Omar Pardo: La monxina el Barradiellu, una Santa de La Riera de Colunga

Bueno, a ver… Santa, lo que se dice Santa, pues aun no, eh… Pero va pallá, ya saben eso de que las cosas de Palacio van despacio, y no digamos ya si es asunto eclesiástico, que es un tema muy pero que muy delicado, así que el proceso puede durar años, e incluso siglos en algunos casos, pero ahí está abierto, que a nadie se le olvide, eh…

¿O es que ha habido alguna vez un Santo en Colunga, eh…?

Pues a no ser Manolo el Santo el de la Relojería que en paz descanse ya, pues no, eh…

Así que atentos que el asunto no es moco de pavo, no, nooo…

Así que prepárense para proclamar el 12 de ABRIL como fiesta local; un glorioso día sin duda, si lo sabré yo…

En fin..

Nacida como María Aurelia Iglesias Fidalgo el 12 abril de 1899 en el lugar del Barradiellu, parroquia de La Riera de COLUNGA , fue religiosa profesa de la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada y falleció en Granada el 24 de noviembre de 1982.

El papa ha abierto el proceso para la beatificación de la monja asturiana María Stella de Jesús, al autorizar a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto que reconoce sus "virtudes heroicas", informó hoy el Vaticano.

El Papa Francisco recibió al cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y en la audiencia, autorizó a la misma a promulgar el decreto sobre "las virtudes heroicas de la Sierva de Dios María Stella de Jesús".

El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.

Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce "haber vivido las virtudes de manera heroica".

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado "por intercesión" después de ser proclamado beato.

Así que ya lo saben, no se les olvide; más que nada porque estas cosas a la infame MASONERIA no le hacen gracia alguna, así que nada:

¡Que se jodan…!