Como todos los años, tras subir al santu a su capilla de San Roque se procede a quemar el Xigante, que es una representación de un tema actual que afecta al pueblo. Este año era un pirata con el lema No es No y un atril con las banderas de Asturias y España que se iluminó pero no ardió, en un claro alegato a la unidad de España y en contra del separatismo.
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