En la actualidad el turismo es uno de los sectores más importantes y en plena expansión de la economía mundial, concibiéndose como un sector de vital importancia en la economía a todos los niveles.

En España Los resultados registrados por la actividad turística en 2015 confirman que este sector es el que más crece en la economía española y el que más empleo genera. El PIB turístico registró un avance del 3,7%; al final del ejercicio, aportó medio punto al crecimiento del PIB español, hasta registrar 124.000 millones de euros. (Fuente:

A pesar de estas cifras, el impacto del turismo no es sólo económico: El turismo aumenta la demanda de infraestructura local transporte, agua potable, recolección y tratamiento de aguas residuales, eliminación de desechos sólidos y de servicios públicos que generalmente son de responsabilidad del gobierno local. A menudo estas demandas acusan importantes picos de temporada. Sin una coordinación y planificación, la demanda de servicios puede exceder su capacidad, con resultados negativos tanto para los residentes como para los turistas.

El impacto de la actividad turística se deja sentir sobre el entorno, por ello es clave compatibilizar la industria turística  y la protección del medio ambiente. El turismo sostenible será clave en el mantenimiento de este sector, desde el punto de vista de la calidad y como una forma de aumentar la competitividad de los destinos en el mercado.  El turismo sostenible es una industria comprometida con el bajo impacto sobre el medio ambiente y cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleo para la población local.

El Turismo Sostenible incorpora una nueva ética del turismo y del turista, la sensibilidad hacia la naturaleza, la cultura y las formas de vida de la población de los lugares donde se viaja. El disfrute de la naturaleza es un derecho de la ciudadanía; por ello es necesario conjugar aspectos conservacionistas y turísticos que permitan un planteamiento ordenado y respetuoso de la naturaleza, convirtiéndose en una garantía de conservación de nuestro entorno.

El turismo sostenible busca modelos de desarrollo sostenibles y específicos para cada zona de destino, para lo que se han de tener en cuenta sus variables sociales, económicas y medioambientales.

Eje ambiental → Busca el respeto a los ecosistemas e implica la compatibilidad entre las actividades sociales y económicas, así como la preservación de la biodiversidad.

Eje social → Busca mantener y potenciar la interrelación entre culturas diferentes y el respeto, ya que El desarrollo del turismo puede influir sobre la estructura de las sociedades anfitrionas, generando o incrementando la diferenciación social.

Eje económico→Busca ser una actividad que permita el desarrollo de las dimensiones asociadas a un empleo digno, sostenible  y de calidad que reinvierta en la sociedad y en una mejora de la calidad de vida.

Así mismo, el desarrollo sostenible del turismo exige la participación de todos los agentes relacionados con el sector, que  también se verán beneficiados.

Conflictos

Debido a la naturaleza temporal de muchas actividades turísticas, las demandas en períodos tope pueden exceder la capacidad de los servicios públicos e infraestructura física. Los problemas típicos son la congestión del tránsito, el transporte y demandas que exceden la capacidad de los sistemas de agua potable, alcantarillado y eliminación de desechos sólidos. También la vida silvestre puede verse afectada por los grandes flujos de personas durante momentos críticos de migración, alimentación, reproducción o cría.

El desequilibrio generado por cuadruplicar la población de una localidad afecta a numerosos aspectos: residuos, suministros (agua. luz), movilidad (contaminación), densiflación de población. En el mejor de los casos las infraestructuras deben estar previstas para el pico de población y esto conlleva un esfuerzo innecesario el resto del año. Y en el peor no están preparadas y en la temporada alta se descuida el reciclaje, el saneamiento, etc.

Algunos de los principales conflictos ambientales del turismo tienen que ver con:

  • La energía. El consumo de energía más importante del turismo se produce en el transporte ya que la mayoría de medios de transporte utilizan combustibles fósiles para moverse.
  • El agua. La industria turística es una gran consumidora de agua. La disponibilidad de agua limpia para beber, provisiones para el tratamiento de aguas residuales que concuerden con la capacidad de las masas de agua locales para asimilar la carga de contaminación, e instalaciones apropiadas para la eliminación de los desechos sólidos, son problemas críticos en este sector.
  • Los residuos.  El crecimiento de la población en temporada turística afecta a la capacidad del lugar de gestionar sus residuos.
  • Los incendios. En gran medida, el turismo suele ser una actividad veraniega que coincide con los meses del año de más calor. Esto, unido al comportamiento incívico de algunos turistas, contribuye al problema.
  • La degradación paisajística. El turismo es un gran consumidor de paisaje, curiosamente, uno de los factores que favorece la aparición del turismo en una zona, el paisaje, suele mostrarse especialmente frágil con su desarrollo: la llegada de turistas tiende a cambiar el uso de los recursos naturales, pero más allá de ello, muchas veces tiende a sobrexplotarlos. La tendencia de los urbanizadores de buscar nuevos sitios "vírgenes" lejos de playas y pueblos ya congestionados, contribuye a la tendencia hacia la urbanización de costas enteras


Nuestra propuesta

El sector turístico en España es un sector clave en la economía española. Por eso es necesaria  no solamente su diversificación, sino romper con la estacionalidad asociada al turismo de sol y  playa, así como evaluar los riesgos para este sector derivados del cambio climático.

