Pregón del DIA DE ASTURIAS EN MADRID a cargo de JAVIER DE MONTINI, maestro de periodistas, nacido en Carrandi (Colunga) en 1936. Tras varios años de experiencia, en 1972 se incorpora como redactor a Lecturas, llegando al puesto de director. Colabora en programas de televisión y también es un afamado escritor.

Estamos aquí, un año más, para celebrar el Día de Asturias.
Una Asturias que ha vivido muchos años con cara minera, primero, e industrial, siderúrgica, después y que en los últimos tiempos se ha convertido en "paraíso natural" tanto para los nativos como para el turismo.
Queda atrás el carbón. Queda atrás el acero.
Vuelven a cotizarse el mar y la montaña.
Vuelve a valorarse el paisaje paradisíaco, ideal para disfrutar de momentos de bienestar y felicidad.
Y dentro de ese paisaje, vuelve a seducir el carácter de la gente asturiana por su generosidad, su hospitalidad, su buen humor con dosis de retranca irónica y dosis de grandeza. 
La Asturias rural, minera e industrial, la Asturias de la rebeldía y de las huelgas, digamos que ha pasado a ser una Asturias de cine y TV.
Si Oviedo, la capital,  es una ciudad de cuento de hadas con príncipe y todo como dijo Woody Allen, está claro que la región es un principado ideal para vivir fantasías maravillosas.

Hace un par de años, en mayo de 2007, un programa de Antena 3 TV, presentado por Matías Prats y Susanna Griso, convocaba a toda España a participar en la confección de una lista de los cien españoles más importantes de la historia de España. En la glosa, brevísima, de los cien más votados, aunque en el programa sólo aparecerían los cincuenta primeros, intervinieron personalidades muy diversas.
A mi, como periodista y por los muchos años que ejercí en la revista "Lecturas", llevando la dirección en Madrid, me plantearon tres personajes.
Un cantante, Joaquín Sabina, que no entró en el corte de los cincuenta ( se quedó en el 57) y dos del mundo de la realeza.
(De Joaquín Sabina dije a Antena 3 TV: "Bajo su fama de genial canalla de la canción hay un Joaquín Sabina que gusta de vivir a tope pasándolo bien. Es un encantador de serpientes con las historias que cuenta y canta. Pone alma, corazón y vida en todo".)
Los otros dos, de la realeza, digo.
El primero, muy joven, muy de hoy y de mañana: Su Alteza Real Don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias y, como tal, llamado a ser rey de España sucediendo a su padre, Su Majestad Don Juan Carlos. Por oficio y, si quieren matizar, por mi larga trayectoria en una de los más importantes publicaciones del corazón, la vida de Don Felipe casi me la se de memoria porque lo vengo siguiendo desde su nacimiento en Madrid e incluso me ha tocado en suerte vivir en Covadonga los actos organizados con los que, de alguna manera, aquel niño era acogido y aclamado como Príncipe de Asturias. 
El título, en verdad, ya era suyo desde el mismo momento en que su padre había sido proclamado Rey de España a la muerte de Franco, pero la visita al santuario de Covagonga le dio oficialidad.
(De Su Alteza dije entonces: " El Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, es la historia de un mañana más que de un hoy. Cuando suceda a su padre, tendrá que consolidar con sus aciertos la monarquía instaurada a la muerte de Franco. Es, sin duda alguna, el príncipe heredero mejor preparado de Europa. Cuando llegue su tiempo, ojalá sea también el mejor rey de Europa". )
Este personaje, por tanto, me resultaba muy cercano. Y la votación popular le fue muy favorable pues quedó  en séptimo lugar.
La sorpresa me la llevaría cuando se me propuso el otro personaje. Ni remotamente podía yo sospechar que las cámaras de Antena 3 TV me requerirían para hablar de un monarca, sí, pero tan lejano en el tiempo como Don Pelayo, nada menos que un rey del siglo séptimo.
Sí, sí, ¡el Rey Don Pelayo! de quien, por descontado, nada había yo publicado en "Lecturas" y del que yo sabía algo más por asturiano, más por mis estudios en Valdediós, en Covadonga y en Oviedo que por periodista.
Con la brevedad que exigía la TV, lo que se me ocurrió decir de aquel caudillo que llevó a un puñado de resistentes astures a derrotar a los musulmanes en Covadonga fue que... sin él, sin aquel triunfo que dio pie a la reconquista, la historia de España sería muy distinta puesto que no habría historia de una España cristiana sino historia de una España musulmana.
( Lo que dije exactamente: " Para los asturianos, Don Pelayo es más que el primer rey de Asturias, es el símbolo de la independencia y de la libertad. Su victoria en Coavadonga sobre los árabes invasores fue clave en la historia de España. Sin Pelayo, toda España habría pasado a ser musulmana. Con Pelayo, volvía a ser cristiana".)
Ya fuera de cámara, dando vueltas a mi reflexión, me di cuenta de que no eran nada descabelladas sino muy fundadas las propuestas de elegir al Rey Don Pelayo figura clave de todos los tiempos, pues con él surgió en Cangas de Onís el reino de Asturias, y con él, con El Rey Don Pelayo, empezó una dinastía que duraría cerca de doscientos años (192 exactamente) y que se extinguiría con la muerte de Alfonso III el Magno. Pero ¿aquella monarquía asturiana no es el núcleo inicial de la monarquía española, y siglo tras siglo, de la actual?
 Sí, sí, de la de Don Juan Carlos I, en la que, curiosamente, vuelve nuestra tierra a desempeñar un papel relevante, con una ovetense como Doña Letizia Ortiz Rocasolano convertida en Princesa de Asturias.
Por cierto, en el listado de los cincuenta españoles más importantes de Historia de España, el más votado, el vencedor, fue el Rey Don Juan Carlos cuya figura creo recordar que fue glosada en el programa de por un asturiano tan querido como Sabino Fernández Campo, Conde de Latores. El Rey quedó por delante de Miguel de Cervantes y de Cristóbal Colón. La Reina Doña Sofía quedó en cuarto lugar y... Doña Letizia, no se lo pierdan, en el puesto número quince. Otro asturiano más, el científico luarqués Severo Ochoa, en el doce. Y el creador de El Corte Inglés, el inolvidable empresario Ramón Areces, fue número cien.

