En la muerte de Luis Martínez Noval echo de menos la agilidad del ayuntamiento de Colunga, con su alcalde al frente, para manifestar en la prensa y en los medios de difusión su pesar por su inesperado fallecimiento

Máxime cuando la alcaldesa de Piloña así lo ha hecho “por un piloñés de pro”.

Vaya por adelantado que no quiero caer en localismos ni que se nos tache de pueblerinos;  pero siempre, siempre, echo de menos el reconocimiento de Colunga a sus hijos ilustres, sean del signo que sean.

Martínez Noval, tan destacado y destacable en muchos aspectos de su trayectoria vital, es hijo y descendiente de familia colunguesa y muchos de sus parientes que hoy estarían en el funeral, viven entre nosotros. 

Raquel, su tía;  sus primos –los que viven de fijo aquí, como Piluca y los que vienen cada dos por tres, como Carlos y su familia, como Juan Luis- .

¿A quién de Colunga no ha atendido Cuca, su hermana, o Luis?. Quién no se ha cruzado con Juanjo en los veranos?  Y quién no recuerda a Abelardo, su padre?.

No dudo que todos los habremos sentido, que incluso podría haber una representación oficial colunguesa en su funeral. Pero es que, aparte de eso, hay que decirlo, hay que sentirse colungués y hay que manifestarlo.

Porque hemos perdido a otra persona con fuertes raíces en nuestro concejo, otro trozo más de nuestra historia que no hemos sabido hacer valer como se debe.

Cayetano Pérez-Cubillas