Conjuntivitis alérgica

La primavera ha llegado y atrás quedan la melancolía y la tristeza invernales. Pero no todo son alegrías en esta época del año, tal y como nos indica Alberto López Meca, CEO de Vistafarma y farmacéutico de referencia en el competido universo de las farmacias online.

Y es que Asturias es una de las regiones donde, por su climatología y flora, más frecuentes son los trastornos alérgicos primaverales. Uno de los más habituales es la denominada conjuntivitis alérgica, cuyas peculiaridades nos ha desgranado el responsable de Vistafarma en una instructiva conversación.

¿Que es la conjuntivitis alérgica?

La conjuntivitis alérgica es una inflamación de la conjuntiva causada por una reacción alérgica. Pero, ¿qué es exactamente la conjuntiva ocular? Veámoslo:


La conjuntiva

La conjuntiva es una membrana transparente que recubre el párpado por la parte interior y también la esclerótica (la parte blanca del globo ocular). Contiene un gran número de mastocitos (células del sistema inmunitario) que liberan sustancias químicas denominadas mediadores, en respuesta a diversos estímulos como puedan ser los pólenes, las esporas de moho o los ácaros del polvo.

La producción excesiva de estos mediadores provoca una inflamación en los ojos, que puede ser más o menos duradera. Se calcula que en torno al 20% de las personas es susceptible de padecer algún grado de conjuntivitis alérgica.

Conozcamos los tres tipos más habituales de conjuntivitis alérgicas:

Conjuntivitis alérgica estacional

Es la conjuntivitis alérgica que se manifiesta preferentemente en algunas épocas del año, muy especialmente en primavera. La conjuntivitis alérgica estacional suele estar causada por el polen de las flores, las esporas de hongos y ciertas hierbas.

Conjuntivitis alérgica perenne

La conjuntivitis alérgica perenne se puede manifestar indistintamente durante todo el año. Está causada por alergia a los ácaros, y también al pelo o a los residuos dérmicos que se desprenden de ciertos animales, como puedan ser perros y gatos.

Queratoconjuntivitis alérgica vernal

La queratoconjuntivitis vernal es una forma diferente de conjuntivitis alérgica. Los alérgenos que la provocan son desconocidos y es más frecuente en niños y adultos muy jóvenes. En muchos casos, desaparece espontáneamente tras la transición definitiva a la etapa adulta.

Puede acompañarse de asma, eczemas y de otras alergias estacionales. Suele reaparecer cada primavera y remitir tras la llegada del otoño.

Síntomas de la conjuntivitis alérgica

Las personas con todas las formas de conjuntivitis alérgica desarrollan un intenso picor y ardor en ambos ojos. Aunque los síntomas suelen afectar a los dos ojos por igual, en algunas ocasiones uno de ellos presenta mayor afectación. Es muy infrecuente que la afección se presente de modo unilateral.

La conjuntiva se enrojece y a veces se inflama, dando a la superficie del globo ocular un aspecto enfermizo que puede parecer alarmante. Al frotarse y rascarse, la piel de los párpados también se enrojece, se hincha y puede llegar a dificultar la visión.

En el caso de la conjuntivitis alérgica estacional y la conjuntivitis alérgica perenne, la secreción ocular es abundante, fina y acuosa, aunque en ocasiones puede ser del tipo mucoso. Puede ir acompañada de picor y secreción nasal.

En el caso de la queratoconjuntivitis vernal, la secreción ocular es espesa y muy mucosa. La principal complicación de la queratoconjuntivitis vernal es que puede afectar a la córnea (la capa transparente situada delante del iris y la pupila), lo que provoca que algunas personas sufran pequeñas y dolorosas úlceras corneales.

Estas úlceras provocan fuerte dolor ocular con la exposición a la luz intensa y, si no son tratadas adecuadamente, pueden derivar en una disminución permanente de la calidad de la visión.

Consejos a tener en cuenta

Los médicos reconocen la conjuntivitis alérgica por su aspecto y síntomas típicos. En ocasiones, pueden ser necesarias pruebas analíticas adicionales. Una vez diagnosticado el trastorno, el oftalmólogo nos prescribirá los medicamentos oportunos.

El tratamiento incluye la prescripción de colirios oculares antihistamínicos y antiinflamatorios, así como de suplementos lagrimales artificiales. Otros colirios contienen sustancias estabilizadoras de los mastocitos.

La evitación de los alérgenos conocidos reduce y elimina los síntomas. Es útil, según el caso, el uso de gafas protectoras, cerrar las ventanas en primavera, la aplicación de sprays antiácaros en el hogar y evitar la presencia de animales domésticos. La aplicación de compresas con agua fría o infusión de manzanilla también puede ayudar a sobrellevar los síntomas.

En casos de especial gravedad o cuando se ven afectadas otras zonas (como por ejemplo, los oídos, la nariz o la garganta), puede ser necesaria la administración de antihistamínicos específicos por vía oral.

Dado que algunos síntomas de las conjuntivitis alérgicas son compatibles con los de algunas infecciones oculares, la decisión inteligente, caso de observarlos, es pedir cita al oculista.

¿Crees que sufres algún síntoma de conjuntivitis alérgica? En ese caso, no te automediques y acude a un oftalmólogo para que confirme o descarte el diagnóstico. Y para problemas oculares de mayor gravedad, no olvides que en Asturias tenemos la suerte de disponer de algunas de las clínicas oftalmológicas más renombradas de toda España.