Si un tesoro tenemos en Asturias es el agua. Para que disfrutéis de él os mostramos estas imágenes tomadas este sábado en el río Cares.

Cascadas deslizándose desde las escarpadas cumbres irrumpían con violencia sobre el cauce del río, en un auténtico espumero.

Tanta agua recibida hacía que el río se enfureciese y volase sobre su estrecho cauce.

Ya en Poncebos, estaba tan crecido que los puentes se le quedaban pequeños.

Por Peñamelleras pasaba reconquistando riberas, para acabar en Bustio de color chocolate, remansado en su abrazo con el Cantábrico.