Sostres: “FORO apoya una Proposición no de Ley para que el DRAE reconozca el carácter del bable o asturiano como lengua tradicional de Asturias, pero el PP vota en contra de la iniciativa"

Sostres aportó una enmienda para la mejora técnica del texto

El diputado nacional de FORO, Enrique Álvarez Sostres, ha manifestado hoy que “he apoyado hoy en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley presentada por Izquierda Plural para el pleno reconocimiento de la lengua asturiana en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua”.

Sostres aportó una enmienda para la mejora técnica del texto. La iniciativa no salió adelante por el voto en contra del Grupo Popular. Esta es la intervención de Enrique Álvarez Sostres, esta tarde en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados:

“Sr. Presidente:

Mi intervención en esta comisión tiene por objeto defender las tres enmiendas presentadas a la PNL de Izquierda Plural y que ha sido expuesta hace breves momentos

Debo empezar diciendo que es una iniciativa plenamente oportuna a la luz que da el DRAE a la definición del vocablo asturiano  en sus tres acepciones.

En primer lugar, en la propia definición del término. El hecho lingüístico no aparece con sustantividad esencial, como concepto independiente y consecuentemente como sustantivo y más bien como adjetivo. Solo es preciso comparar las analogías con otras definiciones de otros fenómenos lingüísticos

En segundo lugar, en la propia definición del término se lee:  “Se dice de la variedad asturiana del dialecto romance asturleonés“. No se podrá discutir lo poco afortunado de la acepción, muy poco lexicográfica y más bien enciclopédica. No es una definición en sí y traslada a un lector poco en contacto con esta realidad, a un ámbito cultural  enciclopédico o filológico, para averiguar a qué se llama “dialecto romance asturleonés” con las implicación ideológica o de escuela que conlleva.

Si lo analizamos históricamente vemos que la primera alusión al término leonés lo encontramos en Menéndez Pidal, en su obra “El dialecto leonés”, como continuidad lingüística de la expansión histórica del reino de Asturias al reino de León, donde por cierto  se reían de “lo aldeano que falaben los castellanos circundantes” que podría llevar a tratar el castellano como un dialecto, cultural claro está, del reino de León.

Pero lo sustancial es que  la única conciencia lingüística de un llingua o hecho lingüístico propio, se produce  en Asturias, según Pidal. Decía: “Los asturianos suelen mirar su bable como cosa muy peculiar, casi exclusiva de ellos”.

En segundo lugar, el nombre de leonés se derivó como una fácil identificación histórica con una entidad histórica  como el reino de León.

Si relacionamos llingua, territorio e historia, el concepto nuclear sería el asturiano, pues fue Asturias la cuna filológica y política de la evolución del latín y su expansión con el tiempo hacia el sur con la repoblación. El llamar leonés a la derivación histórica del asturiano, sería lo mismo que llamar valenciano o mallorquín al catalán si el reino de Valencia hubiese llegado a ser preeminente sobre Cataluña

Otro problema derivado en el DRAE es el término romance absolutamente redundante. Es un pleonasmo porque salvo el eusquera o sus  dialectos, ¿qué lengua no es romance en la Península? Otra derivación sobrevenida es la estimación como degradante que se ha pretendido con ese término y eso continúa.

Se hace evidente que la definición del Bable que el DRAE considera como “dialecto de los asturianos”, pudiera ser correcta  desde el punto de vista lexicográfico, pero no conceptualmente en la realidad y en el  plano  jurídico administrativo.

Históricamente, ni Pidal se atrevió a considerar el asturiano un dialecto en el sentido vulgar de la palabra o de falta de potencia social del término.

Y si retrocedemos al s. XVIII, ya Jovellanos y su círculo ilustrado  como Posada, Caveda y demás, llevan a cabo los estudios de la lengua tratando de componer un diccionario del asturiano y  formar una Academia de la Llingua. ”

Bable y asturiano funcionan ya como sinónimos. Lingüísticamente es absurdo seguir manteniendo que el bable, es decir, el asturiano, es un dialecto. Lo es del latín, claro, como todas las lenguas romances, pero no del castellano como se deja ver en la acepción del DRAE. El castellano y el reino de Castilla se extiende mucho más tarde. Lo que hablaban los primeros reyes asturianos y la primera lengua que se extiende con la Reconquista (siglos VIII y IX) fue el asturiano. Por eso se habla en el norte de León y por eso aún existen restos en toda la Ruta de la Plata (por ejemplo, el Mirandés de Portugal).

Pero en definitiva, donde se refleja una  verdad y una realidad política, es en los tiempos actuales con la redacción del Estatuto de Autonomía o en la creación de la Academia de la Lengua Asturiana y la ley de uso y protección del asturiano publicada en 1998. En su artículo 1 se contempla al asturiano o bable lengua tradicional de Asturias.

Con todas estas consideraciones, no cabría oponerse por este Congreso a las pretensiones de esta PNL a la que me gusta apoyar  con mis enmiendas  que acabo de defender. Gracias”.