Recuperamos este trabajo publicado en marzo de 2010 por uno de nuestros lectores, Ramón Marcilla.

Esta información tiene su fuente en: El portal del Concejo de Colunga. (buscolu.com). “Descripción geográfico-histórica del Concejo de Colunga” Juan Antonio Suárez Victorero. (año 1837). Colección:  Monumenta Histórica  Asturiensia, “Archivo del  Patrimonio Histórico del Principado de Asturias” “El puerto de Gijón y otros puertos asturianos” Tomo I. Luis Adaro. Gijón 1976.

Lastres pueblo marinero, declarado conjunto histórico, está situado en el concejo de Colunga  (Principado de Asturias) en  las  coordenadas N 43º  30’   y  H  5º  16’. Su historia se vincula a la actividad pesquera desde tiempo inmemorial y por sus pedreros y acantilados caminaron los dinosaurios en el Jurásico.

Bajo el dominio de Roma, en la zona de la playa de La Griega (Colunga), tuvo su asentamiento un destacamento de  la Legión IV Macedónica que se ocupaba  de la explotación de las minas del Sueve y de la vigilancia de las fronteras (esta Legión se conocía como la  griega ya que fue reclutada entre los griegos de Macedonia en tiempos de Bruto. Estaba formada por 6.000 soldados de a pie y 500 jinetes, y tenía su asiento y cuartel general en Cantabria y mandaba sus destacamentos a lo largo de toda la costa asturiana. Por otra parte, historiadores  griegos y romanos han tratado de situar en el mapa a Noega  la ciudad de la tribu de los Lungones, pueblo Astur de hace más de dos mil años. Para unos estaba situada en Gijón o entre la ría de Villaviciosa y la playa de La Espasa; otros la sitúan en Selorio. Al calor de Noega florecieron otros enclaves , entre ellos Noecantrum  (cueva de Noega) registrado ya en los mapas confeccionados por Marco Agripa (año 18 a.C.)

El Noecantrum de Agripa  es Lastres (donde tuvo que fondear muchas veces), que poseía como accidente más significativo una gran cueva (antrum). Durante muchos siglos tuvo extraordinario valor  estratégico, pues aún bajo el reinado de Felipe IV se tenía por bastión inconmovible. Lastres era utilizado como puerto de carga de las naves que llevaban a Roma los distintos minerales y donde se embarcaban, también,  caballos asturcones, tan  celebrados por Séneca, Marcial y Silio Itálico.

Los  guerreros de la Macedónica eran, en su mayoría, adoradores de Mitra y los componentes del destacamento de La Griega pronto buscaron un “antrum” (cueva natural) para el culto, en una gran cueva de Lastres. La cofradía de Mitra, que tuvo  su culto en Lastres, creció rápidamente en seguidores al unirseles las gentes del lugar; pero como las cofradías no podían superar los cien iniciados, el templo siguiente se construyó en  Sanctus Mitra, la actual Santa Mera.

Lastres  parece que tomó su nombre de las lastras (les llastres) ,peñascos lisos que formaban  cavidades en su pedrero y que en tiempos pretéritos pudieron configurar cuevas grandes. No obstante, la parroquia nunca fue conocida por Santa María de Lastres  sino por Santa María de Sábada, derivación de Sátava que a su vez viene del  latín “stavat” que significa ancla o puerto seguro y así se reconocía a la ensenada de Lastres. En tiempos del rey  de Asturias, Alfonso III, en una donación dice que se dejan propiedades “in Bustalega, in Lavanderi et in Sátava “. Resumiendo: pudo conocerse por Noecantrum, después  por Sátava y finalmente  por  Llastres.

Lastres dependía espiritualmente de la iglesia de San Antolín correspondiente a los monjes benedictinos de Celorio (Llanes). La ermita de San Blas, anterior a la iglesia parroquial de Sábada, tuvo por objeto proporcionar a los vecinos un uso más frecuente de las obligaciones religiosas, evitándoles el penoso  desplazamiento a la iglesia matriz de San Antolín. Se presume que los vecinos de Lastres , con motivo de alguna calamidad  pública, o excitados por algunos de aquellos portentos atribuídos a las reliquias de santos, dedicaron tal ermita al glorioso martir San Blas, del cual se veneraba, con particular devoción, una reliquia en el monasterio de Valdediós ya desde el año 1350, obligándose con voto a dar diez merluzas anualmente, y  resultó, con el transcurso de los años, que lo que fue efecto de piedad y limosna voluntaria, lo convirtió el monasterio en un feudo de derecho de propiedad y directo dominio, exigiendo tanto el tributo de las diez merluzas como el hospedaje del monje encargado de su cobranza, a quien debía dársele cama , mesa, mantel, cuchillo y salero. Esta servidumbre duró muchos años hasta que fue considerada ilegítima por los tribunales. En  el Cabildo de la Catedral de Oviedo pasó a los vecinos de Lastres demanda similar a  Valdediós,  pero la perdió por sentencia de la Chancillería de Valladolid, en vista y revista en el año 1615.

