.

Y dícenlo les campanes
cuando repiquen pa misa
y Perico el de Pelano
baxa fartucu de risa,
y sórbeye un tragu al Cura
dentro de la Sacristía.

¡Conchu el que podia tener
tal gusto tooos los días!
Que Asturies ye pergalana
pergraciosa y perguapina
dízmelo la voz del alma
callando y amorosina.

En el lugar de Loja parroquia de San Juan, término municipal de Colunga en el Principado de las Asturias de Oviedo a veinticinco días del mes de agosto del año de dos mil y veinticuatro del nacimiento de Nuestro Señor; que EL nos ampare.

Omar Pardo y Cortina.