Ediciones Atlantis la novela blanca “El agua duerme

Ediciones Atlantis publica la novela blanca “El agua duerme” de la escritora asturiana Rosario Hernández Catalán. En sus páginas descubriremos la vida de un singular hombre, Gabino, quien se convertirá en curandero para ayudar a todos sus vecinos.

Argumento 

Gabino es concebido en la Sierra del Río de los Ángeles el día que sus padres, Antonio y Victoria, decidieron dar rienda suelta a su pasión. El mismo día que Ramón, ávido de conocimiento, se siente sorprendido por un corro de siluetas de luz que transmitirán su energía al cerebro de Gabino cuando sólo era un embrión. El nacimiento del niño tiene lugar el día de Todos los Santos rodeado de un milagro vegetal. Gabino crece junto a su abuela Catalina, quien inculca sus conocimientos acerca de las propiedades curativas de las plantas. Su amor por la naturaleza y el legado, no solo de su abuela, sino también de su madre, permitirán a Gabino convertirse en un reconocido curandero que solventará las enfermedades de sus vecinos y se preocupará por el bienestar del ser humano.


La autora

Rosario Hernández Catalán

Medio asturiana de la Cuenca Minera, medio Extremeña de Las Hurdes. Ha ganado varios premios literarios y tiene ya varias publicaciones que te puedes descargar en www.rosariohernandezcatalan.com. Tiene un mantra: "Qué bien me trata la vida, qué bien la trato yo a ella". Iniciamos un género nuevo, la Novela Blanca, contra la polución mental de la Novela Negra. 

Ayer me llegó una certidumbre: el ser humano está diseñado evolutivamente para hacer el bien. No es una creencia, es ciencia. El objetivo de esta novela blanca es la de, no sabemos muy bien cómo, difundir las tres claves que nos han de sacar de este atolladero civilizatorio: la autosuficiencia, el apoyo mutuo y el panteísmo. 


Entrevista a la autora

1. ¿Cómo surgió la idea inicial para escribir esta obra? ¿Cómo fue el proceso creativo de la misma? 

La idea surge de mis propias vivencias de niña cuando sacaba las cabras con Gabino, un pastor de las Hurdes. Y de lo que he ido aprendiendo en esos últimos años tan intensos. Y de mi propio saber de la Historia de la Literatura. Yo estudié Filologia Hispánica y estuve cuatro años trabajando en la Universidad investigando y dando clases. Y si había algo que me sacaba de quicio era la novela deconstruida, “posmoderneta” en la que apenas hay aventuras y todo se llena de las pajas mentales de un sujeto urbanita atormentado y alcoholizado, que se mira el ombligo. Deploro esa literatura. Ese decandentismo tan propio por ejemplo de la novela negra. Y me dije, yo voy a hacer una novela blanca, voy a hacer lo contrario. Una novela clásica, que parta de la concepción y el nacimiento del protagonista, que siga una trama lineal. Una novela de ambiente rural, una obra que cante a la belleza y en la cual podamos ver la evolución de los personajes hacia el bien. Hacia la mejora moral. Y entre eso y mi amor a las Hurdes, así sale El agua duerme. Novela Blanca. Con la vertebración de estas ideas fuerza: magia realista (en vez de realismo mágico), autosuficiencia, apoyo mutuo y panteísmo. 

El proceso creativo fue rápido en un principio, en una semana ya tenía hecho el grueso de la novela. Esa rapidez fue debida a una limpieza de hígado que me hice por aquel entonces que me dio una agilidad y una paz mental que me hicieron parir tan rápido El agua duerme. Eso sí, rematarla y corregirla, me llevo lo menos cuatro años.

2. ¿A quién va dirigido este título? ¿Quién disfrutará más con su lectura? 

Va dirigida a todo el mundo. Obviamente. A cuanta más gente, mejor. Porque yo no sé si es  una buena novela, pero lo que sí sé es que es una novela necesaria. Una novela con una belleza y unos valores que serenan. Comemos comestibles industriales en vez de alimentos, el aire está contaminado y también el agua… Pues bien, son ya muchas fuentes de toxinas como para seguir añadiendo más polución mental a través de mi literatura. Somos lo que comemos, lo que bebemos,   lo que ejercitamos y también lo que leemos. Pues bien, yo a través de mi novela quiero aportar una nutrición mental naturista, libertaria y panteísta. Quienes más van a disfrutar serán aquellas personas que sepan vivir, que sepan establecer relaciones justas, que sepan  gozar con la belleza de la Naturaleza. Pero la clave no está en quienes va a disfrutar la novela sino en preguntarnos quiénes más la van a necesitar. Quienes más van a necesitar mi novela serán quienes estén “zombificados” por la urbe,  el pisito, el curro alienante y las relaciones tóxicas.

3. ¿Tienes ya en mente algún nuevo título? ¿Sigues escribiendo?

Sigo escribiendo, pero mi género es el teatro. Siempre he hecho obras de mucha denuncia, incluso poemas muy críticos, pero me he empeñado en los últimos tiempos escribir una poesía que cante la belleza. Tengo pendientes unas piezas de lo que yo llamo geoteatro. Estoy encallada en una que se titulará algo así como Afrodita y la sanación del Eros. Escribo porque me piden. Porque es necesario. Pero no porque me guste, no soy de esas personas que necesitan escribir para vivir, para expresarse. No, a mí lo que me gusta es vivir, no estar delante de un ordenador generando “letricas”. Pero puesto que tengo mucho que contar, y puesto que manejar el Logos es mi fuerte, como el de otra persona puede ser la ebanistería, tendré que seguir escribiendo y hablando. Paso mucho tiempo dando charlas y talleres, así que mi fuerte comunicativo casi es más la oralidad que la escritura. Tengo también pendiente un ensayo sobre el cáncer, que es el gran mito de destrucción de nuestras sociedades opulentas, que es nuestro gran pavor y que por tanto hay que afrontar con mucha valentía. Ya estuvo bien de repetir tópicos "científicos" que favorecen a la farmaindustria y que asolan al pueblo. Dentro de unos años, cuando echemos la vista atrás, nos sonrojará la forma en que se está tratando el cáncer.