Magnífico trabajo de nuestro colaborador Víctor Manuel Villar Pis en su blog La Curuxa del Sueve

La Cuevona es una gruta natural de unos 300 metros de longitud por la que discurre la RS-3, carretera de doble dirección que atraviesa serpenteando la montaña, antiguamente camino peonil que da acceso al pueblo de Cuevas -Cueves, único acceso rodado que tiene este coqueto rincón riosellano, a través de este túnel nada común y muy poco artificial que debemos de atravesar, en tramo semicurvo en el que no se ve la entrada con la salida del magnífico complejo cárstico, lo que da más sensación de aventura. Es un caso raro en el mundo.

Impresionante cavidad natural forjada en el tiempo que no deja a nadie indiferente. Es recomendable dejar el coche en el aparcamiento de la entrada del pueblo, después de pasar La Cuevona, recorrerla en ambas direcciones y pasear por Cuevas, pueblo que conserva la verdadera esencia de la vida rural en la margen izquierda del río Sella.

El acceso en vehículo desde Ribadesella es atravesando el puente sobre el río, seguir a la izquierda en dirección a la Cueva de Tito Bustillo, continuar por la RS-3 a través de los pueblos de La Huertona y Sardalla, para, a unos 700 metros más allá, en un tramo ascendente, seguir a la izquierda en dirección a Cuevas. Las coordenadas son: N- 43.43698 -W- 5.07388.

Es Cuevas-Cueves, también conocido como Cuevas del Agua, un bonito pueblo con encanto especial y casi secreto, que está ubicado en un bello paraje natural a 20 metros de altitud, junto al río Sella y bajo los montes de Las Torres, La Pandiella, El Colláu, La Cuesta y Les Roces. Sus  bonitas casas de arquitectura popular asturiana y sus tradicionales hórreos están distribuidos entre los barrios de Cuevas y Santiago. Es Cuevas, el pueblo del concejo riosellano con mayor número de hórreos. Su capilla está dedicada a Santiago, denotándose la probable existencia de otra anterior con la advocación de San Román.

En este paraje se construyó en 1905 una central eléctrica para suministro de la villa de Ribadesella. Dista 5 km. de la capital del concejo y su única comunicación por carretera es a través de La Cuevona, por vía peatonal desde la carretera N-634 a través de pasarela sobre el río Sella o por tren de vía estrecha (FEVE), pues cuenta con apeadero de la línea Oviedo-Santander.

La Cuevona es un espectacular complejo cárstico de 300 metros de longitud y de considerable altitud, con unas excelentes formaciones calcáreas. Esta es una cueva llena de vida y misterio. Sus excelentes formaciones junto a sus grandiosas bóvedas, la convierten en un entorno de gran belleza y singularidad.

Estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas de diversos tamaños impresionan, formando variadas formas de sombras con el sistema de iluminación de la cueva. Se pueden contemplar Las barbas de Santiago, una gran estalactita hueca cuyo nombre es el del patrono del pueblo, La lengua del diablo, donde el óxido férrico tiñe la estalactita de color terroso y varias estalactitas más en forma de bandera que son caprichos de la madre naturaleza.

Variada fauna cavernícola en el interior de la cueva, a destacar la existencia de la salamandra ciega, de una especie de rana, de animales ocasionales y de murciélagos, aunque ya no anidan tanto por la presencia humana.


Hay asimismo en La Cuevona gran variedad de líquenes, musgos, helechos, algas y hongos, debido principalmente a la humedad y a la temperatura de la cueva, pues por su interior discurre el río o regueru de La Cueva, que es afluente del río Sella por su margen izquierda.

Pese a estar próximo a Ribadesella y estar algo apartado, es Cuevas un remanso de paz que aún conserva las raíces de la vida rural y donde aún reina la tranquilidad de siglos pasados. Cuenta con albergue, aula de naturaleza y bares. Y si tenemos tiempo y queremos disfrutar del día completo, desde Cuevas parten las bonitas rutas senderistas de Los Molinos y Monte Moru, entre otras.

Desde La Curuxa del Sueve en Carrandi-Colunga, recomendamos a nuestros clientes y amigos esta visita y les facilitamos documentación, información y en ocasiones acompañamiento. Bien merece la pena perderse intencionadamente en Cueves, una mañana o una tarde cualquiera, pues estamos por autovía a tan sólo 15 minutos.