Creemos que estas personas no son conscientes del daño real que están haciendo a su entorno, a su pueblo...
Ayer hablábamos, a manera de justa répicla, del vandalismo que se cierne sobre nuestro concejo y lo barato que les sale a quienes lo cometen.
Seguro que luego presumen de ser más llastrinos o colungueses que nadie, sobretodo que los arrimaos, como llaman despectivamente a quienes no nacieron en este concejo pero viven, sufren y lo sienten mucho más que ellos.
Es curioso observar que la gente que destaca en el concejo, en un porcentaje elevadísimo, no son nacidos en el municipio de Colunga, lo cual no quiere decir que provengan del Amazonas o del África Tropical, sín ánimo de ofender a nadie, pero sí son tan o más asturianos o españoles que muchos de los aquí paridos. Pues los amantes de las villas del concejo, deberían demostrar el movimiento andando, y no rompiendo, ya que son verbos diferentes.
En la primera parte de este artículo hablábamos de Lastres, pero Colunga no le va a la zaga. El parque de Colunga, que tiene el nombre del que fuera el mejor alcalde colungués, D. Hernan Pérez Cubillas, está para tirar a la basura. Pelado, lleno de rodadas de bicis y motos, con los tejados instalados para refugio de los jóvenes completamente arrancados, lo mismo que los bancos del parque y del paseo, cuyos asientos o respaldos son utilizados como rampas para los patines.
Bancos rotos o desaparecidos, techos levantados..
El estanque, que era pionero en Asturias, está en ruina total. No le cabe ni un gramo más de porquería dentro. Hasta lo peces están mutando.
Han arrancado la instalación eléctrica de los focos que lo iluminaban, luego los propios focos, la bomba, la arqueta de la bomba, los adornos y, últimamente están empeñados en romper la depuradora y desmontar piedra a piedra el propio estanque.
Pero esto no ocurre siempre a las 2 de la mañana, a esa horas ocurren otras cosas que son perjudiciales para los propios actores, pero no para el parque. Ocurre a las cinco, a las seís, a las siete de la tarde, ante la pasiva mirada de las propias madres en unos casos o de los convecinos que sufren en silencio el vandalismo pero que luego van como gallitos a increpar a los operarios municipales, como si ellos tuviesen la culpa de los destrozos.
Lo triste y lo penoso es que esta forma de ver la vida de mucha gente en la sociedad actual luego se va a trasmitir a sus hijos que verán como algo normal, como ahora lo ven sus padres o futuros abuelos el que lo público sea para romperlo y destrozarlo.
Bancos arrancados para patinar con los patinetes
Eso sólo ocurre en esta zona en este Concejo y en Cangas de Onís, al menos con esta intensidad.
Cada fin de semana desaparecen tapas de alcantarillado y de arquetas, tapas que cuestan 18 Euros, y aquí no pasa nada. Sí añadimos los destrozos a parques y mobiliario público la cosa se pone seria, por no decir imposible de reparar.
Las autoridades están ausentes. Desconocemos la causa de la dejación de funciones, quizás sea debido al pésimo funcionamiento de la justicia, a la relajación general de la sociedad, al pasotismo de jueces y fiscales.
Sea cual sea el motivo, estimo que cuando a alguien le pagan un sueldo por ejecutar una función, sobrtetodo si es con fondos públicos, deberá cumplir con su labor, con independencia de que otros eslabones de la cadena, por encima de ellos, rechinen estrepitósamente.
El presupuesto municipal es el que es. Ya sabemos que habrá gente que lea este humilde comentario que vea bien que se rompa para que, por ejemplo, se fastidie el alcalde que va a cobrar 39.000 € de sueldo anual. Lo digo porque ya me lo han dicho a mí.
Craso error, el alcalde seguirá cobrando ese dinero, entre otras cosas porque se lo han aprobado democráticamente los representantes que la mayoría del concejo eligió, guste o no guste, y porque antes que él ya cobraron otros equipos de gobierno, quizás representativos de quienes hoy se lamentan.
Es normal y justo que un alcalde, sea del signo que sea, tenga un sueldo digno. Debe representarnos a todos y no debe estar sujeto a penurias económicas que le hagan pasto de la tentación expeculativa.
De hecho ya está en rodaje una ley que establece los sueldos de los alcaldes y cargos públicos.
No es de recibo esta disculpa, ni lo es el lo rompo porque no es de nadie. Debemos cambiarnos el chip y sumar en vez de restar, juntar nuestros esfuerzos y dedicar algo de nuestro tiempo en hacer cosas por nuestro concejo.
Ahora ya no hay sextaferias, ni se limpian los linderos ni las fincas, a lo cual están obligados los propietarios, como consecuencia se cierran los caminos y luego se le exije al Ayuntamiento el que los limpie.
Así nunca seremos pueblos ejemplares de Asturias, como lo fue Sariego, que es algo a lo que le están dando vueltas algunos iluminados. Las casas toda la vida se empezaron por los cimientos y eso es lo que ahora está fallando. El que rompe en el parque luego falta a los convecinos, molesta en clase, impide la normal formación de sus compañeros, llega a la mayoría de edad con una etiqueta de Anís del Mono en vez de un título, o se lo dan para quitárselo de encima para evitar males mayores, aunque no tenga ni idea de lo que es coger un libro, que es algo que ocurre especialmente en Asturias, y luego, como no tiene formación alguna y, como consecuencia, acceso a trabajo especializado, acaba en la cola del Ayuntamiento para ver si le admiten en algún plan de inserción laboral para ganarse unos Eurillos ( por supuesto, más que un Licenciado en prácticas).
Pero no hay problema, siempre tendrá a papa Servicios Sociales que luego le buscará un nuevo plan o un Salario Social justo, descansado y gratis total.
Habrá quien diga que hacen falta equipamientos para los jóvenes del concejo. Quizás en algunos casos sí, pero en la mayoría ¿Para qué? ¡Para que los rompan!. Lo que hace falta es un ambiente familiar acojedor, mucho respeto por los demás y un buen libro y un hábito de estudio continuado, todo los demás es inútil, como dicen en LLastres, mismu rumbu, mismu pescau...
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