La Xarda (Verdel) inunda las lonjas asturianas. Lastres no es ajeno a estas mareonas y a pesar de que nuestros pescadores son tratados como delincuentes por las autoridades comunitarias, españolas y autonómicas, siguen haciendo lo que han hecho siempre, al margen de nuestros pésimos políticos: trabajar y pescar

Ni la patrullera inglesa, ni los arrastreros portugueses arrasando nuestra costa a seis millas impunemente, ni los numerosos controles de la Guardia Civil por tierra y por mar, ni las inspecciones de la guardería del Principado, ni los numerosos controles de los inspectores comunitarios amilanan a nuestra gente.

La pésima negociación en Europa, cambiando cupo de Xarda (verdel) por bacalao (que pescan cuatro grandes buques factoría) han llevado al sector artesanal del Cantábrico, con especial incidencia en Asturias, a un acoso absoluto.

Apilando cajas de Xarda a destajo

Cupos muy menguados en un mar lleno de xarda que si tuviese alas cubriría el cielo hasta el horizonte, y la limitación de los días de autorización de capturas hacen que la labor de nuestros pescadores sea contra-reloj. A última hora de la mañana de hoy la actividad de la Cofradía de Pescadores de Lastres era frenética con salida de camiones repletos de Xarda.

Camión cargado de Xarda

Los trailers salían hasta la bandera de Xarda y muchísmos lastrinos colocaban, apilaban y cargaban las cajas en los camiones.

El lunes os ofreceremos una galería de fotos de esta "costera" donde se podrá apreciar la realidad y crudeza del asedio al que son sometidos nuestros pescadores por la pésima e ignorante negociación de personas con mucho poder pero pocos conocimientos que han sometido al sector a tal grado de abandono que le está abocando a la extinción.

Hace 20 años había en Lastres más de trescientos pescadores en Lastres. Hoy no llegan a treinta.

La xarda ha pasado de ser un pescado azul de pobres, poco considerado, a ser una fuente de sabor y de Omega 3, muy apreciado en países como Rumanía y Japón, por lo que ha despertado la codicia y la envidia de países como Dinamarca que quieren copar el mercado.

En muy pocos años hemos pasado de ser una de las primeras potencias pesqueras a la ruina más absoluta. Todo gracias a personas con nombres y apellidos.