La victoria del Partido Socialista es incuestionable. No es trasladable íntegramente a Asturias pero sí que se puede hacer un análisis de algunas cosas que pueden ocurrir aquí. Lo que ha pasado en Andalucía ha sido básicamente que el PP ha sido castigado por las políticas del Gobierno de España, es decir, políticas de recorte, políticas que no están en sintonía con el discurso que en su día hizo, con políticas enunciadas de una manera un tanto soberbia, hablando de una recuperación que no ha llegado a la gente y eso ha incidido en los resultados francamente malos del Partido Popular. Por otra parte, la política del PSOE en Andalucía ha sido de defensa de los grandes servicios públicos y de lucha contra esos recortes, y ha dado el resultado que ha dado. Creo que esa es una cuestión extrapolable al conjunto del territorio nacional. Y luego, Podemos. Este partido tenía unas expectativas muy superiores a las reales, a las que resultaron efectivas. Estamos hablamos de un partido de expectativas porque en realidad no se sabe cuál es su programa, cuáles son sus planteamientos. Sí sabemos cuáles son sus expectativas y cuando esas expectativas se pinchas, el suflé baja y eso puede ocurrir también en otros lugares de España, no sólo en Andalucía.

 

Indudablemente, la corrupción pesa y está en el ánimo de los ciudadanos, no tengo ninguna duda de que esa es una de las cuestiones que hoy día decide el voto de la gente.

 

Creo sinceramente y lo digo sin ninguna prepotencia, yo creo que vamos a ganar en Asturias y vamos a ganar por el trabajo que se ha hecho y por el que vamos hacer en estos dos meses. Por tanto, la impresión que tengo es que el Partido Socialista va a ser ganador de estas elecciones. Lo digo también porque pienso, y lo pienso de verdad, que la única estabilidad política, y de mejora de las condiciones económicas, y de las prestaciones públicas se corresponde con el gobierno del Partido Socialista. No veo que otras alternativas puedan ir en esa dirección y lo digo sin ningún género de soberbia ni triunfalismo.

 

Mi criterio es que debe gobernar el que pueda gobernar. Hubo pactos en otros tiempos en los que partidos que no habían sido los más votados consiguieron el gobierno y en otros casos, no. Yo creo que el pacto, el acuerdo es el que decide al final quien debe gobernar. No creo que debamos ir con esos apriorismos, yo ni siquiera me lo planteo. Lo que quiero es que el Partido Socialista gane estas elecciones con una mayoría suficiente para tener estabilidad política que eso es muy importante, casi indispensable.

 

No quiero entrar en esos planteamientos de futuro, prefiero pensar en la experiencia inmediata del pasado. Nosotros en Asturias conseguimos acuerdos que, en principio, parecían estables con Izquierda Unida y UPyD, aprobamos unos presupuestos y luego, sin embargo, los siguientes presupuestos que aprobamos fueron con el Partido Popular. Con esa experiencia, mejor no hacer pronósticos de con quién va a llegar uno a acuerdos. Con Podemos lo veo muy difícil porque no les escucho ninguna propuesta pero sí una intención declarada de expulsar de la vida pública a sus adversarios políticos. Resulta difícil pactar con alguien que te quiere arrojar al cesto de la ropa sucia.

 

A mi me gustaría que fuera posible y no sabe usted cuanto. Una renta básica sería extraordinariamente bueno para la sociedad pero choca con la realidad económica y presupuestaria. Me gustaría que Podemos explicara cómo van a conseguir esos recursos que con tanta largueza piensan repartir

 

No. El PP en este asunto concreto, no como en otros, se comportó de una manera razonable y con sentido de la responsabilidad, con sentido de Estado, y eso se lo agradezco. Y en política, una cosa es agradecer algo y otra muy distinta es sentirse deudor. Por otra parte, el PP llegó a un acuerdo y en ese acuerdo, algunas de sus posiciones fueron aceptadas porque en política, cuando se debate y se llega a acuerdos, las posiciones se modulan. Por tanto, el PP nos apoyó y, seguramente, los más beneficiados fueron los asturianos pero también el PP consiguió algunos de sus objetivos. Por tanto, no, no tengo ninguna deuda con ellos. Se portaron con racionalidad y altura de miras.

 

Este diputado ha venido a convertirse en una especie de Savonarola político más que a hacer política. Se consideró un justiciero, en algunos casos un inquisidor, y creo que la comisión Villa en particular evidencia que sus obsesiones importan más que sus conclusiones porque, al final, convirtió unas en otras. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con los planteamientos de Ignacio Prendes. Es su decisión y no tengo por qué cuestionarla en otro ámbito más que en el estrictamente político.

 

En las pasadas elecciones obtuvimos 12 diputados por la circunscripción central y, por tanto, estamos hablando de un puesto de salida. Realmente creo que vamos a mejorar los resultados. Guillermo Martínez no era diputado y ahora aspira a serlo en uno de los puestos de salida. Pensemos también en las restricciones que tienen las listas en cuanto a la representación de los territorios y que el Partido Socialista la hace cremallera. Todos los puestos son muy dignos y éste es de salida y no veo el porqué hacer una cuestión sobre ese asunto.

