FORO se ha opuesto hoy en el Congreso de los Diputados al nombramiento de los vocales del Consejo General del Poder Judicial propuesto por seis grupos parlamentarios porque, como manifestó Enrique Álvarez Sostres, “es un grave atentado a la división de poderes, contrario al programa electoral de FORO”.

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El diputado de FORO defendió que “deben ser los jueces y magistrados quienes designen a sus representantes en el órgano de gobierno del CGPJ”, tal y como se propone en el programa electoral de la formación asturiana, y también de acuerdo al programa del propio Partido Popular y las reiteradas manifestaciones de sus dirigentes, entre ellos el propio ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

“A estas alturas”, advirtió Sostres, “lo novedoso es que el PP hubiera cumplido alguna de sus promesas electorales, pero alguien debería explicar por qué ahora sí es bueno pactar con los principales partidos de la oposición el reparto de cuotas para gobernar la Justicia, obviando  además a una parte de los partidos políticos”.

Para él, se trata “de lo que llamamos en Asturias un gran ‘amagüestu’, un gran ‘combayeo’, un pasteleo toledano” en el que el PP utiliza su mayoría absoluta para adulterar su historia y su programa electoral, “concelebrando la prisión y  no la muerte de Montesquieu, sentenciada por un  distinguido colega de esta cámara hace ya años. Una prisión que permite  disponer del cofre para pagar favores y ascensos a notables  personajes”.

Ésta es la intervención de Enrique Álvarez Sostres, esta tarde, en el Pleno del Congreso:

“Tomo la palabra, aunque sea con brevedad, ya costumbre por otra parte en el Grupo Mixto, para dar testimonio de nuestra opinión y posición política en estos nombramientos, centrando mi intervención en los referente al Consejo General de Poder Judicial. FORO va a votar no al reparto pactado de los vocales del CGPJ, por ser un grave atentado al entramado de la división de poderes y  en coherencia con nuestro propio programa electoral.

Proponíamos en el mismo la modificación de la ley orgánica a fin de que sean los jueces y magistrados los que designen sus representantes en el Consejo General,  habida cuenta  de la separación que debe existir entre el poder judicial y en el resto de poderes.

Pero también de acuerdo con lo que dice el programa electoral del Partido Popular y lo manifestado por sus dirigentes machaconamente en los últimos años.

En ese programa y en el capítulo titulado “Regeneración política e institucional”, decía textualmente: “Promoveremos la reforma del sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial para que, conforme a la Constitución, 12 de sus 20 miembros sean elegidos de entre y por jueces magistrados de todas las categorías”.

En enero de 2012 el ministro señor Gallardón anunciaba que iba a cambiar el sistema electoral de los vocales, por la elección directa por parte de los propios jueces, abandonada en 2001.El objetivo era literalmente despolitizar la justicia. Faltaría más. Como en la famosa película, “Lo que el viento se llevó”

A estas alturas, lo novedoso es que el PP hubiera cumplido alguna de sus promesas electorales, pero alguien debería explicar por qué ahora sí es bueno pactar con los principales partidos de la oposición el reparto de cuotas para gobernar la Justicia, obviando  a una parte de los partidos políticos sin más trámite, y desde luego la pluralidad que representan las formaciones políticas del Grupo Mixto. En todo caso  a FORO ni se le pidió opinión ni siquiera el voto  que aquí se va a efectuar. No cuenten por lo tanto con él las fuerzas societarias.

La realidad es que asistimos a lo que llamamos en Asturias un gran amagüestu, un gran combayeo. Un pasteleo toledano entre el “ejemplar PSOE, siempre vigilante de sus tradiciones, la insobornable y ética andante de la Izquierda Plural y los siempre maltratados partidos nacionalistas. Y de conseguidor, el PP, que con su mayoría absoluta adultera su historia y programa electoral, concelebrando la prisión y  no la muerte de Montesquieu, sentenciada por un  distinguido colega de esta cámara hace ya años. Una prisión que permite  disponer del cofre para pagar favores y ascensos a notables personajes con el fin de continuar con las buenas y asentadas costumbres, porque ya está el país regenerado.

Por supuesto, no ponemos en duda la cualificación y la capacidad de quienes han sido propuestos por las fuerzas políticas, aunque no parece casar con la independencia que se le exige al Consejo, el que algunos de sus miembros hayan sido destacados diputados en esta cámara durante varias legislaturas.

Seguro que la  independencia requerida se producirá después del nombramiento como un efecto del  resplandor áurico sobrevenido. Muchas gracias por la lección de anatomía de la Justicia en vivo”.