El objetivo de EQUO es desarrollar un nuevo modelo turístico, sostenible en el uso de recursos escasos y en la reducción de los impactos ambientales, que atraiga un turismo de calidad durante todo el año, basado en el respeto y el disfrute de los recursos naturales y del patrimonio artístico y cultural que albergan nuestros territorios.

El turismo sostenible debe buscar un equilibrio entre la población estable y la estacional. Esto se puede conseguir promoviendo actividades económicas alternativas y sostenibles a lo largo del año. Sin embargo, para llevarlo a cabo es necesario el apoyo de las políticas públicas, ya que en muchas ocasiones el tiempo es determinantes y toda la organización económica está pensada para abrir unos pocos meses al año.

Para propiciar este cambio de modelo proponemos las siguientes medidas:

Aprobaremos una Ley de Cambio Climático que incorpore medidas de adaptación específicas  para el sector turístico (transporte, alojamientos, actividades). Esta ley debe establecer un  objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del sector para 2030,  incidiendo en el consumo energético asociado al transporte aéreo y buscando un mayor uso  del ferrocarril o el autobús. También regulará las certificaciones energéticas de los alojamientos turísticos.

Crearemos un Observatorio de Sostenibilidad y Turismo, que evalúe los impactos del cambio  climático en zonas turísticas vulnerables, como zonas costeras, islas y zonas de montañas, así  como en el patrimonio cultural, y que desarrolle un modelo de gestión para optimizar las  principales opciones de adaptación y sus implicaciones en las políticas turísticas.

Impulsaremos las certificaciones de calidad turística, como los certificados de calidad del cielo  nocturno en los Espacios Naturales Protegidos (Reservas Starlight), o la marca Municipios Cero

Emisiones para municipios turísticos. Incluiremos la promoción internacional del turismo rural y  de naturaleza por parte de Turespaña.

Crearemos de un Centro de Investigación para la Innovación Turística en materia de sostenibilidad,  que ofrezca productos turísticos vinculados a la observación y al disfrute de nuestros recursos naturales y culturales. En Asturias la unión del turismo a la gastronomía y por tanto a la producción de alimentos en el entorno es fundamental. Defendemos la industria agroalimentaria familiar y local como forma de potenciar los ingresos turísticos.

Incluiremos el sector del turismo sostenible en el ámbito de aplicación de nuestro Plan Estatal de Empleo Verde.

Promoveremos planes de movilidad sostenible en zonas turísticas, así como un plan específico  de incentivos para la rehabilitación energética de segundas viviendas ubicadas en zonas  turísticas. También  pondremos en marcha planes de concienciación sobre la importancia de  conservar en buen estado el patrimonio natural y cultural en las poblaciones receptoras.

En Asturias la defensa del transporte público para la zona rural es algo fundamental. La conservación de  hórreos, paneras, molinos, teitos debe ser tomada en serio. Nuestro patrimonio etnográfico, incluso algo tan importante como el prerrománico, no está siendo cuidado ni potenciado.

Ejemplos de turismo (in)sostenible

Festivales de verano: El medio ambiente paga la fiesta

Los festivales de verano son una de las actividades más frecuentes, bien sea pública o privada, para atraer turismo y generar negocio que se desarrollan normalmente en zonas costeras y que consiguen reunir en un número escaso de días a una gran concentración de gente con los problemas que esto supone: ruido, residuos, destrucción del entorno, etc.

Propuestas de mejora

  • Residuos: Existen varias iniciativas para evitar la generación exagerada de residuos y el correcto tratamiento de los mismos. Instalación de puntos verdes de recogida, gratificaciones en especie para los voluntarios/as que recojan plástico/vidrio para su reciclaje, poner un coste al recipiente con el objetivo de ser reutilizado.
  • Recinto: Mejor si son recintos habilitados para este tipo de eventos; sino será necesario un estudio de impacto ambiental, incluyendo un estudio del impacto sonoro del evento.  

Este fin de semana se produce el descenso del Sella, es un claro ejemplo de cómo tenemos que mejorar en este campo.

