Os dejamos este interesante artículo sobre la situación de la política en nuestra región. El artículo lo han elaborado nuestros amigos de El Comentario TV que prentenden impulsar un periódico a nivel regional que compita con los influenciables y dóciles medios actuales y nosotros esperamos estar a su lado en tan bonita aventura. Por cierto a nosotros nos va más este titular, Colunga: La astronómica distancia que hay entre la política y los ciudadanos.

Se va cerrando el círculo de las candidaturas socialistas con la negativa de Javier Fernández a aceptar el reto de sustituir a Vicente Álvarez Areces en el número uno a la Junta General del Principado, y por lo tanto, la candidatura a la Presidencia de la comunidad autónoma, a pesar de la insistencia de sus incondicionales valedores y de las presiones del dirigente minero José Ángel Fernández Villa, que de haber logrado su objetivo, podría aparecer una vez más ante la opinión pública, investido del poder que en otros tiempos le daba la numerosa afiliación socialista al SOMA-UGT, un sindicato que ha perdido gran parte de su influencia en el socialismo asturiano, no por los errores de su máximo dirigente, sino por la desaparición vegetativa de la minería como fuente de aprovisionamiento de votos socialistas, y por lo tanto, de brazos de madera en las asambleas partidarias. Un partido, el PSOE de Asturias, en cuya dirección juega un revelador papel el "cerebro", la central de "inteligencia" que encabeza Fernando Lastra, un personaje cada vez más autónomo en la sutileza de su participación en todos los cambalaches de la política y en los tráficos de información de esas misteriosas "fuentes socialistas" que no cesan en su continuo manar.

La renovada candidatura de Areces a la presidencia, junto con la contestada decisión del nombramiento de candidata en Oviedo en la persona de Paloma Sáinz, y a la espera del final del resto de las designaciones -porque son puras y duras designaciones- de los candidatos socialistas asturianos, viene a unirse al pintoresco procedimiento para elegir el resto de los cabezas de lista de nuestra comunidad. Impresionante la cabecera de Izquierda Unida, para la que ya tenemos el nombre de Jesús Iglesias, el más fiel doméstico de Gaspar Llamazares, o la del PP, encabezada por el simpar e inigualable Ovidio Sánchez, que ya está convirtiendo al nunca olvidado Isidro Fernández Rozada, que sin duda mejoraba lo presente, porque lo presente lo mejora cualquier cosa.

La principal conclusión que sacamos de estos procesos, es que ninguno de los tres partidos con representación en la Junta General del Principado, se toma la menor molestia en intentar simular ante los ciudadanos un espejismo democrático, como el que en su momento condujo a los socialistas a ensayar el procedimiento de elección interna a través de las famosas "primarias", de las que escaparon corriendo, no fuera que la participación de los militantes llevase a estos a penetrar en el sancta sanctorum de las oligarquías partidarias y ventilase los cajones y los armarios, llenos de cuerpos descompuestos, esos horripilantes cadáveres que los decrépitos partidos políticos de nuestro degradado estado, acumulan en las covachuelas de unas organizaciones ajenas a la realidad social y ciudadana, cuya representación les encomienda una Constitución que viene siendo sistemáticamente violada desde su aprobación.

Una cosa es el fracaso de la democracia soviética que pretendieron algún día los clásicos del marxismo, es decir, la representación directa de los ciudadanos mediante asambleas de democracia directa, cuyo fracaso es también el fracaso de los regímenes que pretendieron poner en cuestión la pureza democrática de los regímenes capitalistas o "burgueses" -en la terminología clásica-, y otra muy diferente el asombroso nivel de distanciamiento entre representantes y representados en España, hasta tal punto que la "representación" se ha convertido aquí en un profesión endogámica, sin que sea posible sostener hoy en día que tal representación responde en nada a su nombre, pues, ¿qué relación real hay entre unos y otros?

No vamos ahora a volver aquí sobre las viejas disquisiciones de la teoría política a propósito de la naturaleza y las formas de la representación, pues el panorama de las candidaturas de los tres partidos en Asturias es tan exagaredamente antidemocrático, que difícilmente se puede sostener que ninguna de ellas representa nada que no sean los intereses de una casta de gerentes de la administración pública, a los que se designa, no por su vocación de servicio a la colectividad, ni por su pasión por los valores, sino por su docilidad ante las pretensiones de los poderes económicos, y por su enorme amoralidad en cuanto a la gestión que luego se les encomienda, pues la principal característica del comportamiento que se espera de ellos, es el famoso oir y ver, al que hay que añadir el hablar -sin decir nada- por no callar.

En una situación así, nadie se extrañará de la aparición progresiva de movimientos ciudadanos que apuesten por la autoorganización en asociaciones cívicas que se puedan oponer a las actuaciones de una administración que, regida por estos gerentes que nada tienen que ver con los problemas de la gente, cada vez estarán más enfrentadas con los responsables de lo público que tan sólo se encargan de lo privado, pues los méritos esenciales que acreditan hoy a un candidato para ocupar cargos en la política, no son virtudes ciudadanas, sino miserias y defectos tales como el servilismo, la ausencia de sentido crítico, o la disposición a cometer la más atroces tropelías, con tal de seguir estando ahí.

No es extraño que un una situación asi, iniciativas como El Comentario TV se sientan cargadas de sentido, como plataformas para dar salida a la denuncia y la reivindicación de las personas que carecen de representantes con los que se pueda dialogar y en los que se confía, pues la gente ve cada día con más claridad, que con una sociedad política de tan escasa calidad, hay que esperar de ellos que su administración del dinero público redunde, como redunda, en la compra masiva de la opinión publicada y de la información publicable, para cerrar el círculo de la desinformación, y tener a la colectividad a merced de los designios de los poderosos, huérfanos de cualquier defensa.

El proceso para el nombramiento de la Procuradora María Antonia Fernández Felgueroso, o el acoso a la Sindicatura de Avelino Viejo, sin olvidarnos de la vergonzosa manipulación de los informes del Consejo Consultivo encabezado por Bernardo Fernández, son alarmas encendidas en nuestra comunidad, que demuestran que los ciudadanos deben estar alerta y movilizarse dirctamente en defensa de sus intereses, sin poder esperar nada razonable que provenga de instituciones tan degradadas.