El acto consistió en la plantación de dos aguacates descendientes del centenario ejemplar del museo.
El Museo Etnográfico del Oriente de Asturias se sumó a las Jornadas Europeas de Patrimonio, que este año se centran en el patrimonio vivo, plantando un aguacate en su finca. Éste desciende del gran aguacate del museo, nacido en 1906 de una pepita traída de México por Ángel Sordo Pandal. En la actualidad, este árbol tiene un perímetro de 7,20 metros y se conoce popularmente por «el aguacatón».
Con este acto simbólico, el museo ha querido destacar que el Oriente de Asturias no sería posible sin la experiencia de la migración y que su huella se deja sentir en todos los ámbitos de la vida, como las mentalidades, el paisaje, las fiestas, la obra pública o el turismo, entre otros muchos. En este evento han participado diferentes representantes de la comunidad vecinal de Porrúa y así como del Patronato de la Fundación Museo Etnográfico del Oriente de Asturias.
El patrimonio vivo está constituido por los valores, creencias y formas de vida que hemos heredado de las generaciones pasadas y que seguimos utilizando para entender el presente y tomar decisiones de cara al futuro. También se refiere a las costumbres y formas en las que se conserva el pasado en la memoria colectiva. Abarca los eventos y los saberes que forman parte de la historia de la comunidad. Nos aporta sentido de identidad y de pertenencia. Su principal cualidad es el cambio y transformación permanente
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