Omar Pardo: Una de romanos, las minas de monte Carrandi

El comienzo de las labores extractivas tras la pacificación romana permiten suponer que los móviles económicos no eran ajenos a los planes imperiales.

La explotación económica en Asturias en la época alto-imperial al igual que sucede en todas las sociedades antiguas en general está basada esencialmente en la tierra: agricultura-ganadería-minería.

Los sectores básicos de producción en Asturias eran sobre todo la minería, explotaciones auríferas de la zona occidental sector agrícola-ganadero artesanal sobre el que la escasez de testimonios no permite adivinar ni la clase social a la que pertenece la fuerza de trabajo empleada ni los productos, su destino, propietarios de talleres, etc.

La organización militar y administrativa no respondía a un intento premeditado y consciente de asimilación cultural, sino al deseo de mantener una paz interior que permitiera el desarrollo de la explotación minera, aurífera sobre todo.

Las mismas vías romanas estaban concebidas para estos fines: control militar y explotación minera. Las minas del N.O. hispánico eran propiedad del fisco y su importancia fue extraordinaria. Se ha calculado que a fines del siglo I aportaban un 7% de las rentas imperiales.

Pero la mayor parte de las explotaciones se concentraban en la zona de León y al Norte de la cordillera Cantábrica básicamente en las zonas occidentales, lo cual no quiere decir como veremos a continuación que aunque en menor medida las minas de la zona oriental y concretamente de nuestra zona que es la que nos ocupa no tuvieran su importancia.

Las minas funcionaron a pleno rendimiento desde mediados del siglo I y a lo largo del II, iniciando un retroceso desde finales de esta centuria bajo la dinastía de los Severos.

En cuanto a valorar la influencia de las explotaciones mineras en el entorno indígena existen ciertas dificultades, si bien en las minas leonesas se ha probado la presencia de esclavos o “damnati ad metalla” o condenados a trabajos forzados, no tenemos la misma constancia para Asturias, por lo que habría que pensar en una mayor utilización de trabajadores indígenas.

El desarrollo minero propició la ocupación o rehabilitación de algunos castros muchos de los cuales entraron en decadencia con el posterior abandono de las minas, poniendo de manifiesto la relación entre uno y otro fenómeno.

Sin duda se beneficiaba Roma de los minerales de nuestra zona, y debería ser La Isla a buen seguro el puerto que utilizaba para llevarlos por mar. Roma con posterioridad sin duda se hizo cargo de la importancia de Lastres como lugar estratégico y como puerto seguro. Bajo Felipe IV cuando los medios de guerra dejaron a distancia cuasi infinita los tiempos de Agripa, Lastres era aún un bastión inconmovible ante los riesgos más trágicos.

En una extensión de tres kilómetros que faldeando el cerro de la Villeda median aproximadamente entre las playas de la Isla y la desembocadura del Río de Colunga en el arenal de San Juan, se han descubierto diversos objetos e interesantes ruinas, que o fueron destruidas a golpe de azada o de nuevo fueron sepultadas para aprovechar los terrenos que las cubren. Científicamente exploradas permitirían éstas estudiar el grado de progreso que alcanzó la industria en esos tiempos

Es necesario hacer especial hincapié sobre los terrenos próximos a la iglesia parroquial de La Isla y los del Arenal de San Juan en términos de la parroquia de  Duz, donde se cree que se levantaron importantes establecimientos industriales para beneficiar los metales arañados de las entrañas del Monte de Carrandi (Hoy mal conocido por Sueve) y los montes de Vega y de La Riera..

En la playa se hallaron unos hornos y se especifica que uno era de grandes proporciones (Wenceslao Poladura).

También en la playa aparecieron restos de una cañería subterránea hecha con baldosas de barro cocido de 0,50 por 0,52. En una ligera excavación en las proximidades se halló una tobera, varias piedras con adherencias de hierro y otros restos, y en un sepulcro de ladrillos desenterrado cerca de allí por D. Antonio López, párroco de San Juan se encontró un vaso de vidrio lleno de mineral de hierro pulverizado.

En terrenos de La Isla aparecieron hornos de formas y magnitudes diferentes que aún conservaban cenizas y se pudieron recoger entre ellos varios objetos de cobre.

Según el propio Vigón, con anterioridad se hicieron excavaciones y por lamentable acuerdo fueron entonces destruidas una parte de las obras descubiertas utilizándose muchos de sus restos en obras nuevas. Debido a eso fue fácil según él adquirir algunos de aquellos ladrillos, varios trozos de “hormigón” y unas barritas de cobre, que se hallan en el Museo Arqueológico en Oviedo.

Las labores mineras romanas en la transformación del mineral de cobre y hierro en nuestro solar, especialmente el hierro fue con seguridad lo que echó los cimientos de una industria floreciente aún en los siglos XV y XVI: las ferrerías del concejo de las que pueden reconocerse algunos restos en las parroquias de La Riera y Gobiendes.


LAS MINAS DEL MONTE CARRANDI (EL PUERTU)

A los romanos corresponden las labores mineras de la Riera, las de la Vega y las del Monte Carrandi.

En el Puertu hay muchas minas, hay la de Ablanín y la de les Duernes, la de Peña Corvera y la de Sierra, la de la Boleruca de los moros y la del Sol de Miguel, hay la de la Candanosa y la de la Mua, la de Llavayos y la de Babú, otra la del Ablanucu, otra la de Fontanilles, otra la de Busternaldo otra la de Posadorio, otra la del Calderón.

Algunas de ellas son fantásticas, guardan tesoros de encanto con gallinitas de oro y perlas.

Otras son auténticas. En muchas lo que son lo dice el mismo nombre a más de decirlo el sitio.

La mina de Llavayos verbigracia, que está a la falda del Sueve y en términos de Gobiendes, aún dice que las labores que se efectuaron en ella como explotación acaso cuentan con una lejana antigüedad .

Hay también campo de Llavayos y Cueto y Fuente, y pozo de Llavayos.....

Los viejos documentos dan Lavalios, en castellano lavajos-charcas de agua movediza, aguas en las que se mezclaron impurezas de lo que se lavó en ellas..

De los Llavayos del Sueve, también sin duda hubo algunos que fueron lavaderos. Cerca de Llanu- Llames denunció una pertenencia que dijo él Novaleta y Asturiana el ingeniero inglés George Nichols. Fue en el 58 y la explotación llegó al 61 y dio carbonatado de cobre con alguna mezcla de azurita.

Desde luego el origen del nombre del lugar del Esllavayu en Libardón queda fuera de toda duda…

Más recientes son las minas de carbón de Carrandi, o Coto Minero del Requeté, la Mina Consuelo de Carrandena y el Esllabayu, la de hierro de la Toya, la de calcita del Toniellu, la de La Canal y La de Los Cestos, o la Mina Emilio de Loroñe aún en activo

Bueno, y a todo esto; ya me dirán que bocamina es esa, ya, imagino…

¿O igual no…?