Cien años de AGUA DE BORINES en USA, Cuba, México y la República Argentina.
EMPRESARIOS COLUNGUESES (II)
LOS PÉREZ-CARAVERA, de los Toyos (Libardón)
CIEN AÑOS DE AGUA DE BORINES EN USA, CUBA, MÉXICO Y LA REPUBLICA ARGENTINA.
Sí, señores, sí, no crean ustedes que este invento de la globalización y todo eso que llaman ahora es tan nuevo, nada de eso, pues como ven hace más de cien años, cuando a nadie se le ocurría ni por asomo comercializar el agua embotellada - a no ser con fines terapéuticos, y poquito – a estos pioneros hermanos de la parroquia de Libardón, no se les ocurrió otra cosa que distribuir y comercializar el Agua de Borines, tan próxima a su localidad de origen por todo el continente Americano, pero no con fines terapéuticos exclusivamente – que también – sino como signo de distinción y señorío en los soberbios casinos y Hoteles de lujo de las oligarquías locales, por norma general bastante más exclusivos y ostentosos que sus homónimos europeos de entonces.
Hasta esos fastuosos y opulentos restaurantes exclusivos llegó la moda de consumir en las comidas Agua de Borines de la mano de los ingeniosos Pérez – Caravera, costumbre que se fue haciendo cada vez más popular con el tiempo hasta hoy en todo el mundo.
Los más importantes establecimientos del Nuevo Continente durante el primer tercio de siglo, incluían en sus cartas el Agua de Borines, distribuida desde Tampico (México) por los PEREZ-CARAVERA HNOS. , desde el propio Oriente o Inglaterra del mismo Tampico, hasta el Chile o el Majestic de Buenos Aires, pasando por los fastuosos Plaza o Saratoga de La Habana hasta el Philadelphia/Plymouth o el más antiguo - se dice – de todo el continente el Radisson Martinique de Broadway (New York) ya lo ven…
Pero es bastante probable que si no son naturales de la parroquia de Libardón o no tienen afinidad con ella por alguna circunstancia, nunca hayan oído mencionar a la muy conocida en otros lares familia PEREZ-CARAVERA, fuertes empresarios a principios de siglo (XX, evidentemente), naturales de los Toyos (parroquia de Libardón, pues también hay lugar de los Toyos en Lastres), puesto que como otros muchos, desarrollaron su actividad muy lejos de su solar natal, “allende los mares” o en “Las Américas” como solía decirse entonces.
Nacidos en los Toyos (Libardón), (Que sí, ya sé que salvo contadas excepciones no saben dónde está eso, ya lo sé, por eso les incluyo ahí un mapa para que se sitúen) en el último cuarto del XIX, excepto Rafael, el mayor de ellos que se adelantó un poquillo ( 1.874) los hermanos Pérez – Caravera, el citado Rafael, Manuel y García (es nombre de pila), emprendieron nuestros vecinos libardoneses bien jóvenes la aventura americana (Manuel tan sólo contaba 12 años cuando se embarcó con destino a Cali, Colombia), nada raro en una época en la que era habitual tal aventura, forzada en la mayoría de los casos no por ambición sino por una difícil coyuntura económica y un entorno rural atrasado, sobrepoblado y muy corto de miras que no prometía grandes esperanzas de futuro.
Después de ciertas vicisitudes por separado en Cali y en La Habana, acaban por confluir todos ellos en el por entonces próspero puerto mexicano de Tampico, donde poco antes Manuel había conseguido tras duro esfuerzo la propiedad de una tienda de Ultramarinos en la populosa Calle del Mercado de la citada localidad.
Una vez allí, empezaron a trabajar juntos y a diversificar su actividad, fundando la empresa PEREZ-CARAVERA HNOS. a través de la cual emprendieron numerosas actividades, pioneras muchas de ellas, pues se les considera los introductores a gran escala del bacalao en México, así como de otros productos alimentarios como el tasajo de Montevideo, dando asimismo un gran impulso al consumo de aceite de oliva, el azafrán o las aceitunas que se importaban ya aunque en muy pequeñas cantidades desde la madre patria.