El florecimiento de Lastres alcanza su apogeo en el siglo XVII gracias a su reconocimiento como alfolí real ( depósito: de sal, de grano, etc.), a la pesca de la ballena y  a constituirse en centro industrial y comercial, con tonelería, industria de escabeche y salazón, acopio de cecial ( pescado seco y curado al aire) y numerosa arriería. Es el período en que comienzan a construirse sus casonas. El núcleo primitivo del pueblo estaba en el barrio de los balleneros ( Penayu y bajada a la Fragua). En el  siglo XVII  tenía 228 casas distribuidas en 7 calles y 2 plazas y fue  lugar de asentamiento de numerosas familias vizcaínas, montañesas y gallegas, llegando su población a superar los ochocientos vecinos. Contaba con treinta embarcaciones  de distintos portes destinadas a la pesca de sardina, besugo, bonito, merluza y ballena. ( La ballena  además de ser utilizada para la obtención del saín o aceite, que llamaban grasa de arder,  era materia prima para hacer con sus huesos muebles diversos: González Posada (1745-1831), canónigo y natural de Candás, afirma que los huesos los usaban como arcos en puertas pequeñas, y las vértebras del espinazo como sillas o asientos en las cocinas de los marineros. En Lastres se conservaban restos: en la desembocadura del arroyo Astuera- que pasa cerca del pueblo – existían cimientos o restos de lo que se llamó “Casa de las Ballenas” y, cerca, anillos de hueso de ballena que servían de asientos a bañistas que se desplazaban a la playa. Según Dña. Angeles Villarta, en el jardín de Dña. Concha existía un banco hecho con vértebras de ballenas). Lastres reunía, también, veintiséis  buques mayores para el comercio con los puertos de Galicia, Portugal y Andalucía amén  de los de Amsterdam, Londres, Edimburgo, Burdeos y otros. Se exportaba por Lastres avellana, limón, naranja, nuez, azafrán, jamones, hierro, etc, y se traían géneros, linos, lozas,etc. Se crearon, también, instituciones piadosas y de enseñanza: hospital para peregrinos y pobres, escuela de primeras letras, reloj popular, estudios de humanidades y cátedra de latinidad.  Además  había un cuartel de artillería con soldados para manejar los cañones de la batería existente. (*)   “esta época de prosperidad y riqueza de Lastres, hizo desaparecer la rusticidad de los naturales y aquellas costumbres mezquinas y pordioseras que reinan en los pueblos inciviles que no conocen el tráfico  y el comercio, ocupando su lugar el lujo de las joyas, de las preseas de plata, y de los muebles de las casas, de cuyos efectos se prevenía en los países extranjeros, usando de vistosas porcelanas, y de primorosas piezas de cristal..., y puede ser que apenas se halle población de su clase en el reino, en que se encuentre tanta uniformidad en los edificios y casas de tanto esplendor”

A partir del XVII deviene la decadencia debido a las sucesivas destrucciones de su puerto a causa de los temporales y a la pérdida de la facultad recaudatoria a instancias de los gobernadores Barona y Cepeda (administraban rentas, imponían arbitrios, tomaban dinero a censo, etc). Como consecuencia se resintió su comercio con los puertos europeos antedichos  ya que los navieros tuvieron que trasladar sus bases a los puertos de Gijón, Ribadesella, Villaviciosa y Santander, desapareciendo Lastres del mapa de los pueblos mercantiles. A causa de todo ello, muchas familias emigraron a Vigo, Pontevedra, Redondela, Padrón, e incluso a Santiago. Influyó también en la decadencia la despoblación, a causa de las levas para el servicio de los barcos del Rey en las guerras marinas que sufrió la nación. Por consiguiente,” los lastrinos pasaron, como de repente, del estado de prosperidad al de la miseria, viéndose reducidas muchas familias a la mendicidad, después de haber enajenado los preciosos muebles y preseas que fueron el fruto de la industria de sus padres", y no será hasta el siglo XX la recuperación e importancia pesquera de Lastres, a la par que su canto del cisne  con la entrada de España en la Unión Europea.