Turismo rural: la presión sobre la naturaleza

El turismo rural es una oportunidad de buscar una actividad económica complementaria a la ganadería y a la agricultura, que permita fijar población en el entorno rural a través de nuevas oportunidades de empleo que diversifiquen la economía rural. El turismo rural sostenible permite mejorar las condiciones de vida de la población local, generando rentas complementarias e incorporando a la mujer al trabajo remunerado,  y reactivar económicamente zonas deprimidas. Así es posible mantener actividad agropecuaria y artesanal y recuperar el patrimonio arquitectónico tradicional, preservando a la vez el entorno. Igualmente el turismo que involucra animales también es cada vez más una fuente de ingresos para verlos en su hábitat, pero debe ser controlado. Desde el punto de vista demográfico el turismo rural descontrolado puede poner en riesgo lo anterior al pasar poblaciones pequeñas a cuadriplicar el número de habitantes en poco tiempo sin tener las necesarias instalaciones y las ordenanzas de protección municipales.

Propuestas de mejora

  • Adaptación de las infraestructuras, especialmente en materia de limpieza y vigilancia para evitar abusos.  
  • Limitar el acceso a determinadas zonas cuando entrañe un riesgo para el entorno y las personas.
  • Ofrecer alternativas a zonas de alta densidad turística.
  • Informar sobre la normativa de uso de la zona para evitar abusos en el paisaje y la fauna o el desarrollo de actividades no permitidas que pongan en peligro el entorno y a la gente que disfruta de él.
  • Regular el ecoturismo de animales incluidas las actividades de observación directa y  fotografía. La observación debe ser siempre una actividad de formación escrupulosamente respetuosa con la conservación de la fauna.
  • Fomentar la educación y concienciación sobre la importancia ecológica de los  grandes depredadores.

Ley de costas: un coladero para colonizar nuestras playas

El turismo de sol y playa es uno de los más demandados en la época estival, con lo que es un importante foco de generación de ingresos. A la progresiva mercantilización de las playas con múltiples actividades económicas, algunas de dudosa legalidad, chiringuitos, hamacas, patinetes, motos acuáticas, venta ambulante, masajes, etc. Hay que sumar la modificación de la ley de costas impulsada por el PP que ha servido para facilitar  el negocio en el litoral. La medida inmediata que ha seguido a esta ley ha sido la consolidación de decenas de chiringuitos en las playas españolas y la amnistía de miles de edificios situados en dominio público, muchos de los cuales deberían haber sido demolidos en unos pocos años.

En Asturias, aunque no es uno de los sitios más afectados por la degradación de la costa, hemos tenido y tenemos ejemplos en Llanes de esa visión mercantilista. Es imprescindible proteger la zona de los bufones y de la playa de Gulpiyuri.


Propuestas de mejora

  • Modificación de la ley de costas para asegurar la sostenibilidad de nuestro litoral protegiendo las zonas que aún no han sido urbanizadas.
  • Aplicar las debidas sanciones a las construcciones ilegales.
  • Comenzar cuanto antes a diseñar y aplicar una estrategia de adaptación al cambio climático en la costa.

Cruceros: El monstruo del consumo energético

El sector del crucero en España está en auge desde hace unos años, incluso ciudades como Barcelona parece que batirán el récord de cruceristas este año con más de 2,6 millones de turistas; mientras otras comunidades con Andalucía aprueban iniciativas para fomentar el turismo de cruceros. Además del impacto económico que se genera, el impacto de este modelo turístico es uno de los más altos para nuestro entorno: La problemática medioambiental que ocasiona el turismo de cruceros es indiscutible, con un gran impacto tanto en nuestro aire como en nuestros mares y océanos, no obstante la navegación marítima es la responsable de casi una gigatonelada de emisiones de monóxido de carbono cada año. Además hay que tener en cuenta el elevado consumo energético de estos gigantes: Muchos puertos no están dotados de un sistema de conexión a la red eléctrica para este tipo de embarcaciones, con lo que los cruceros deben continuar funcionando para suministrar energía al barco, con el consumo y la emisión de CO2 que eso supone.

A esto hay que añadir el problema que sufren las ciudades receptoras, que a menudo se encuentran colapsadas y con problemas de servicios y movilidad ante la llegada masiva de cruceristas.

Propuestas de mejora:

  • Premiando, mediante bajada de tasas, la adaptación de las embarcaciones a criterios más ecológicos que han apostado por hacerlos más sostenibles o lo hagan en el futuro.
  • Premiando la elección de este tipo de turismo más sostenible a los propios consumidores con descuentos o entradas gratuitas a los monumentos y patrimonio nacional.  
  • Favorecer la investigación continua e  innovaciones que permiten aspirar a un modelo de turismo de cruceros menos contaminante y más respetuoso con el entorno.

Tanto en el caso de los vuelos baratos como en el caso de los cruceros existe una presión mediática para que se consiga más cruceros y más vuelos por parte de la administración pública. La mayor parte de las veces poniendo dinero público para ello. Ese tipo de turismo, es mediático, pero no rentable ni sostenible.