Cuento esta anécdota de Don Pelayo porque, este verano, me he dado cuenta de la eficacia de la TV sobre el turismo.
Ultimamente, el éxito de la serie "Doctor Mateo" (ahora en segunda temporada), que se graba en Lastres, ha movido a los promotores del turismo del lugar a crear una "ruta del Dr. Mateo" que, por lo que me cuentan, está llevando a mucha gente a Colunga para visitar paso a paso los espacios en que se mueven los protagonistas. De paso, se dan un almuerzo en Casa Eutimio, en el Cafetín o en cualquier taberna y se acercan a ver los dinosaurios del MUJA, el  Museo Jurásico de Asturias.

Llanes también explota ahora el éxito de la serie "La señora" en TVE-1, pero la ruta que ofrece a los turistas - "Llanes de cine" -  viene ya de antes e incluye no sólo rincones de interés y de seducción por aparecer en la TV sino rincones en los que se han rodado películas.
Que yo sepa, en tierras llaniscas (Llanes y pueblos de la redonda) Gonzalo Suárez ha localizado secuencias de sus películas "Aoom" (1969), "Parranda" (1977), "Remando al viento" (1987), "El detective y la muerte" (1994), "Epílogo" y "Mi sombra es Sombra" (1996), y  "El portero" (2000). 
José Luis Garci ha rodado por allí "El abuelo" (1997), "You are the One" (2000) e "Historia de un beso" (2001).
Y en el recorrido hay lugares de  "Los jinetes del alba" (1989), de Vicente Aranda, de "El orfanato" (2007), de Juan Antonio Bayona, de "El corazón del bosque" (1978) de Manuel Gutiérrez Aragón, de "La balsa de piedra" (2001) de George Sluizer y seguro que de algunas otras producciones que a mi se me escapan.
Por si quieren revisar películas antiguas, en el puerto de Llanes se recuerda que allí rodó Juan de Orduña en 1941 secuencias de "Porque te vi llorar". ¡ En 1941!
Por cierto, creo que esa fue su primera película de director tras haber trabajado de actor en la etapa del cine mudo.
Desde luego, hay cineastas, como José Luis Garci y Gonzalo Suárez, dos de los más grandes realizadores del cine español, que han descubierto en Asturias su Hollywood más cercano.
En Gijón, cuna del "eterno galán" Arturo Fernández, también hay un "Gijón de cine". Todos sabemos que allí rodó el mismo Garci, en 1982 y con Antonio Ferrandis y Encarna Paso de protagonistas, su película "Volver a empezar"  con la que España consiguió su primer Oscar.
Y ¿qué decir de Oviedo? Que muy bien podría explotar la ruta de "La Regenta", novela, película  y miniserie de tres episodios realizada por Fernando Méndez-Leite en 1995 para TVE con Aitana Sánchez-Gijón y Carmelo Gómez en papeles estelares y  a cuyo estreno asistí en el Teatro Campoamor.
Hace bastantes años, en 1972, yo mismo entrevisté a Rocío Dúrcal y José Suárez cuando rodaban con Angelino Fons "Marianela" de Galdós en los lagos de Covadonga, escenario de otro filme de gran éxito en su tiempo, "Altar mayor" (1943), basado en la novela de Concha Espina, en el que Gonzalo P. Delgrás lanzo al cine a un revisor de ferrocarril que se convertiría en galán y gran actor, el asturiano José Suárez, nacido en Trubia en 1919 y muerto en Moreda en 1981
Y sin agotar el filón ni mucho menos, recuerdo haber estado también con Carmen Sevilla en el rodaje de una coproducción en Villaviciosa.

