Nuestro colaborador ocasional Jesús Ángel Pardo Álvarez nos envía hoy un escrito, no como artista ni como diseñador o experto en turismo, sino como simple ciudadano afectado por una problemática que va a traer cola

Es creíble la asociación Pando irá en contra al Ayuntamiento de Gijón por el emplazamiento de una actividad cultural nacida y desarrollada al calor de los gijoneses como es la Semana Negra. Este texto hermético que les presento adolece de la futura fórmula que se emplee en las salas judiciales para desbancar a este evento  puesto que aún no sea decido la estrategia operativa solamente su judicialización.

Es increíble, por poner un adjetivo, que la Semana Negra, a partir de ahora SN, escoja a Poniente y no a Oriente. Acaso releje con su elección su ocaso y no brote un inicio de concordia entre los ciudadan@s a la rías de tintas escrita por su nueva instalación. Vamos a la etimología, para rectificar nuestra afirmación categórica, en este caso latina, la primera opción occidens: acostarse y, la segunda, participio de orīri: aparecer, nacerse. Ambos se refieren a la dirección terrestre por la que el Sol y los astros se ocultaban o se levanta según la tradición de occidente antiguo, su equivalencia es a Oeste o al Este. Además,  el oeste es uno de los cuatro puntos cardinales que, también, recibe el nombre de occidente o poniente, ya que es en el oeste donde se pone el Sol. Como adjetivo se suele emplear occidental y Occidente del latín occĭdens, "lugar de la caída del Sol".

Tal vez, su designación no se sustenta en parámetros culturales donde las voces deben acentuar la luz para que la niebla se esfume e irrumpa nueva estrella,  más bien, donde acostar este recinto ferial ambulante, está claro que en el 2008 en Poniente.

Actualmente, la SN no está moribunda sino que se arroga al papel del victimario en su  agonía espacial y, por una caridad falsa, Poniente debe asumir sus sueños negros pues en este proceso despreciativo no hay amor consistorial a su emplazamiento sino altruismo de esta zona costera gijonesa a su localización después de haber tomado la decisión municipal. Piense que las opciones son negociar sobre sus cuartadas marcadas con el fin de justificar la propuesta administrativa con el apoyo vecinal, por ejemplo, la asociación Poniente son cuatrocientos asociados frente a los miles de votos de la alcaldesa, creo que refleja una postura ridícula, chapucera y de inferioridad puesto que las prerrogativa que puedan conceder son lógicas y con el mayor placer de sentirse cómodos escuchando a un puñado de feligreses gijoneses que no tiene vocación de manifestarse ni mucho menos de vivir las barricadas a lo sumo ir al Juzgado a presentar la denuncia a un embrollo colateral, no tenemos prisa volveremos sobre este tema. Es decir, negociamos o judializamos.

Y, ahora bien, evidentemente que a dado en la blanco la SN si  el nombre Oeste proviene del inglés "west", el cual deriva de la palabra westar del alto alemán antiguo que está posiblemente relacionado con el término latino vesper que significa "tarde" y que está emparentado con el griego hesperos cuyo significado es el mismo. Por consiguiente, si observamos la programación antecedente los encuentros culturales se celebran en este espacio temporal vespertino. Y aún más, si analizamos la SN, su esencia es la literatura y, una de ellas, es la estadounidense en la cual el oeste, más puntualmente ir al oeste, viene a significar que se va a la libertad, un ejemplo, es la novela de El Gran Gastby. Este significado puede venir de la época de colonización del país en el que frecuentemente se desplazaba gente con ese sentido, o sea, con la intención de vivir una vida mejor. Más reciente, en las historias de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien, hacía el oeste se encuentra Valinor, la tierra de los Valar, de esta forma es varias veces nombrada como lugar de descanso y salvación, pero sólo para unos pocos. Sólo los elfos que siguieron el llamado de Oromë tienen permitido ir.

