Sobre argadiellos y otres coses

Sobre el proceso de aculturación y eso...

SOBRE “ARGADIELLOS” Y OTRES COSES… Recuerdo un día siendo chavalín, esperando en el taller que José el del motocarro tenía en el Resbalón a que me arreglara un reventón de la rueda de la bicicleta (En esa época, no se cambiaba de cubierta tan alegremente como ahora) llegó un paisano de Pivierda con bastante prisa para ver si José podía apañarle lo primero posible una motosierra averiada que necesitaba con urgencia. El caso es que el artilugio a primera vista presentaba un aspecto que daba pena, abollado, sucio, descolorido, negro, desbarajustado en grado sumo, vamos, que peor no podía ser la cosa ya, así que José siguiendo con la tarea que tenía entre manos y dejando que transcurriera un tiempo prudencial, dijo así al apurado cliente que por lo visto era habitual por mor de los problemas que le ocasionaba con frecuencia semejante artefacto: “Coño, no me quiero meter onde no me llamen ho…, pero digo yo: ¿Y no te valdría más comprar una nueva que andar reparando sin parar semejante ARGADIELLU, que aparte de salite más caru va jodete un brazu o una pierna cualquier día porque ta fechu un Cristo A mí, la verdad el consejo parecióme bastante prudente, máxime viniendo de José que era un hombre cabal, eso de todos es sabido, pero lo que más me llamó la atención fue la palabra con la que se había referido a semejante artilugio: “ARGADIELLU”. Yo no la había oído jamás antes, pero comprendí perfectamente su significado sin necesidad de explicación alguna. Estaba más claro que el agua. Pues bien, palabras como esa que se utilizaron durante siglos en nuestro solar, por aquello del fiero proceso de aculturación que nos acomete, se encuentran en la actualidad totalmente en desuso, y pienso que no debiera ser así, porque si echo una ojeada a mi infancia y a la memoria lingüística de mis mayores, observo que en la actualidad se han perdido de manera lenta pero progresiva e imparable cientos de vocablos que lamentablemente serán ya muy difíciles de recuperar, pues la actual política lingüística todos sabemos que pasa más por los intereses políticos y económicos de ciertas élites medio cutres que lo que pretenden más que otra cosa – excepciones muy meritorias aparte, claro está – es sacar partido económico y político de una determinada coyuntura que otra cosa, algo que muy poco o nada tiene que ver con la altruista defensa de nuestra identidad cultural, pero bueno, eso es otra historia… Lo que yo voy a proponerles aquí es ir recuperando lenta pero progresivamente, términos y vocablos que hace no tantos años eran habituales en nuestro solar y que por mor de un progreso antes y una progresía politizada en el peor sentido de la palabra ahora fueron despareciendo de nuestro vocabulario de manera rauda y veloz, dejando huérfanos términos y expresiones de toda la vida que definían muy a las claras nuestra identidad cultural. Aquí como ejemplo voy a proponerles que me digan ustedes el significado de estos términos hasta hace cuatro días habituales que lamentablemente fueron desapareciendo de manera rauda y veloz como les digo de nuestro vocabulario, entretenimiento que seguro que les motivará y será de su agrado, así que ¡Ale…! Dígannos poco más o menos que significan estas expresiones nuestras (muy nuestras sin duda…) No se corten que errare humanum est. ¡Venga…! RANCOYU.- BORUYU.- SOBEU.- GABELLÓN.- RAJOLA.- SECHORIU.- VIDAYA.- FACINA.- LLONDRA.- Sí, sí… sé perfectamente que a los menores de 40 años todo esto les sonarán poco menos que a chino. Pues bien, no hacen tanto eran más que habituales en el lenguaje cotidiano de nuestro solar. Como siempre les digo, para estos casos, hay un “software” muy útil, y abundante en nuestro entorno que vulgarmente se denomina “Vieyos”, claro que ahora en “demokkracia” como no hay vieyos, pues claro, no en vano la “demokkracia” como no tiene fallo alguno no admite vieyos en su vocabulario, claro, son tercera edad, vieyos como ánimes los probes, pero tercera edad que es un término mucho más demokkrático, no la vayamos a joder ahora buscándole imperfecciones a la “demokkracia” ehh… eso, no. Pues eso, que ya están tardando en decirnos que significado tienen estos términos. P.D. Adolfo, un poco de moderación que ya sé que tú sino de todos estás al cabo la calle de la mayoría de ellos, así que deja al personal un plazo razonable para que se rebane un poco el melón ¡nomejodas eh…!