CTIC recoge el legado de Ramón Álvarez de Arriba en un libro

"Un Legado Indiano para el Siglo XXI” narra la historia de este indiano de Peón en el que hunde sus raíces CTIC RuralTech. El libro se ha presentado hoy en la sede de la Fundación José Cardín Fernández, en Villaviciosa.

“… era una figura respetada y casi venerada en todo el valle por haber sido quizá el mayor benefactor de Peón que se recuerde. Sin embargo, poco o nada se sabía de su vida, salvo por una vieja fotografía de mala calidad junto a su esposa. … Este libro es un homenaje a Ramón y a que su memoria perdure en el tiempo… ha llegado el momento de que los descendientes de sus coetáneos, los vecinos actuales del valle, conozcan la vida de su paisano que tanto ha hecho por el futuro de los habitantes de la aldea… porque todos ellos se formaron en la escuela que se construyó con su financiación”.

Estas palabras recogidas en la Introducción del libro “Un legado indiano para el siglo XXI” escrita por Roberto Paraja, presidente de CTIC, resumen la esencia de la investigación realizada por Cristina Cantero y que, a lo largo de más de 170 páginas recoge el legado de Ramón Álvarez de Arriba, un niño natural de la aldea de Peón (Villaviciosa) que en el año 1839 se hizo a la mar con solo 14 años para buscar sus sueños en otras latitudes más tropicales.

Con el fin de reconstruir la vida de este ilustre indiano (querido, recordado y casi venerado en Peón), que se mezcla con las raíces más profundas de CTIC RuralTech, el Centro Tecnológico decidió llevar a cabo una investigación a través de la que poder reconstruir su vida. Fruto del trabajo es la edición de este libro: "Un legado indiano para el S. XXI".

El Ayuntamiento de Villaviciosa y Caja Rural han colaborado en la edición del libro que se ha presentado el jueves, 22 de en la sede de la Fundación José Cardín Fernández, en Villaviciosa. El martes 20, el libro fue presentado en CTIC RuralTech, en Peón, ante un centenar de vecinos del valle y con la compañía de 14 familiares de Ramón Álvarez de Arriba que, con sus historias y documentación, contribuyeron a enriquecer la investigación y el libro.

En el acto participaron, José Cardín, presidente de la Fundación José Cardín Fernández, Alejandro Vega, alcalde de Villaviciosa, Roberto Paraja, presidente de CTIC, Pablo Priesca, director general de CTIC y Cristina Cantero, historiadora e investigadora.

Como la mayor parte de los emigrantes asturianos por aquellas tierras, Ramón Álvarez de Arriba, comenzó trabajando en el comercio, un oficio que le llevó a progresar en la sociedad habanera para, pocos años después, poner en marcha su propio negocio de importación de maquinaria, lo que le llevó a tener la exclusividad en Cuba y Puerto Rico de las famosas máquinas de coser Singer y le permitió amasar una cierta fortuna que invirtió en propiedades tanto en Cuba, como en su Asturias natal.

Tras su muerte, en 1920, Ramón Álvarez de Arriba dejó un legado para la creación de una Escuela de Agricultura en Peón. Fue un proyecto totalmente revolucionario y adelantado a su tiempo que impulsó la Fundación que llevaba su nombre. En 2019, dicha fundación rescindió su actividad, donando entonces a CTIC la finca el Poreñu, que durante años albergó la Escuela de Agricultura y posteriormente la Escuela Rural de Peón.

El propósito de esta donación fue crear un centro de innovación tecnológica rural, lo que ahora es CTIC RuralTech, en el que, hoy en día, trabajan casi una veintena de personas que han convertido al valle de Peón en un centro de pensamiento y acción para las nuevas ruralidades y un banco de pruebas y experimentación para nuevas tecnologías disruptivas.

Como ha explicado Pablo Priesca, director general de CTIC, durante la presentación del libro “uno de los objetivos de CTIC es el desarrollo territorial y la implicación con sus problemáticas. Y el territorio lo habitan personas que tienen historia”. “En CTIC somos unos convenidos de que solo si conocemos el pasado sabremos interpretar bien el presente y podremos construir el futuro. Desde esa óptica, este trabajo de investigación nos permite conocer las raíces más profundas del centro de innovación rural de Peón”.

Bajo este prisma, se entiende la lógica tanto de rescatar y pagar una deuda histórica con Ramón Álvarez de Arriba, como de abrir un centro de innovación tecnológica en Peón. “Frecuentemente, desde la tecnología, se comete el error de asociar el pasado a viejuno sin entender que es ese pasado, el conocimiento de quienes nos precedieron, su forma de entender el territorio… su capacidad de innovación lo que nos ha catapultado hasta aquí”. Porque, “a pesar de los años transcurridos, con Ramón nos unen el compromiso con el territorio, la capacidad de innovación, un espacio y un proyecto común en beneficio del medio rural en él desarrolló en el siglo XX y nosotros continuamos y adaptamos al XXI”, subraya Pablo Priesca.

Ramón Álvarez de Arriba, pese a su importante legado, fue una persona afectada por la desmemoria. En 2021 apenas se conocían retazos de su historia que entremezclaban realidad y leyenda. Se sabía que hizo fortuna, que arregló la iglesia de su pueblo y fundó el colegio salesiano en Gijón; que vinculó su legado patrimonial a la Fundación de Ramón Álvarez de Arriba y esposa con el encargo de crear una granja-escuela en su pueblo y un instituto para obreros en Gijón. Pero esta realidad se confundía con fabulaciones que deformaban su vida real.

Recuperar la historia ha resultado una labor compleja dada la escasa información existente y su dispersión internacional, además de la coincidencia temporal de una parte de su vida con la Guerra Civil española o la Revolución Cubana, momentos en que se destruyó una gran parte de la documentación, al igual que la falta de descendientes directos.

Hoy sabemos, gracias a la exhaustiva investigación impulsada y avalada por CTIC y a la compleja labor desarrollada por la etnohistoriadora Cristina Cantero, que Ramón Álvarez de Arriba era un ciudadano de la aldea global, uno de los muchos artífices del mundo tal cual lo conocemos, uno de tantos indianos que empleó su fortuna en mejorar la vida de los más desfavorecidos mucho antes de que existiese el Estado de bienestar.

De entre sus obras, quedan recuerdos de algunas: el cabildo de la iglesia parroquial de Peón, las fuentes de este pueblo instaladas en la traída de agua de la Escuela Práctica de Agricultura o el Monte Pío y Caja de Ahorros de Gijón, entre muchas otras.