En esta etapa de la Historia, que algunos llaman “democrática”, cabría preguntarse si hay verdadera libertad de prensa, en contraste con etapas anteriores.

En esta etapa de la Historia, que algunos llaman “democrática”, cabría preguntarse si hay verdadera libertad de prensa, en contraste con etapas anteriores. Los medios de comunicación:  prensa, radio y televisión, están sometidos a múltiples dependencias para asegurar su propia supervivencia y viabilidad económica. 1º-Del Poder político, con subvenciones y concesiones. 2º-Financieras, y de rentabilidad empresarial, con subordinación a los anunciantes.

Los empresarios es lógico  que defiendan sus intereses y su ideas. De ahí que el redactor, ( autocensurando su propia creatividad), prácticamente se limite a reproducir  noticias que le envían de las agencias, algunos de los comunicados que cada día llegan a la redacción, y notas e informes elaborados “en positivo” que de modo incesante llueven de partidos políticos, instituciones, organismos y empresas, directamente o por los diferentes gabinetes de comunicación.

 ¿Para qué comprar y leer prensa escrita si está absolutamente amordazada por múltiples intereses comerciales, políticos, económicos y sociales que le llevan constantemente a censurar y manipular informaciones?.

Sólo lo que no perjudica a los grandes editores y lo políticamente correcto tiene canales de difusión. ¿Dónde queda la garantía informativa?
 
Si la información está controlada en los periódicos de papel y en las empresas de Radio y Televisión, quedan los sistemas informáticos, como sistema de libre difusión de ideas y noticias, con el correspondiente peligro de abuso por parte de elementos incontrolables.

Si un exceso de control puede cercenar la verdad... también el descontrol puede llevar a lo mismo. En ambos casos, para hacer lo éticamente correcto solamente queda confiar en la responsabilidad de los individuos que formamos la sociedad