Bien. No se si todo esto viene a cuento en un pregón de fiestas.
La verdad es que no he querido hablarles de una Asturias agobiada por la crisis económica y ahora, para colmo, asustada por la amenaza de la subida de impuestos.
En vez de una Asturias en crisis, he preferido ofrecerles unas pinceladas de una Asturias de cine que ahora también seduce a las series de ficción de TV.
Con esta Asturias, aunque sea de ficción, seguro que el ánimo se sentirá en mejor disposición para disfrutar del jolgorio programado para este día tan especial.
Ya saben que el Principado ha celebrado el Día de Asturias el ocho, la festividad de la Virgen de Covadonga, nuestra "Santina".
Cada año, elige un lugar para la celebración.
Esta vez, Cudillero.
En la convocatoria del gobierno del Principado, el presidente Vicente Alvarez Areces se dirígía  no sólo  "a los que vivimos en Asturias" sino también "a los que lo hacen en muchos otros lugares del mundo", invitándonos a participar en los actos festivos de la Comunidad Autónoma que este año, "cumpliendo un viejo deseo de muchos asturianos", se han organizado a lo largo de cuatro días en Cudillero.
Un rincón, por cierto muy literario, que siempre deslumbra por el encanto de su puerto y una de las villas marineras del Cantábrico con más movida cultural y artística.
La invitación del presidente del Principado era de brazos abiertos:
" Animo a todas las personas comprometidas e ilusionadas con el desarrollo de nuestra tierra a que se acerquen a Cudillero y disfruten de los actos festivos, lúdicos, culturales y  musicales con los que un año más celebramos la fiesta todos los asturianos".
De que todos cuantos aquí estamos somos personas comprometidas e ilusionadas con el desarrollo de nuestra tierra, no me cabe duda alguna, por lo que me permito echar mano de las palabras de Alvarez Areces ( lo hago por mi cuenta y riesgo, aclaro, y no en su nombre) para animarles a que "disfruten hoy, en esta Quinta de Asturias, de los actos festivos, lúdicos, culturales y musicales con los que el Centro Asturiano de Madrid celebra un año más el Día de Asturias".

De Cudillero ha dicho el presidente que "tiene las mejores esencias de asturianía".
Eso, en justicia, tendría que decirlo también de muchas otras villas y lugares de Asturias.
¿Verdad, Cosme Sordo, querido presidente del Centro Asturiano de Madrid, que también en Llanes se respiran las mejores esencias?
¿No presumirá de mejores esencias de asturianía Ribadesella, que últimamente acoge con especial orgullo a los Príncipes de Asturias en sus visitas a la siempre admirada y popular Menchu Alvarez del Valle, abuela de Doña Letizia?
¿ No diremos igual de la espumosa Villaviciosa y su puerto de Tazones por donde llegó a España el Emperador Carlos V para ceñirse la corona de España?
¿No encontramos las mejores esencias de Asturias en la coqueta Luarca, en la abierta Navia, en la adelantada Avilés, en Luanco, en Candás, en Cangas de Onís, puerta de Covadonga, y en tantos rincones más de la áspera, pero gallarda geografía del Principado, tierra que fascinó al poeta Salvador Rueda como se ve en sus versos: "Ceñida de fantasmas llevas la frente, recamada de duendes llevas la falda"?
Yo, que vine al mundo en lo que antiguamente fue villa y coto de Carrandi, ¿podría olvidarme de pregonar las mejores esencias de Colunga, con el Museo Jurásico al que ya me he referido, con los míticos caballos asturcones en el Sueve y con el siempre acogedor puerto de Lastres, ahora San Martín del Sella para las andanzas del "Dr. Mateo"?

Y aún más: ¿No estamos respirando ahora mismo, en esta Quinta de Asturias, las mejores esencias de asturianía?
¿No es Madrid, con el Centro Asturiano de Madrid bien cerca de la misma Puerta del Sol y de la Gran Vía, una de las más pujantes villas del Principado, una Villa en la que, además, tienen su residencia, su casa en La Zarzuela, los Príncipes de Asturias, Don Felipe de Borbón y Doña Letizia Ortiz?

