NON OMNIS MORIAR

Cosas de Indianos ricos.

Más que sabidas son las costumbres del indiano triunfante, que enriquecido regresaba a su solar natal, y relativamente joven, puesto que su aventura con frecuencia era emprendida siendo aún menor de edad, lo que traía como consecuencia que muchos de ellos gozaban de una envidiable situación a una edad bastante temprana - menor a los 40 años en la mayoría de los casos-

Así que las pautas eran bastante comunes, o sea la ostentosa casa con el par de palmeras delante, el automovil "haiga", la rápida integración en la buena sociedad a la que ayudaba mucho un generoso comportamiento en lo que a obras sociales y demás se refiere, pero como por lo general ya que su anhelo era formar una familia en su solar natal una vez bien situados, solían regresar solteros y aún en buena edad, buscar una moza - la más guapa de la localidad y mucho más joven naturalmente si podía ser, que normalmente dadas las circunstancias sí que podía - Ambas cualidades eran las primordiales, no importando otras, puesto que el económico no era precisamente el problema.

Pero no quedaba ahí la cosa en esta vida ya que otra de las ilusiones del indiano era dejar su huella un poco más allá aún si cabe, o sea que otra de sus tradicionales costumbres era también costearse un lujoso panteón en el cementerio para que quedara patente así también allí de manera perenne su alta condición y la de su familia, por ello en nuestros cementerios parroquiales no es nada extraño hallar artísticas muestras de estas magníficas y ostentosas obras para mayor gloria y recuerdo de sus orgullosos logros.

Así que como para muestra un botón pues ahí tienen uno de ellos que pueden ver, ahí bien cerca, en uno de nuestros cementerios cercanos.

Que nos digan dónde se halla este no entraña dificultad alguna puesto que ahí se puede apreciar bien a las claras el nombre de la familia, una de las más notables de nuestro solar en aquello de la aventura americana.

Que nos cuenten algo de ella ya es cosa suya, yo la "semeya" ahí se la dejo.