Pues bien, estos señoritos negros enturbian su dignidad trasgrediendo esa última hora homérica al centrar sus actividades en la madrugada donde emergen conflictos vecinales entre los interés festivos de los asistentes noctámbulos y la conciliación del sueño de los vecin@s de poniente puesto que estamos en período laborable y se necesita descansar, o sea, dormir en silencio y  en recogimiento en nuestro Valinor para escuchar el ring ring matinal por lo que es más factible acomodar los horarios de espectáculo con el objetivo de  reducir el gasto farmacéutico que aumentar los números de volumen acústico para salir en la foto como record de decibelios nocturnos, una nueva alternativa para los organizadores transgresores semanales. Asimismo, el concepto de civilización se les ha olvidado no el de colonizadores de espacios abiertos, creo que ningún ciudadano viva en los wester televisivos. Tal vez, la SN policíaca beba de sus fuentes pero la realidad es un reflejo de sus materializaciones constructivas que lo soportan la trinchera de Poniente con nueve edificios, una pecera, un museo, un juzgado, un pozo de tormentas, una calle y una avenida.. Volquemos nuestros esfuerzos en este entorno construtivo que civiliza una franja costera asturiana. Durante los 365 días del año habitan, en playo, en primera línea de playa tres edificios barcos frente al Acuario y, en segunda base de flotación, un bloque demótico promovido por Casos y diseñado por Cabezudo con el sello de Arión de Camín junto al Museo del Ferrocarril de Asturias, luego, unos juzgados, una nueva construcción, más adelante, la promotora Fresno, La Polar y , finalmente, la Isabela, todo este conglomerado habilita su espacio urbano con la normalidad de albergar una afluencia considerable a ver delfines y peces, un parque para nin@s, un carril bicicleta que animan las tardes y no cabe en el pellejo el paisaje de habitabilidad. Somos conciudan@s desplazamos, por motivos propios, que buscamos generar una vitabilidad a través de la civilización no de la colonización  por parte de la SN, más aún, el arenal de Poniente es lugar de tregua y protección ni  mucho menos una barbarie o pandemecum como anida la XXI  SN.

Quijote vio fantasmas pero nosotr@s debemos de ser Sancho para espantar está tormenta de verano. Escojamos la hipótesis negociadora. La primera premisa apuntada por Amador García, presidente de FAV,  “…el área Poniente no puede soportar todos los eventos…” aunque sea positivo el certamen para Gijón. Es increíble que afirme que los residentes tengamos que hacer un “esfuerzo”, más bien, “penitencia” con el fin de salvar los muebles a ciudadan@s del mundo que ni tan siquiera pagan unos mínimos de impuestos locales (agua, luz, basura,…) por no hablar del impuesto de circulación. La segunda condición enlaza con este tributo municipal donde la afluencia de conciudadano@s en hora punta será similar a un encuentro deportivo celebrado en el estadio del Molinón por nuestro Sporting de Gijón, increíble, el fútbol es cultura, por supuesto, y la cultura SN encuentros futboleros por su asistencia y no permita una circulación limpia.

Finalmente, como conclusión, enlazando con esa idea de tráfico concluyamos, pues bien, proposiciones hay por doquier para negar la mayor su celebración en esta explanada aunque asumiéramos su interés por la celebración. Por consiguiente, centremos la jugada, símil futbolístico, en su tránsito, pues, es fundamental, dirigir su circulación ya que por experiencias de distinta índole en esta zona padecemos, esto si que será clave, la afluencia de una masa de gentío que impide la circulación viaria con normalidad, es decir, si decides desplazarte con un automóvil, no puedes utilizar dicha herramienta  automovilística, por la invasión de público por la trama viaria. Por favor, póngase en el caso siguiente: una llamada urgente a la ambulancia para llevar a un enferm@ al hospital o ir al trabajo (un principio general ya ni por ley), por donde se circulará, si nos invade las dos vías de salida. Es increíble, su seriedad y su certidumbre, se ponga entre dicho por colisionar intereses opuestos entre habitantes y ocurrentes, los derechos empiezan donde finalizan los del prójimo. Es increíble que los deberes de Poniente no obtengan un mínimo de derechos, en un folio, como son circular con normalidad y a las experiencia me remito.


Residente en Poniente, Miembro de la Asociación vecinal “Pando”,
Jesús Ángel Pardo Álvarez