 

En la trasmisión de sucesiones de padres a hijos, en Asturias hay una exención de 150.000 euros, y la vivienda familiar, por debajo de 250.000 euros, no tributa. Es decir, estamos hablando de que una persona puede heredar de su padre del orden de 370.000 euros y no pagar. Eso tiene que quedar claro. Ahora, es cierto que hay cuestiones relevantes que deberíamos mejorar. Por ejemplo, una cosa que se llama “error de salto”: 150.000 euros no tributan, pero si se heredan 160.000, pagas por todo. Pues lo que pretendemos, y va en nuestro programa electoral, es que se corrija, que los 150.000 euros no contabilicen a ningún efecto. Eso ya supone una mejora más que imprtante. Hay otras que pensamos hacer también en ese impuesto como el hecho de que la vivienda familiar no se pague pero deba de permanecer sin ser enajenada durante 10 años. Eso tiene un coste fiscal pero creemos que podemos hacerlo y así estaremos en sintonía con la inmensa mayoría de las comunidades que han hecho este ajuste. No con Madrid porque allí de padres a hijos no se paga a ningún nivel y los socialistas tenemos claro tres cosas: que Asturias no es ese infierno fiscal que dice la oposición; que vamos a hacer unas modificaciones que creo que deben hacerse; y tercero, que la gente con muchos ingresos, con herencias muy altas, deben de seguir pagando en nuestra comunidad.

 

La Comisión de Industria es un buen lugar para plantear las cosas con claridad y el ministro ayer no aclaró nada. Lo veo con mucha preocupación porque el tiempo pasa y antes que nos demos cuenta estamos en los meses finales del año con una incertidumbre muy alta sobre las empresas electrointensivas en Asturias. No quiero que pase lo que pasó con Alcoa el año pasado y yo creo que eso se puede corregir y se debe corregir, y se debe empezar a hacer ahora. Hay sistemas. En Francia no hay subasta, y en Alemania tampoco, y sin embargo en esos países hay acuerdos, acuerdos entre las empresas y las eléctricas en virtud de los cuales tienen unos horizontes a largo plazo de suministro de energía eléctrica en unas condiciones de precio asumibles; y eso hace que las empresas vean futuro, por tanto inviertan porque saben que van a tener retorno de esas inversiones. Eso no ocurre hoy en España, particularmente en Asturias con tres empresas concretas y eso debe solucionarse, y debe solucionarse ya.

 

La macroeconomía, sí. Los datos macroeconómicos, la confianza empresarial y este tipo de cosas es verdad que han mejorado, son datos objetivos. Pero no se ha traducido esa mejora de la economía en mejora efectiva del empleo y de nivel de vida de los ciudadanos, y eso tiene que ocurrir. Esperemos que efectivamente se consolide. De verdad le digo que nadie quiere que ocurra eso en mayor medida en Asturias que su presidente. Lo que pasa que tendremos que asumir que eso no se ha traducido todavía en la mejora del empleo y del consumo. Hay que pensar que Asturias, por nuestra demografía, los aumentos del consumo siempre son un poco más livianos. Asturias es la comunidad menos endeudada, me refiero a endeudamiento privado aunque también el endeudamiento público es de los más bajos. Pero el privado es de los más bajos de España lo cual hacia pensar que el incremento del consumo interno sería mayor justamente por el menor apalancamiento. Sin embargo, no ocurre así porque estamos en una sociedad envejecida, un gran problema que hay que admitir, y por tanto, la propensión al consumo es menor. Hasta en estos asuntos se percibe muy claro que la falta de dinamismo de la sociedad asturiana tiene que ver con un problema demográfico, que es un problema de Estado y que todos tenemos que asumir, en Asturias y fuera de Asturias, el gobierno de España y la propia Unión Europea.

 

El empleo depende de las condiciones del entorno que se tengan, no de la intervención directa de la Administración Pública. Seguiré trabajando para que el entorno económico en el Principado fuera proclive a la actividad de las empresas, es decir, que las empresas puedan tener unos costes logísticos bajos, unos costes energéticos bajos, un acceso a la innovación y a la investigación fácil, que el sistema de formación les permita contar con personal adecuado a todos los niveles, que tengan facilidades para la exportación, unos clusters para mejorar la dimensión… Con todos esos sistemas contamos. Habrá que mejorarlos y favorecerlos, hacerlos más eficaces. Y por supuesto, cuando hablo de costes logísticos estoy hablando de comunicaciones y de transportes y hay algunas infraestructuras que deben concluirse y ponerse en valor. Estoy pensando en el Puerto de Gijón, en la variante de Pajares… Son muchas cosas. Lo que debe hacer un gobierno y lo que está haciendo este Gobierno es favorecer un entorno económico que sea favorecedor del desarrollo de las empresas y eso equivale a los sistemas que acabo de comentar y que ya funcionan pero que deberían funcionar mejor y en eso habría que insistir.

 

La crisis ha tenido todo que ver porque era un proyecto que estaba lanzado, como otros proyectos de suelo industrial que estaban en pleno desarrollo y que se quedaron parados por la crisis: porque el suelo industrial no se vende, porque los precios bajaron, y la ZALIA, un proyecto vital para Asturias, se encuentra en un momento de impasse porque la demanda de parcelas se paralizó como consecuencia de esta crisis que fue la mayor que conocemos las generaciones vivas. Pero, en todo caso, el proyecto sigue siendo estratégico para Asturias, fundamental, por su ubicación. Son elementos que juntos proporcionan futuro a Asturias.