Eduardo Úrculo: Escultor y Pintor

No nació en Asturias, aunque ya desde muy joven estuvo vinculado a nuestra tierra. El carbón de les Cuenques teñía su sangre y contaminaba, positivamente, su alma de asturianía. Esta web quiere rendirle un sentido y sencillo homenaje póstumo a este buen hombre que mereció ser colungués, tanto como cualquier otro nacido en este rincón de Asturias

El Molín de La Riera ya no le ha vuelto a ver desde 2003, pero su espíritu jovial y campechano sigue empapando el recuerdo de quienes le conocieron y trataron.

Suele suceder que, frecuentemente, los grandes genios suelen ser los más humildes de los humanos, y viceversa.

Vino al mundo en Santurce (Vizcaya) aunque siempre se consideró tan colungués y tan asturiano como cualquiera nacido en La Riera. Nació en 1938 y murió en el año 2003.

Comenzó a trabajar como recadero, pero una enfermedad, la tuberculosis, le hizo centrarse en su verdadera afición, la pintura. Estudia pintura en Madrid y París. Úrculo empezó ganándose la vida dibujando comics en el suplemento dominical del diario "La Nueva España", de Oviedo. En 1958 hizo una exposición en el hogar del productor de La Felguera (Asturias). Como consecuencia del éxito obtenido en esta muestra, obtuvo una beca del Ayuntamiento de Langreo para estudiar Bellas Artes. Viajó a Madrid y un año más tarde se trasladó a Francia para ampliar conocimientos sobre nuevas técnicas del arte. En 1965 ya había conseguido exponer en 17 ocasiones dentro del país y tres en Francia.

Comenzó pintando expresionismo negro, muy hispano, hasta que en 1965 se fue a Ibiza y cambió su estilo. En la década de los setenta pasa de ser un pintor anómino a pintor cotizado. En estos años su pintura tuvo como tema central la mujer, la preocupación por lo sagrado, la diosa madre, las vacas y el contenido erótico. Tras regresar de una Bienal de Venecia, montó una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, algunas de cuyas obras fueron prohibidas por su línea pornográfica en desacuerdo con la Administración Central, presidida por Carrero Blanco.

En estos últimos años, Eduardo Úrculo ha representado en sus cuadros "la recuperación de lo masculino", donde él figura como protagonista aunque siempre aparece de espalda y nunca de cara. En diciembre de 1987 realizó en Madrid una exposición cuyo tema central era Nueva York, la otra gran ciudad que le ha impactado e influido en su carrera profesional.

También en estos últimos años dirigió su labor creativa hacia el mundo del cartel y de la escenografía. Sus primeros trabajos de escenógrafo se pudieron comprobar en el Festival de Teatro de Mérida, pero su mayor reto estuvo en la escenificación de la ópera "Cristóbal Colón", estrenada mundialmente el 24 de septiembre de 1989.

En 1991 le encargan una escultura para la estación de Atocha en Madrid, para la que elabora una pieza en bronce que representa el equipaje del viajero; y un año más tarde realiza un espacio para Cartier en París, y el Festival de Mérida le encarga la escenografía y el cartel para la obra de teatro 'Los siete contra Tebas', de Esquilo. A partir de esta época desarrolla una gran actividad en el campo del grabado. Por esta época, incorpora el tema de los aeroplanos, contemplados por un grupo de personas (con sombrero y de espaldas), que al igual que todos sus personajes, equipajes y trasatlánticos, recuerda la segunda o tercera década del siglo. Y en 1999 Introduce en su pintura el tema de las geishas. Galerías y museos

Úrculo ha presentado numerosas exposiciones individuales en prestigiosas galerías y museos de Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia y Venezuela. En 1982 se le organiza una gran antológica que itinera por Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, La Felguera y Sama de Langreo.

En 1994 se inaugura otra retrospectiva en el Centro de Arte Moderno de Oviedo, y tres años más tarde obtiene un nuevo y valioso reconocimiento en la exposición que el Centro Cultura de la Villa de Madrid abre en torno a su obra. Ha concurrido a destocados certámenes internacionales y ha sido incluido en incontables muestras colectivas dentro y fuera de su país.

Su obra está representada en los más importantes museos de España, Bangladesh, Bélgica, Colombia, Chile, Italia (Galleria Nazionale L’Arte Moderno de Roma) y Venezuela. Desde 1957 ha realizado más de un centenar de exposiciones en las principales ciudades españolas (Centro de arte Reina Sofia, Museo de A.C. de Lanzarote, Museo de A.C. de Tenerife, Museo de A.C. de Villafamés, Museo de BB.AA. de Asturias) y en Alemania, Argentina, Bélgica, Chile (Museo Internacional Salvador Allende), Colombia (Museo e Arte Contemporáneo de Bogotá), Cuba, Francia, Formosa, Holanda, Irán, Italia, Panamá, Perú, República Dominicana, Suiza, Uruguay, EE.UU., Venezuela y París y una retrospectiva en el Centro Cultural de la Villa (Madrid), etc., y en las colecciones privadas de Banco Herrero, Caja de Asturias, Fundación March, y la Caixa entre otras.

Se inició en el expresionismo social para evolucionar, en la década de los 60 hacia el informalismo abstracto. Fue uno de los máximos exponentes de la pintura pop española. Redescubrió el cubismo en los últimos años, según demostró en su última exposición en Madrid, en la mítica galería Metta. El cubismo le aportaba "una nueva forma de ver la pintura", según decía.

Su última exposición, organizada por la Sociedad Española de Acción Cultural Exterior e inaugurada por él mismo en Beijing (China), contaba con 50 obras de los últimos 40 años. A.García