Hoy, como ayer,  el caserío de Lastres se escalona sobre el acantilado en original configuración y adaptación al tipo de terreno desde los 112 metros  de desnivel sobre la mar . Perderse por la calle Real y sus alrededores, propicia el encuentro con plazoletas  llenas de encanto, fuentes populares, capillas, etc; todo ello enmarcado en un conjunto arquitectónico popular único, reflejo de su pasado esplendor.

(*) Lastres fue cañoneado por navíos extranjeros durante la guerra de Sucesión (1701-1714). En 1810,  los franceses después de saquear Colunga llegaron a Lastres. Repararon los antiguos baluartes del puerto y utilizaron su artillería para impedir desembarcos de armas y pertrechos , de barcos ingleses, en  apoyo de las fuerzas patriotas de Ballesteros y del animoso guerrillero Salvador Escandón.  En la guerra de la Independencia combatió el regimiento Colunga, creado en 1808 al mando del cual estaba D. Francisco Martínez Casavieja.      

Monumentos

Iglesia  de Santa María de Sábada (1757) Declarada monumento histórico artístico.

Torre del Reloj (siglo XVIII) Construida  sobre un edificio anterior, posiblemente del siglo XV.

Capilla de S. Roque .Con retablo barroco de 1619

Capilla del Buen Suceso. Siglo XVI.

Ermita de S. José. Siglo XVI.

Diversos palacios y casonas del siglo XVIII. (Victorero, de la Fontana, de los Robledo, de Suarpérez, de la familia Vasco, etc.)

Fuente de la Regallina. (1784)

Grupo de casas de los siglos XVI, XVII  y  XVIII. Con típicas balconadas y ventanas de corredores. Aunque diseminadas por todo el pueblo destacan las de La Fontana, calle Real y El Piqueru.

Hijos ilustres

Alonso del Río. Almirante en 1561. José Miguel Alcalá. Nació en 1747. Fue ilustrado y afrancesado. En Madrid ocupó cargos importantes y se relacionó con el ministro de Carlos IV, Manuel Godoy. Fue miembro de la Sociedad Económica de Madrid. Tras la retirada de las tropas napoleónicas se marchó a Francia, donde fue profesor en la Escuela de Comercio de Marsella. Murió en la miseria en su destierro de Burdeos.

Fray Bernardo Foyo. De la Orden de San Benito, gran teólogo y matemático. Tío de Agustín de Pedrayes.
 
Agustín de Pedrayes.Nació en 1744. Estudia letras pero su vocación son las matemáticas. Durante veintidós años es profesor de esta disciplina en la real Casa  de Caballeros Pajes de Su Majestad. Alcanzó gran renombre como matemático. En 1777 dio a conocer un método para la resolución de ecuaciones hasta el cuarto grado. Propuso la medición del arco meridiano que va de Dunquerque a Barcelona como base para la divisibilidad del cuadrante de la circunferencia terrestre. Su idea fue aceptada, y la cuarenta millonésima parte de esta longitud sería la nueva unidad básica de medida: el metro.  Carlos IV le nombró ministro del Tribunal de Contaduría Mayor.

Martín Antonio de Lastres. Nació en1775. Caballero de la orden de Alcántara, residió en Córdoba.Escribió la obra Memorial Genealógico de la Casa de Pineda (Córdoba,1695).

Carlos Espinosa de los Monteros. Nació en 1775. Militar. (Su padre estaba destinado en Lastres como  Teniente Coronel  del Cuerpo de Ingenieros). Cadete a los 15 años  desempeñó importantísimos cargos militares durante su carrera y fue nombrado General.

Alejandro Cantillo Jovellanos. Nació a finales del siglo XVIII. Abogado. Oficial 1ª de la Secretaría de Estado. Suya es una compilación con ilustraciones de los Tratados, Convenios y Declaraciones de paz y de comercio, que han hecho los monarcas españoles de la casa de Borbón con las potencias extranjeras.(Desde 1700 a 1843)

José Robledo Colunga. Siglo XVIII. Coronel del ejército y Director del Real Tribunal de Minería del Perú.

Juan Antonio Suárez Victorero. Siglos XVIII-XIX. Coronel (Comandante de matriculas del puerto de Lastres) y caballero de S. Juan de Jerusalén.

Fray Alonso Victorero. Agustino, fue General de su orden en España e Indias.

Bernardo Riega. Perteneció al Consejo y Cámara de Castilla y llegó a ser su gobernador.

Benito de Lue y Riega. Obispo de Buenos Aires.

Agustín Victorero. Canónigo cardenal de la iglesia de Santiago de Compostela, insigne juriconsulto y canonista.