Cómo los viajes pueden beneficiar inmensamente nuestra salud mental

Si bien la realidad práctica del dinero, la salud y las obligaciones laborales y familiares ciertamente importan y afectan la capacidad de las personas para viajar, siempre que sea posible, viajar es un objetivo valioso y, a veces, subestimado para nuestra existencia diaria.

De hecho, son diversos los estudios que han confirmado que viajar brinda una cantidad de beneficios psicológicos significativos. Viajar actúa de manera positiva en múltiples niveles de nuestra vida.

Viajar interrumpe tu rutina e introduce la novedad en tu cerebro, lo que mejora la cognición y ayuda a reactivar los circuitos de recompensa. Tienes que pensar cómo pasar por nuevos vecindarios, nuevos patrones de transporte, nuevas costumbres y normas. Inicialmente, tales cambios pueden ser estresantes y frustrantes, pero en última instancia, tu cerebro puede beneficiarse de estar en estado de alerta máxima. Según el artículo de Brent Crane en The Atlantic, la flexibilidad cognitiva ayuda a estimular la neuroplasticidad. Esto, a su vez, puede ayudar a generar reatividad que persiste incluso cuando los viajeros regresan a casa y ayuda con la generación de ideas innovadoras en sus trabajos.

Viajar también ayuda a mejorar el nivel de crecimiento interpersonal. Ver personas y culturas diferentes y encontrarlos directamente como individuos y seres humanos, nos ayuda a ser más tolerantes y flexibles con respecto a formas de vida desconocidas. El sentido de empatía puede aumentar, lo que puede ayudar a que te sientas más capacitado de negociar problemas interpersonales en casa. También puedes aprender y apreciar cosas nuevas que puedes seguir disfrutando en casa, como un delicioso plato típico de un país o un nuevo género musical.

Viajar alivia el estrés

Nuestras vidas a menudo pueden estar constantemente ocupadas, y algunas veces podemos sentir que estamos viviendo cada día repetidamente. Viajar es una excelente manera de escapar del estrés y los compromisos de la vida cotidiana, ofreciendo novedades y cambios en la forma de nuevas personas, vistas y experiencias. Margaret J King, del Centro de Estudios y Análisis Culturales, dijo lo siguiente sobre las capacidades de viaje para aliviar el estrés: "Con una breve lista de actividades cada día, liberada de las complejidades de los proyectos y relaciones en curso, la mente puede restablecerse, como el cuerpo lo hace, con alivio de estrés como el principal resultado".

Para algunos, viajar no se trata de ver nuevos lugares, sino de escapar un rato de los lugares comunes que tienen un impacto negativo en nuestras vidas. Viajar en sí mismo puede ser un descanso de los factores estresantes acumulados en casa. Un escape literal en el que puedes concentrarte en tu propio placer y en ti mismo, y esto puede ser un cambio de ritmo bienvenido que ayude a reducir la sobrecarga de hormonas del estrés de tu cuerpo. Incluso cuando regresas a los factores estresantes en casa después de un viaje, los recuerdos codificados por ese viaje ayudan a mantener un "espacio zen" que puedes volver a visitar cuando lo necesites. Las técnicas de atención plena a menudo recomiendan regresar a un recuerdo hermoso o tranquilo para ayudar a restablecer la calma y el equilibrio en cualquier lugar donde te encuentres.

En general, viajar es una forma de proporcionar, incluso temporalmente, el objetivo de vivir la vida para tu propio bien, apartándote de la carga de la responsabilidad diaria y la rutina. Ayuda con el crecimiento personal y la apreciación, y también puede beneficiar el estado de ánimo y el intelecto. Si tiene los medios para incorporar varios viajes a tu rutina, no dudes en hacerlo, ya que mucho más que un viaje lleno de experiencias, estarás ganando también salud mental a mediano plazo (o hasta el próximo viaje).