Cuando la Casa Real anunció el compromiso del heredero de la Corona con Doña Letizia, una periodista de Oviedo, cara muy popular entonces como la "chica del telediario" de Alfredo Urdaci, la coña de los carbayones, sazonada con el toque del grandonismo que nos caracteriza, se cebó enseguida con los playos, los de Gijón, pregonando aquello de " nosotros, los de Oviedo, ponemos la reina así que a vosotros os toca poner los peones".
Pues bien, sin el menor atisbo de coña ni grandonismo, la Asturias de Madrid, dentro de la capital de España, puede perfectamente presumir de poner a Sus Altezas Reales un hogar para la familia, al lado del Palacio de La Zarzuela, en el que ya crecen las dos niñas, la Infanta Leonor, nacida para reinar por ser la primogénita, y la Infanta Sofía. 

Lo recalco: En Madrid hay mucha Asturias.
No se si se conoce la fecha de llegada del primer asturiano a Madrid, pero de lo que sí hay constancia es de que el 2 de octubre de 1881- o sea, hace ciento veintiocho años- se constituía aquí, en la capital de España, un ilusionado Centro de Asturianos que despegó con el enorme empuje de una directiva de la que formaban parte hombres de gran talla y personalidad muy destacada como el jurista y político José Posada Herrera, primer presidente, el Conde de Toreno, Faustino Rodríguez Sampedro, Ramón de Campoamor, el Marqués de Pidal, el Barón de Covadonga, el Marqués de Teverga y Alejandro Pidal y Mon, entre otros.
Desde entonces, Asturias siempre ha participado en la vida de Madrid con una actividad social y cultural que, dentro de sus lógicos altibajos, tuvo memorables períodos de gran brillantez y  esplendor.
No es momento de recordar ahora los logros de los sucesivos presidentes,( permítanme, por favor, un recuerdo emocionado a Manuel Iglesias Villa con quien yo mismo colaboré en los años sesenta), pero sí quiero reconocer, seguro que estarán de acuerdo conmigo, la asombrosa vitalidad del Centro Asturiano de Madrid bajo la larga presidencia, treinta y cinco años ya y los que aún le quedan, de D. Cosme Sordo Obeso.
Vitalidad social, cultural, artística y deportiva, llegando a celebrar algún año más actos que todas las demás Casas Regionales de la capital de España.
Período de vitalidad que, por añadidura, ha quedado para siempre enriquecido con un par de milagros de "San Cosme": la compra de esta Quinta de Asturias en 1980 en el término de Villaviciosa de Odón (ahora hermanada con la Villaviciosa de la sidra El Gaitero que se bebe en el mundo entero) y la del Edificio Asturias, de la calle Fuencarral, en 1986, para sede del Centro tras muchos años de alquiler en la calle Arenal.
Dos espacios en los que los asturianos de Madrid, asturianos de nacimiento o simplemente de corazón, viven (vivimos) gozosamente la asturianía.
Como gozosamente nos disponemos a vivir hoy, aquí, el Día de Asturias.

Si a cualquier día se atrevió a llamarle el escritor Emile Rostand "cosa de oro" ¿cómo valorar una jornada tan especial como ésta en la que venimos a celebrar con la mayor solemnidad la festividad del Principado como autonomía, coincidiendo además con la festividad de nuestra patrona la Virgen de Covadonga, nuestra "Santina", bendita reina no sólo de nuestra montaña sino también de nuestros corazones
Es día de fiesta. Os sea, día de alegría, de regocijo, de diversión.
Un gran día, sin duda. Aprovechémoslo.
"Al buen día, métele en casa", dijo Cervantes.
Disfrutemos de modo que no tengamos que lamentarnos con el poeta Gabriel y Galán:
"¡Qué pronto se pasan/ los días de fiesta!".
Olvidémonos hoy, aquí, de la crisis económica.
Olvidémos hoy de los graves problemas que nos agobian a causa de esa crisis.
Olvidémonos hoy, seamos capaces, del paro e incluso de la subida de impuestos que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cierne sobre nuestros bolsillos.
No permitamos que los gobernantes nos estropeen la jornada.
Ya sostuvo Gaspar Melchor de Jovellanos en su época que "no ha menester el pueblo que el gobierno lo divierta, pero sí que le deje divertirse".
Pues eso: Que nos dejen pasar un buen día.
Vamos a divertirnos que "para algo más Dios nos trajo al mundo que para pasar trabajos" en logrado dicho  de la gente del pueblo.
Y fiándonos de Vital Aza, de que " no hay bebida más sana/ que el zumo embriagador de la manzana", brindemos con un culín de sidra porque Asturias vaya siempre a más como paraíso. Porque Asturias sea cada vez más una guapa "Asturias de cine y TV".
¡FELIZ DIA A TODOS!