El pasado día cuatro de marzo, fallecía en el Hospital Adaro, tras una dolorosa enfermedad, María Eugenia Suárez, hija del gran actor asturiano José Suárez, y de Moreda de toda la vida.

No queremos hacer un epitafio a María Eugenia, sólo deseamos hacerle el pequeño homenaje de nuestra palabra,  a una de las pocas buenas personas con las que nos hemos encontrado en la vida.

El concejo de Aller es turístico por naturaleza, y nosotros hemos centrado mucha de nuestra actividad en dicho municipio, pero como ya es habitual, sin la colaboración de la gente del sector hostelero y turístico que es el que más se beneficia de nuestras imágenes.

Fue Mª Eugenia, por el amor profundo que tiene a su tierra,  quien ofreció la terraza de su casa en el centro de Moreda, enfocando para la plaza, para que instaláemos allí una cámara que ha dado muchas visitas y ha mostrado la imagen de Moreda al mundo.

Recuerdo que el día que fuimos a instalar se encontraba mal, pero intercedió con sus amigos de Los Humanitarios para que no nos dejasen pagar la comida, invitándonos ella.

Nuestra relación, durante varios años, fue en la distancia y solo viajamos a Moreda en un par de ocasiones para hacer mantenimientos, siendo recibidos siempre con su mejor sonrisa.

Hace unos meses nos llamó y nos pidió que pasásemos a retirar la cámara pues no podía atenderla ya que se encontraba mal e iba a ingresar en el Hospital.

Su aspecto no era nada bueno, y cuando nos despedimos de ella ya sabíamos que posiblemente fuese la última vez que la viésemos. Por desgracia no nos equivocamos.

Se fue Mª Eugenia y con ella se fue nuestra webcam de Moreda que tanta ilusión le hacía, sin que hasta la fecha ningún empresario del sector o Ayuntamiento se hayan dirigido a nosotros para retomar las imágenes de la villa allerana. Es cuestión de saber lo que se quiere para mejoría de su pueblo o de tratar siempre de sacar subvenciones y prerrogativas que han hecho del turismo asturiano un auténtico bluf que acabadas las ayudas se está quedando en el chasis.

Se fue María Eugenia y nos dejó el vació que dejan los amigos de verdad.

Descanse en paz.

Sirva como homenaje el artículo que Javier de Montini dedicó a su padre y que pubicamos en 2001 en búscolu.

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