A través de esta empresa fueron importadores y distribuidores de productos con mucho mercado, tanto interiores, como la Cerveza de Toluca, el Tequila “La Rojeña” de Guadalajara (Origen del ahora internacionalmente famoso en todo el mundo “José Cuervo” con licencia desde el reinado de Carlos IV) como foráneos, tales como el aperitivo francés Delor de Burdeos comercializado con gran éxito, o en lo que a nosotros nos toca el Agua de Borines, procedente del Balneario de la localidad piloñesa tan próxima a su localidad natal, como ya les he indicado.
Sin embargo – cosas del destino - en esto del mundo empresarial, capacidad aparte, influyen coyunturas y factores varios, entre ellos la fortuna – buena, o mala – y éste es uno de esos casos –bueno, afortunadamente – pues la fortuna fue lo que les sonrió en un viaje de regreso de España donde volvían Rafael y García en forma de decomiso en la Aduana de un cargamento ilegal de canarios (puesto que desconocían la normativa aduanera) que unos comerciantes compatriotas suyos llevaban a Toluca.
Abatidos los compatriotas por tan inesperada contrariedad y con el fin de no perder la totalidad de lo invertido, negociaron con los PEREZ- CARAVERA, que se hicieron a un precio muy razonable con la remesa intuyendo que la solución del problema aduanero no sería tan insalvable, como así fue, pues no en vano conocían bastante mejor que sus bisoños compatriotas el viciado funcionamiento de las Instituciones locales.
El asunto de los pájaros cantores, también fue algo totalmente inesperado para ellos, pues a medida que la remesa menguaba, les subían el precio, al final ya de forma abusiva y aun así se los quitaban de las manos, así que visto lo visto, la importación exclusiva de estos pájaros, ahora ya con permisos legales se convirtió – quien lo diría - en su principal negocio y fuente prácticamente inagotable de ingresos, lo que ya les catapultó hacia otros y a diversificar sus actividades e inversiones de tal manera que se convirtieron en unos de los más poderosos empresarios de la localidad, con un importante patrimonio que incluía grandes paquetes acciones de Compañías petroleras, un negocio entonces en auge, como “La Universal Tampiqueña”, “La Petrolera, el Espino”, “La Alianza Petrolera de Tampico”, así como 1.500 títulos de la “Bristol Oil” entre otras, así como acciones varias de empresas Cerveceras e incluso de la incipiente Industria de la Telefonía entre otras.
Pero, nada dura para siempre y ciertas circunstancias esta vez adversas, como la inversión de grandes capitales en la compra de barcos mercantes que terminó mal y la convulsa situación política del México de los años veinte, llevaron a la quiebra más pronto que tarde a PEREZ-CARAVERA hermanos que tuvo que vender todo su patrimonio para saldar las deudas contraídas.
Manuel continuó en México, hasta su muerte en 1.948, García se instaló en Madrid, donde falleció aunque visitaba frecuentemente Mestas de Con, donde se casó en 1915 y Rafael, el mayor volvió a los Toyos donde acabó sus días en 1.966, después de múltiples aventuras en el nuevo mundo, entre ellas su participación en nuestra Guerra de Cuba contra los ya poderosos Estados Unidos de América.
Este relato no hubiera sido posible sin la inestimable información y documentos proporcionados por los nietos de Rafael, Manuel y García, tan bien extractados por Manuel Capellán Pérez en la magnífica Obra “Sociedad de Fomento de Libardón 1907- 2 MIL 7”, ni sin la colaboración de los vecinos de Los Toyos, El Cuetu y La Nieta, ni de las curiosas fotografías que les muestro la mayoría de ellos cortesía del Centro Asturiano del Río de la Plata y de los mismos vecinos de Libardón.
A ellos deben reconocérselo.
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