José Luis madrileño de nacimiento y enamorado desde hace más de 35 años de Ribadesella, donde, según sus palabras, encontró lo mejor que ha podido conseguir en su vida y el lugar en el que reside desde 1995. Fue en Madrid donde inició sus contactos con la pintura, pero fueron los 17 años que vivió en Ibiza los que le mostraron los contrastes de que la luz mediterránea producía en los colores.
José Luis nos comenta que lo que más le llama la atención para pintar o dibujar son las arrugas, todos los contrastes y sombras que en ellas se esconden, lo mismo da que sean de una tela o un rostro modelado por los años, son una constante en su obra y una necesidad de expresarse a través de ellas.
Considera que una arruga, como tantas cosas en la vida la percibimos al instante, pero es la observación detenida la que nos muestra todos los matices que en ella se esconden. José Luis cree que una arruga es un válido ejemplo de la necesidad de ahondar en las cosas siempre y no quedarnos en esa superficie que no es más que una máscara para protegernos.
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