Hace unos días se celebró en Libardón, concejo de Colunga, el homenaje conmemorativo del 75 aniversario de la muerte de Ramón García Tuero, el Gaiteru Libardón. Asistieron diversas personalidades, entre las que destacaríamos a Javier Díaz, "Javier el de Arroes", pero no sólo queremos hablar del gaiteru, queremos hablar también de otres gaites.

Como bien decíamos, en el homenaje al Gaiteru Libardón asistieron varias personalidades, entre las que nosotros, sin duda alguna, destacaríamos a Javier el de Arroes, pariente del Gaiteru y la persona que más sabe y más archivos musicales tiene de la música asturiana, incluyendo la de su pariente  Ramón García Tuero.

No pudimos asistir, porque nos es imposible estar en varios lugares a la vez, aunque sí nos hubiese gustado estar, por rendir testimonio a ese gran personaje de la música tradicional asturiana y por saludar a nuestro buen amigo Javier Díaz, pero confiábamos en que la Comunidad de Noticias que tratamos de construir funcionase, pero nada más lejano de la realidad, sólo funciona cuando intersa, sobretodo cuando el politiqueo está por el medio, eso de trabajar por el amor al arte sólo lo hacemos cuatro fatos, ¡y que no falte!, eso sí, para las páginas de pago, que salen el martes, aunque las lean ellos y cuatro amigos (ya quisieran tener las más de 100.000 visitas que vamos a tener este mes) pues sí, como que les presta colaborar. Como dice el refrán "Al platu vendrás arbeyu". Pues nada, que mientras aquí algunos y algunas se lo piensan, crece nuestra comunidad de noticias dentro y fuera del concejo y animamos a que siga creciendo. Todo es válido, historias, anécdotas, noticias, dibujos de niños...todo es noticia e historia viva de un pueblo, memoria histórica auténtica, pues lo que hoy se publica mañana ya es historia y aquí, en esta web podéis encontrarlo con sólo buscar o revolver un poquitín.

Hablábamos de otres gaites y vamos a empezar a tocales. La primera es la del desagradecimiento. Nos preguntamos el porqué no se invitó a dicho homenaje a los descendientes de D. Cayetano Pérez de Velasco, sin ir más lejos a nuestro convecino Cayetano, residente actualmente en Colunga, persona seria y emprendedora y digna de todo respeto.

Hay gente que se empeña en contar la historia a su manera y acaban cambiandola de tanto contarla al revés, pero en este caso aún hay otra gente que sabe de lo que habla y les puede corregir.

Insistentemente, la prensa regional, llámese Nueva España, El Comercio o La Voz de Asturias, cada vez que hablan sobre el Gaiteru Libardón cuentan su vida a su manera, idealizandolo todo y claro, quién podría ser el mecenas del gaiteru de Libardón, pues Sidra el Gaitero de Villaviciosa, y se quedan tan panchos. Pues no, el Gaiteru Libardón tuvo su oportunidad gracias al apoyo y mecenazgo de D. Cayetano y de Sidra el Horreo de Colunga, que por aquellas fechas era la número uno, aunque hoy ya no exista, como casi no existe este concejo que cada día se parece más a una residencia de la tercera edad.

Durante un viaje a París del empresario colungués Cayetano Pérez de Velasco , concibe la idea de elaborar con sus hermanos la afamada Sidra champán "El Hórreo". Concurren a numerosas exposiciones europeas y americanas haciéndose acompañar por un joven gaitero, Ramón García Tuero, que tocaba la gaita al tiempo que recitaba complas publicitarias de la Sidra El Hórreo de Colunga. Merced a este lanzamiento y a su genialidad y buen hacer, pronto le llegaría la fama.

Participa en la Exposición Regional de Gijón representando por primera vez a Sidra el Hórreo.  Once años más tarde, en 1.900, ya en plena fama , regresó a París a la Expo Mundial, que volvió a coincidir en la Ciudad de la Luz, representando a la sidra colunguesa "El Hórreo", ganando la Medalla de Mérito, su primer galardón internacional.

No hay más cera que la que arde y el desconocimiento de la historia por ignorancia no autoriza a cambiarla y a hacerla a la medida de cada uno.

Resuminedo, que si nu hubiese sido por la Sidra El Horreo de Colunga, Ramón García Tuero igual no hubiese pasado de Pajares y se lo agradecen olvidándose de sus descendientes en el homenaje y atribuyéndole la "gracia" a los de la Espuncia. ¡Así nos va!.