El escritor y periodista Luis Miguel Ariza ofreció ayer, por la tarde, en la Biblioteca de Salinas una charla en la que habló de estos animales y del paraíso que los acoge: los cañones de Avilés o de Lastres.

En La Nueva España, 31-05-06 dice Luis Miguel Ariza: Escritor y periodista:

«Asturias es una ventana privilegiada al océano profundo; tiene uno de los pocos tesoros submarinos del planeta»

Mar adentro, a unos pocos kilómetros de la costa asturiana, la última frontera sigue siendo hoy territorio virgen, el paraíso de una de las especies más singulares del reino animal: los «architeutis dux» -así los llaman los científicos-, los calamares gigantes, su nombre para el común, un exotismo zoológico, en suma, en el patio trasero de casa. El escritor y periodista Luis Miguel Ariza ofreció ayer, por la tarde, en la Biblioteca de Salinas una charla en la que habló de estos animales y del paraíso que los acoge: los cañones de Avilés o de Lastres. Presentó Agustín Santarúa, de la Asociación de Amigos del Museo de las Anclas Philippe Cousteau.

 
En la imágenes podemos ver un calamar atacando a un tiburón.

Las fotos fueron tomadas a unos 750 m. de profundidad: un calamar flecha se lanza sobre un cazón espinoso. 

El Calamar lo envuelve con sus tentáculos, mientras el tiburón se agita, el calamar rodea las hendiduras de las agallas del tiburón con sus tentáculos llenos de ventosas, lo que puede sofocar al tiburón. 

Instantes después el ataque termina en un empate.
 Calamar atacando a un tiburón

-¿Por qué los calamares gigantes continúan siendo animales míticos?

-Es un animal que nace del mito para aterrizar en algo real, en algo catalogado por la zoología. El calamar gigante ejemplifica el desconocimiento que tenemos de los fondos marinos. Es evidente que los «kraken» de los que hablaba Julio Verne no existen, pero, de un tiempo a esta parte, se han ido descubriendo calamares gigantes muertos, «architeutis dux», que han suscitado más preguntas que respuestas.

-¿Cómo cuáles?

-No sabemos cuál es el tránsito entre la larva minúscula y los animales aparecidos de más de dieciocho metros de largo y 2 toneladas de peso, no sabemos si son animales sociales o si es una especie solitaria. No sabemos nada acerca de su vida sexual: ¿cómo se aparean? ¿cuándo? No sabemos tampoco por qué tienen ese ojo tan enorme que poseen, el mayor del reino animal, más que el de las ballenas.

-¿Qué tiene de particular ese ojo?

-Si vive en las profundidades marinas ¿para qué necesita un ojo desarrollado, que distingue los colores? -¿Qué tienen que ver los calamares gigantes con los que uno se puede encontrar en las pescaderías? -Pertenecen a la misma familia de los cefalópodos, lo que ocurre, claro, es que el «architeutis dux» es mucho mayor y para nada apto para la alimentación. Un animal tan enorme debe tener un sistema de flotabilidad muy desarrollado. Lo que se cree -ya digo, todo lo que se refiere a estos animales es desconocido- es que el amoniaco que posee le permite nadar, pero esto tampoco está del todo claro. Los «architeutis dux» tienen sangre azul y no roja. Por sus venas no corre la hemoglobina, sí, en cambio, la hemocianina, la proteína azul que se encarga de transportar el oxígeno por su organismo.

-¿Por qué un animal como éste, tan enorme, es tan escurridizo?

-Parece inconcebible que haya podido escaparse a las cámaras de video. Sólo tenemos unas instantáneas de una expedición japonesa y ya está, de momento nos tenemos que amarrar a eso.

-¿Es el cañón de Avilés el escenario vital de los calamares gigantes?

-La novela, «Kraken», es de suspense y aventuras y se sostiene sobre justificaciones científicas que procuran dotar de verosimilitud a aquello que cuento. Una de las razones por la que aparecen en Asturias estos animales se debe a la singularidad geológica de la región: a unos pocos kilómetros mar adentro hay un paraíso para estos animales, un verdadero santuario delante de nuestras mismas narices.

-Sabemos de los calamares porque aparecen muertos. ¿Por qué mueren tantos?

-La actividad pesquera puede tener que ver con la aparición de los calamares gigantes muertos. También las exploraciones científicas. Ahora se está cartografiando el fondo del Cantábrico a través del sónar. Eso, el sónar, puede desorientar a los «architeutis dux», por eso aparecen muertos. Pero es sólo una hipótesis. Todo lo que sabemos de estos animales, como le digo, está más cerca de la hipótesis que de la realidad demostrada.

-¿Qué le parece que Adena haya propuesto ahora la declaración de paraíso natural los cañones de Lastres>/b> y de Avilés?

-Es importantísimo, es un reconocimiento a un tesoro por explorar, que no por explotar. Si tienes el mapa del tesoro el problema está en llegar hasta la isla. Aquí el tesoro lo encuentras con sólo andar unos kilómetros mar adentro. Asturias es una ventana privilegiada al océano profundo, uno de los pocos tesoros submarinos del planeta. Y todo lo encontramos aquí delante. -¿El Cantábrico es el golfo Pérsico? -En mi novela una multinacional petrolera explota el fondo cantábrico, no está lejos de la realidad