¿Por qué contratar un seguro de D&O?

Aunque la toma de decisiones constituye una fuente de incertidumbre para todo tipo de perfiles profesionales, los puestos de responsabilidad tienden a estar más expuestos a la interposición de reclamaciones.

En un contexto altamente dinámico y condicionado por la irrupción constante de nuevos factores como, por ejemplo, la implementación de nuevas legislaciones en el ámbito societario, laboral o de competencia; en el ámbito de la gestión de información o las operaciones comerciales generadas por procesos de fusión, internacionalización o adquisición de nuevas empresas. Este tipo de escenarios reúnen las condiciones propicias para que se generen procesos de reclamación. Sin duda, representan situaciones de vulnerabilidad para cargos directivos que únicamente pueden gestionarse mediante garantías de protección como un seguro D&O.

En realidad, existen muchas circunstancias que involucran a altos cargos en la interposición de reclamaciones. Algunas de las más comunes se producen como resultado de la falta de supervisión, negligencias en la gestión, acoso laboral o mobbing, una toma de decisiones, inconvenientes en la compra o venta de activos y sociedades, problemas de solvencia, delitos de estafa o irregularidades contractuales.

Adoptar medidas preventivas ante este tipo de supuestos puede convertirse en un factor diferencial en cualquier contexto. Especialmente, si tenemos en cuenta que la legislación se aplica por igual, con independencia de las dimensiones de la empresa o su sector de actividad. Tanto los Administradores como los Directivos están expuestos a un mismo grado de riesgos y responsabilidad. La contratación de una póliza de D&O evita que se responda a las reclamaciones con el patrimonio personal o que se involucre en los procesos a terceras personas o afecte a familiares directos. Los seguros D&O son asumidos por las entidades y actúan como un instrumento legal de protección del patrimonio personal.

Un seguro de D&O ofrece un contexto más seguro a la hora de ejercer las funciones vinculadas a cargos de alta responsabilidad. Esto incluye, por ejemplo, a consejeros, directivos o administradores. Sus garantías se extienden a la protección del patrimonio personal frente a indemnizaciones que puedan generarse mediante un proceso de reclamación, pero también a los gastos legales asociados a los servicios de defensa, tanto a nivel civil como penal.

No obstante, su ámbito de protección no termina ahí. Su alcance abarca la constitución de fianzas civiles y penales, la cobertura en concurso de acreedores, costes asociados en materia de defensa por daños materiales y personales, cobertura a abogados internos o, también, aquellos gastos económicos que se requieran para reconstruir la imagen pública del profesional afectado.

En realidad, sus coberturas pueden ser bastante amplias y pueden aglutinar otros conceptos como la responsabilidad tributaria subsidiaria, los gastos generados en concepto de atención psicológica, los gastos de extradición, los gastos de emergencia, los costes generados por Aval concursal, aquellos requeridos para afrontar procesos de investigación, o, incluso, servicios de gestión de crisis,

Todas estas prestaciones posicionan a los seguros de D&O como una herramienta de protección básica y perentoria a la hora de gestionar correctamente el riesgo personal de los profesionales más vulnerables.